A medida que se transfieren los costos de los medicamentos a los consumidores, el gasto se reduce

Según los investigadores, para aquéllos que tienen enfermedades crónicas, eso se puede convertir en resultados peores

MARTES 3 de julio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Una investigación reciente halla que, a medida que empleadores y aseguradoras le transfieren más del costo de los medicamentos de receta a los consumidores, el gasto real de estos medicamentos se reduce.

Los investigadores agregan que, para quienes tienen ciertas afecciones médicas crónicas, esto implica que probablemente se gaste más dinero en servicios médicos costosos y que los resultados de salud empeoren con el tiempo.

"Los medicamentos de receta son como las manzanas para el cereal del desayuno. Cuando aumentan de precio, los pacientes los usan menos, cosa que aplica incluso para los pacientes de enfermedades criónicas", aseguró Dana Goldman, autora líder de un estudio que aparece en la edición del 4 de julio del Journal of the American Medical Association. "Compartir los costos puede tener efectos contundentes sobre la manera como la gente se hace surtir sus medicamentos".

Goldman es el director de economía de la salud de RAND Corp. en Santa Mónica, California.

Como hay cada vez más y mejores medicamentos, el acceso a los medicamentos ambulatorios se ha convertido en "piedra angular de un sistema eficiente de atención de la salud", escribieron los autores del estudio.

Pero los aumentos en los gastos farmacéuticos han hecho que aseguradoras y empleadores traten de transferirle parte del costo al consumidor.

"Ha habido un movimiento en los últimos años . . . hacia un aumento en los costos compartidos", aseguró Goldman. "Es irónico porque si los medicamentos realmente están haciendo su trabajo, a medida que se gasta más en ellos, se esperaría menos uso hospitalario y de servicios de emergencia. Se esperaría que si los medicamentos están aumentando su porción del gasto, es porque están funcionando. Queríamos determinar cuál es la evidencia que puede reconciliar estas posiciones, esa era la motivación".

Goldman y sus colegas examinaron 132 artículos publicados entre 1985 y 2006 que examinaron la relación entre las medidas de control de costos de los planes de medicamentos de receta (como los copagos y los topes de beneficios farmacéuticos".

El aumento en los costos compartidos se relacionó con menos índices de tratamiento farmacológico, menores índices de adhesión y suspensión más frecuente de la terapia.

Por cada 10 por ciento de aumento en el costo compartido, el gasto en medicamentos recetados se redujo entre 2 y 6 por ciento.

Para los pacientes de insuficiencia cardiaca congestiva, trastornos de lípidos, diabetes y esquizofrenia, el aumento en los costos compartidos implicó mayor uso de los servicios médicos.

Las consecuencias a largo plazo fueron menos claras.

"La evidencia es algo abrumadora. Hay algo de evidencia y nos parece que apunta al hecho de que, al final, hay costos relacionados con esta estrategia, pero la evidencia no es definitiva", aseguró Goldman. "Para ciertas afecciones crónicas, sí vemos que cuando se aumentan los costos compartidos, también se aumenta el uso de los servicios hospitalarios y de emergencia, que son costosos. Eso sugiere que hay algunas ventajas y desventajas.

"Existe algo de evidencia de que compartir los costos le cuesta a las aseguradoras más con el tiempo, lo que sugiere que la mejor estrategia es darle a la gente sus medicamentos sin costo", continuó Goldman. "Algunas aseguradores en realidad están avanzando hacia eso para ciertas afecciones crónicas".

Algunos expertos consideraron que el estudio no llegó lo suficientemente lejos.

"No tiene sentido correlacionar "compartir los gastos" con "cumplimiento" sin explorar más la educación del paciente, la inversión del paciente, los tratamientos alternativos, los cambios en el estilo de vida, etc.", aseguró Greg Scandlen, presidente y fundador de Consumers for Health Care Choices.

"No todos los 'gastos compartidos' son iguales. El estudio parece combinar copagos y coaseguro, pero tienen efectos muy distintos", continuó Scandlen. "Un copago funciona como una multa por usar un medicamento. No da información sobre los costos subyacentes. . . . Un copago reduce el conocimiento del consumidor, mientras que el coaseguro aumenta el conocimiento de los costos subyacentes. En cuanto el consumidor sepa cuál es el costo, puede tener una conversación con su médico acerca de los costos y los beneficios. Eso hace que invierta más en su propio régimen de tratamiento, lo que promoverá un mayor cumplimiento con toda la gama del tratamiento".

Más información

Para más recomendaciones sobre la seguridad de medicamentos, visite el National Council on Patient Information and Education.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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