1 de cada 10 estadounidenses tiene problemas de ira y acceso a armas de fuego, según una encuesta

Revisar los antecedentes de delitos menores podría ayudar a detectar a las personas que podrían ser violentas, de acuerdo a investigadores
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MIÉRCOLES 8 de abril de 2015 (HealthDay News) Alrededor de uno de cada 10 estadounidenses tiene antecedentes de comportamiento impulsivo o iracundo y fácil acceso a armas de fuego, según indica un nuevo estudio.

Los problemas graves de salud mental que evitarían legalmente que alguien comprara un arma -- como ser internado de manera involuntaria en un pabellón psiquiátrico a causa de esquizofrenia o trastorno bipolar -- solo explican alrededor del cuatro por ciento de la violencia con armas de fuego en los Estados Unidos, según señaló el autor Jeffrey Swanson.

"Hay un grupo, potencialmente mucho más grande, de individuos en nuestra sociedad que batallan con impulsos patológicos e ira destructiva, las cuales normalmente no aparecen como enfermedades mentales graves en una verificación de antecedentes", dijo Swanson, profesor de psiquiatría y ciencias conductuales en la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Sin embargo estas personas -- en su mayoría hombres jóvenes o de mediana edad -- golpean y rompen cosas y se involucran en peleas cuando se enojan, según halló su estudio.

El estudio, de más de 5,600 adultos, encontró que 8.9 por ciento de ellos admitía tener mal carácter y tenían armas en casa, "cosa que yo llamaría una señal de alarma", dijo Swanson. Y 1.5 por ciento de ellos portaba, además, sus armas fuera de la casa.

Los particulares en los Estados Unidos poseen más de 310 millones de armas de fuego de acuerdo a la información de referencia del estudio.

"Más de 306,000 personas han muerto en entornos domésticos como resultado de un disparo de arma de fuego, ya sea por homicidio, suicidio o accidente, a lo largo de los últimos 10 años", dijo Swanson.

"La noción de que la solución es simplemente arreglar el sistema de cuidado de la salud mental para identificar de mejor manera las enfermedades mentales graves parece ser una camino falso", añadió.

Swanson y sus colegas aseveraron que revisar los antecedentes de arrestos por delitos menores de los posibles compradores de armas, incluyendo arrestos por comportamiento violento y conducción bajo la influencia de alcohol o fármacos, podría ser más efectivo para prevenir la violencia con armas de fuego que hacer investigaciones sobre tratamiento recibido con relación a la salud mental.

Emma Beth McGinty, profesora asistente en el departamento de política y gestión de la salud en la Escuela de Salud Pública Bloomberg en Johns Hopkins en Baltimore, coincidió.

"Estos criterios limitantes probablemente hacen un mejor trabajo de capturar al subgrupo de individuos que tienen problemas de ira impulsiva que lleva a la violencia que el trabajo que harían los criterios respecto a las armas de fuego que se enfocan en las enfermedades mentales", dijo McGinty, quien no participó en el estudio.

"En términos sencillos, la ira impulsiva es preocupante en el sentido de que se caracteriza por episodios repetitivos de comportamiento agresivo o violento", dijo McGinty.

Estos episodios pueden presentarse de pronto, llevando a situaciones violentas que no fueron premeditadas, explicó.

Los descubrimientos de Swanson, publicados en línea el 8 de abril en la revista Behavioral Sciences and the Law, surgieron de un reciente análisis de una gran encuesta de salud mental realizada por la Escuela de Medicina de Harvard entre 2001 y 2003.

Para explorar hasta qué punto la propiedad de armas se traslapa con los problemas de manejo de la ira, los investigadores analizaron respuestas a la encuesta de una muestra representativa a nivel nacional de más de 5,600 hombres y mujeres.

A los encuestados se les preguntó sobre pataletas y otros arranques de comportamiento iracundo. También se les sometió a pruebas para diagnosticar afecciones de salud mental relativamente comunes como ansiedad y trastornos de personalidad y se les preguntó cuántas pistolas, rifles y/o escopetas tenían. A todos se les preguntó sobre la cantidad de días que portaron un arma de fuego afuera de su casa el mes previo -- sin contar las visitas a los campos de tiro.

Si bien menos de 10 por ciento de los propietarios de armas con mal carácter habían sido hospitalizadas por un problema psiquiátrico serio, este grupo tenía un elevado riesgo de presentar afecciones de la salud mental más comunes como trastornos de personalidad, abuso del alcohol, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, de acuerdo a los investigadores.

Los autores del estudio dijeron que estos elementos indican un riesgo inherente de violencia.

¿Es necesario que todas las personas que se ofuscan pierdan su derecho conforme a la Segunda Enmienda de portar armas?

"No, eso es ridículo", respondió Swanson. "Pero incluso las personas que no están de acuerdo sobre la política del control de armas suelen coincidir con la noción básica de que la gente peligrosa no debería tener acceso a armas".

Los intentos de HealthDay de contactar a la Asociación Nacional del Rifle (National Rifle Association) en busca de un comentario sobre el estudio fueron infructuosos.

Más información

Para más información sobre la violencia con armas de fuego y la prevención, consulte el Centro Jurídico para Prevenir la Violencia con Armas de Fuego (Law Center to Prevent Gun Violence).


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2015, HealthDay

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