Según un informe, el desempleo aumenta en 9 millones el número de personas sin seguro en EE. UU.

Un estudio encuentra que a casi el 60 por ciento de los que desean tener un plan individual les resulta difícil o imposible adquirir uno

MIÉRCOLES, 16 de marzo (HealthDay News/HolaDoctor) -- Los millones de estadounidenses que perdieron sus empleos y sus beneficios de salud durante la recesión con frecuencia no tenían manera de recuperar una cobertura de salud asequible, lo que los dejaba a ellos y a sus familias en riesgo de la ruina financiera, según un informe reciente de Commonwealth Fund.

La racha de despidos durante la recesión lanzó a nueve millones más de estadounidenses, o sea al 57 por ciento de los que habían tenido seguro de salud en un trabajo que se evaporó en los últimos dos años, a las filas de los millones que ya carecían de seguro.

Además, 19 millones de personas que buscaban con ansias una cobertura privada en los últimos tres años fueron rechazados o no pudieron encontrar un plan que fuera asequible y satisficiera sus necesidades, encontró el informe.

La Encuesta bianual de seguro de salud también encontró un sorprendente aumento de 60 por ciento en la atención omitida debido al costo en la última década. La encuesta reportó que los problemas de deudas médicas y los costos de los gastos de desembolso también aumentan, y que 29 por ciento de los estadounidenses usan todos los ahorros de su vida para pagar facturas médicas. Millones más no pueden costearse la comida, la calefacción y el alquiler debido a los pagos médicos.

"El informe cuenta la historia del continuo deterioro en el acceso, la eficacia, la seguridad y la asequibilidad de la atención de salud en la última década", señaló el martes al mediodía durante una conferencia de prensa Karen Davis, presidenta de Commonwealth Fund. Todo esto, añadió, a pesar de que EE. UU. gasta más que ningún otro país en la atención de salud.

"Más recientemente le ha fallado a los millones de estadounidenses que perdieron sus trabajos durante la recesión y también sus beneficios de salud, dejándolos sin un lugar a dónde acudir para una cobertura asequible de atención de salud", lamentó Davis.

El informe de Commonwealth Fund se enfocó en las batallas de los 43 millones de adultos menores de 65 años que han perdido su cobertura de salud junto a su trabajo en los últimos dos años.

"Lo bueno es que la Ley de protección del paciente y atención asequible ya ha comenzado a aliviar a las familias", agregó Davis. "Una vez la nueva ley se implemente del todo, podemos confiar en que ninguna recesión futura tendrá el poder de quitar la seguridad de salud a tantos estadounidenses".

Según el informe, para las personas que perdieron su seguro de salud por empleo, encontrar una nueva cobertura de salud fue extremadamente difícil. De hecho, apenas 25 por ciento de esas personas pudieron encontrar una fuente de seguro de salud, y sólo catorce por ciento continuó con la cobertura a través de COBRA (Ley de reconciliación de presupuesto general consolidado), que permite al empleado comprar la continuación de la cobertura bajo el plan de salud patrocinado por la empresa durante un periodo limitado de tiempo.

Incluso con una mayor participación gubernamental, COBRA sigue siendo inasequible para la mayoría de personas que han perdido el trabajo, explicó Davis.

Además, para el 71 por ciento de los estadounidenses que intentaron comprar un plan individual (19 millones de personas) resultó difícil o imposible encontrar un plan que pudieran costear, que cumpliera con sus necesidades, fueron rechazados o se les cobró más debido a una afección preexistente, encontraron los investigadores.

El problema de los no asegurados se ha vuelto más grave en EE. UU. En 2010, unos 52 millones de estadounidenses carecían de seguro de salud, frente a 38 millones en 2001, reveló la encuesta.

Los más afectados fueron los adultos con ingresos inferiores a $22,050 para una familia de cuatro (54 por ciento sin seguro) y los que tenían ingresos familiares de $22,050 a $44,100 (41 por ciento sin seguro). Entre los que tenían mayores ingresos, apenas trece por ciento carecían de cobertura en 2010, anotaron los investigadores.

A medida que los costos de atención de salud seguían al alza, tanto los asegurados como los que carecían de seguro tenían problemas para costear la atención, afirma el informe. De hecho, se calcula que 75 millones de estadounidenses obviaron consultas médicas, recetas y pruebas o tratamientos recomendados debido al costo en 2010. Esto es frente a 47 millones en 2001, señalaron los investigadores.

Los más propensos a prescindir de la atención eran los no asegurados, y 66 por ciento reportó haberlo hecho. Entre las personas que tenían seguro, algunas de las cuales tenían deducibles altos, 31 por ciento prescindió de la atención debido al costo, encontró la encuesta.

Además, los costos de desembolso siguen al alza. Según el informe, 49 millones de adultos que trabajaban gastaron diez por ciento o más de sus ingresos en esos costos y en primas en 2010, un aumento de 31 millones frente a 2001.

También, el seguro de salud no cubre tanto como antes. Un 31 por ciento de los estadounidenses asegurados gastaron diez por ciento o más de sus ingresos en atención de salud en 2010, frente a 19 por ciento en 2001.

El informe agregó que los crecientes costos conllevan deudas médicas. En 2010, 73 millones de estadounidenses reportaron tener problemas para pagar la atención médica, o estaban llenos de deudas médicas. Esto es frente a 58 millones en 2005, señalaron los investigadores.

Esas deudas han obligado a 29 millones de personas a utilizar sus ahorros para pagar cuentas médicas, mientras que 17 millones han pagado esos costos con tarjetas de crédito y 22 millones no podían costearse la comida, la calefacción o el alquiler debido a las facturas médicas. Encima, las facturas médicas obligaron a cuatro millones a declararse en bancarrota, encontraron los investigadores.

La Ley de atención asequible arreglará algunos de estos problemas. La ley ya evita que las compañías de seguro denieguen la cobertura debido a una afección preexistente, permite a las personas permanecer en los planes de seguro de sus padres hasta los 26 años, concede créditos fiscales a las pequeñas empresas, no tiene límites en los beneficios de por vida, y obliga a la cobertura de cierta atención preventiva sin copagos.

Cuando las cláusulas de la ley entren en pleno efecto en 2014, casi todas las personas que carezcan actualmente de seguro tendrán acceso a un seguro de salud integral a través de Medicaid o planes privados de seguro. También habrá protecciones para el consumidor y créditos fiscales para los que tengan ingresos bajos y moderados, para ayudarles a comprar seguro.

Además, los planes de salud tendrán que cumplir con un beneficio básico estándar y no se les permitirá denegar la cobertura ni cobrar más debido a afecciones preexistentes de salud.

Los datos para el informe de Commonwealth Fund se recolectaron en una encuesta telefónica con una muestra nacionalmente representativa de 4,005 adultos de EE. UU. entre julio y noviembre de 2010.

Más información

Para más información sobre la Ley de atención asequible, visite HealthCare.gov.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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