Muchos niños que tienen una enfermedad crónica son felices de cualquier forma, según un estudio

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LUNES, 6 de mayo de 2019 (HealthDay News) -- Muchos niños se enfrentan a problemas crónicos de la salud, pero eso no significa que no puedan disfrutar de la vida tanto como los demás niños, encuentra un estudio reciente.

Los investigadores encontraron que, entre más de 1,200 niños de 5 a 9 años, los que tenían algunas de las enfermedades más comunes de la niñez no eran menos felices que otros niños.

Afirmaron que los hallazgos resaltan un punto importante: sus problemas médicos no "definen" a los niños.

"Esto puede ayudarnos a ampliar nuestra perspectiva sobre qué es la 'salud'", comentó la investigadora principal, Courtney Blackwell, profesora asistente de investigación en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste, en Chicago.

"Que un niño tenga una afección médica no significa que tenga una 'mala salud'", planteó.

La salvedad, apuntó Blackwell, es que el estudio se enfocó en los niños que tenían ciertas afecciones médicas comunes, como el asma, el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y trastornos digestivos.

No incluyó a niños con enfermedades más debilitantes que requieren una atención intensa.

Si lo hubieran hecho, es probable que los resultados fueran distintos, según Rose Álvarez-Salvat, psicóloga infantil en el Hospital Pediátrico Nicklaus, en Miami. No participó en la investigación, pero revisó el estudio.

Álvarez-Salvat trabaja con niños que tienen afecciones médicas como la diabetes tipo 1, la fibrosis quística, el cáncer y la hemofilia. Esos trastornos complejos, que requieren una gestión diaria, pueden conducir a algunos niños a la ansiedad y a la depresión, lamentó.

"Tienen una experiencia muy distinta que los niños con afecciones menos complejas", dijo Álvarez-Salvat.

Además, anotó, este estudio se enfocó en niños de 5 a 9 años, y los problemas de calidad de vida podrían hacerse aparente solo cuando los niños sean un poco mayores. Ese es el momento en que asumen un mayor control respecto a la gestión de su afección de la salud, y quizá se acomplejen más por el hecho de ser "distintos" que sus compañeros.

Eso no quiere decir que no haya un mensaje positivo, dijo Álvarez-Salvat.

"Hoy en día, tener una afección médica puede ser solo parte de la vida de alguien, y no necesariamente tener el impacto que tenía hace años", apuntó.

Los resultados, que aparecen en la edición en línea del 6 de mayo de la revista Pediatrics, se basan en informes de los padres de 1,253 niños de EE. UU. En general, un 20 por ciento tenían al menos una de las afecciones que los investigadores tomaron en cuenta, entre ellas asma, alergias respiratorias y eczema, epilepsia, trastornos digestivos como la enfermedad intestinal inflamatoria, TDAH, trastornos del espectro autista, y depresión o ansiedad. También incluyeron la obesidad y el peso bajo al nacer.

Los padres respondieron a un cuestionario estándar que midió la satisfacción vital de los niños. En promedio, no hubo ninguna diferencia entre el grupo de niños con afecciones de la salud y los que no tenían esas afecciones.

Como este estudio agrupó los problemas de salud de los niños, no está claro si alguna afección en particular tenía un mayor impacto en la satisfacción vital que otros, dijo Blackwell.

Pero independientemente de la salud de los niños, dos factores sí destacaron cuando se trataba de su felicidad: los ingresos de la familia (unos ingresos más altos significaban unos niños más felices) y la cantidad de estrés que los niños sentían (mientras más estrés, menos felices eran).

Los niveles de estrés se derivaron de las respuestas de los padres a las preguntas sobre si sus hijos se sentían abrumados por los problemas cotidianos.

Todo esto sugiere que hacer que el ambiente hogareño sea menos estresante repercutirá en los niños, incluso en los que tienen afecciones crónicas de la salud, según Álvarez-Salvat.

Comentó que los hallazgos sobre los ingresos resaltan otro punto: los problemas de salud en general afectan más a los niños cuyas familias tienen unos ingresos bajos y son minoritarias. La mayoría de las familias de este estudio eran blancas, apuntó.

Si los padres creen que un problema de salud está afectando al bienestar general de sus hijos, deben pedir ayuda, aconsejó Blackwell.

Anotó que los médicos con frecuencia quizá se concentren en tratar la afección en sí. Pero los padres deben sentir que también pueden abordar el bienestar mental y emocional de sus hijos, añadió Blackwell.

Más información

La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) ofrece recursos para ayudar a los niños a afrontar las afecciones crónicas de la salud.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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