Terminar una relación romántica no es tan difícil

Investigadores universitarios encuentran que la angustia emocional no es tan mala como se predice
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MARTES 28 de agosto (HealthDay News/Dr. Tango) -- Que el amor de tu vida te dé la espalda es en realidad mucho menos devastador emocionalmente de lo que la mayoría de las personas pensarían.

Eso afirma una investigación reciente que encontró que los hombres y las mujeres que afirman estar profundamente enamorados son los que peor predicen un posible rompimiento y sobreestiman por mucho su desesperación potencial.

"No estamos diciendo, de ninguna manera, que terminar una relación sea divertido o que la gente lo disfrute. Un rompimiento es una experiencia angustiosa para la mayoría de las personas", explicó Paul W. Eastwick, autor principal del estudio y candidato doctoral del departamento de psicología de la Universidad Northwestern. "Pero estamos hablando de qué tan angustiada estará la gente. Y resulta que no es tan catastrófico como la gente predice".

El hallazgo aparece en la edición de agosto de The Journal of Experimental Social Psychology.

Para medir la precisión de las predicciones sobre los rompimientos, Eastwick se asoció con Eli Finkel, profesora del departamento de psicología de la Northwestern, junto con investigadores de la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh. Juntos, dieron seguimiento a las experiencias sobre las relaciones de 69 estudiantes de primer año de la Universidad Northwestern durante un periodo de nueve meses.

Al comienzo del estudio, los participantes tenían entre 17 y 19 años de edad, y habían estado en una relación durante al menos dos meses. Entonces, contestaron cuestionarios en línea quincenales durante un periodo de 38 semanas para dar seguimiento a la situación de su relación.

Cada encuesta sucesiva pedía a los que seguían en pareja que caracterizaran la profundidad de su amor actual y que predijeran su estado mental emocional dos, cuatro, ocho y doce semanas después de un rompimiento teórico. También se les preguntó qué tan rápido iniciarían una nueva relación tras un rompimiento.

Se pidió a los estudiantes de primer año que rompieron con sus parejas o que fueron dejados por éstas que describieran varias veces durante las 10 semanas siguientes qué tan felices se sentían tras la relación y qué tanto se habían angustiado porque hubiera terminado.

El 38 por ciento de los participantes (16 hombres y 10 mujeres) rompieron su relación dentro de los primeros seis meses del estudio. En promedio, tales relaciones habían durado 14 meses.

Al enfocarse solamente en este grupo, los investigadores encontraron que, en promedio, las predicciones de cataclismo emocional que los participantes ofrecían apenas dos semanas antes de la ruptura excedían por mucho la angustia real que durante pasaron los tres meses posteriores.

Y aunque la angustia real e imaginaria disminuyó con el tiempo, la brecha entre la real y la imaginada permaneció constante durante todo el tiempo y la angustia predicha excedió por mucho la real incluso meses después de terminada una relación.

Además, los que afirmaron estar más enamorados antes de la ruptura sí experimentaron un poco más de angustia después de ésta, aunque también eran mucho más propensos a sobreestimar el dolor de terminar. Por otro lado, se encontró que los que dijeron no estar enamorados antes de romper o indicaban que iniciarían una nueva relación dentro de las dos semanas siguientes a un rompimiento eran "bastante precisos" al visualizar una verdadera experiencia posterior a la ruptura.

Eastwick y sus colegas sugirieron que los que estaban menos enamorados podrían haber predicho mejor sus experiencias posteriores a la ruptura porque estaban más preparados para la posibilidad, se podían concentrar más en lo positivo, y eran más racionales en cuanto a sus expectativas.

Aunque la investigación subrayó la experiencia de estudiantes universitarios, Finkel dijo que es probable que los hallazgos se puedan aplicar a personas de todas las edades.

"Sería sorprendente si este efecto no apareciera también en personas de más edad", apuntó. "Encontramos que este tipo de predicción errónea es muy robusto. Parece ser un efecto muy general de nuestra psique, el no ser tan buenos para predecir nuestra propia felicidad. Así que, aunque es probable que un divorcio sea más doloroso que una ruptura universitaria, debería seguir sucediendo que las personas casadas que hacen predicciones predigan una devastación extrema por su divorcio inminente y que, en promedio, ese divorcio sea menos devastador de lo anticipado".

Arthur Aron, profesor de psicología de la Universidad estatal de Nueva York en Stony Brook, dijo que el hallazgo era valioso, aunque no sorprendente.

"Lo que las personas predicen afecta su conducta y tomar decisiones sobre si continuar o terminar una relación es enormemente importante en la vida de éstas", aseguró. "Así que si se asusta más de lo que debería, se quedará en una relación en la que no debería estar".

"Entonces, es bueno si ayuda a mantenerlo en una buena relación, pero es malo si lo mantiene en una relación mala", añadió Aron. "Es un tipo de irracionalidad. Pero es importante saber al respecto".

Más información

Para más información sobre las rupturas y la salud emocional, visite Helpguide.org.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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