El precio de los medicamentos para el corazón hace que estén fuera del alcance de muchos estadounidenses

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LUNES, 25 de noviembre de 2019 (HealthDay News) -- Muchos estadounidenses en edad laboral tienen dificultades para pagar los medicamentos para el corazón que los protegen del ataque cardiaco, el accidente cerebrovascular (ACV) y la enfermedad cardiaca, informa un estudio reciente.

Más o menos uno de cada ocho adultos que sufren de un problema cardiaco de alto riesgo afirma que las dificultades financieras han hecho que se salte dosis del medicamento, que retrase el surtido de una receta, o que tome una dosis más baja que la recetada, señalaron los investigadores.

Los que todavía no tienen la edad suficiente como para contar con Medicare fueron los más afectados, dijo el investigador sénior, el Dr. Khurram Nasir, jefe de prevención y bienestar cardiovasculares del Hospital Metodista de Houston, en Texas.

La falta de cumplimiento con los medicamentos relacionada con los costos era hasta tres veces más común en las personas menores de 65 años, encontraron los autores del estudio.

"Los pacientes mayores cubiertos con Medicare tienen una mayor carga de enfermedad, y es menos probable que tengan un empleo activo", apuntó Nasir. "Aun así, tenían un riesgo de dos a tres veces más bajo de no cumplir con sus medicamentos debido al costo".

Los resultados fortalecen el argumento de que una opción de salud pública, como el Medicare-for-All (Medicare para Todos) podría promover una mejor salud entre los estadounidenses, añadió.

"Nuestro estudio sugiere que el sistema de seguro privado con ánimo de lucro no protege a muchas personas del riesgo financiero", enfatizó Nasir.

Saltarse dosis de los antihipertensivos, los medicamentos para reducir el colesterol y otras terapias con receta es una táctica financiera riesgosa que aumenta las probabilidades de los pacientes de desarrollar insuficiencia cardiaca o de sufrir un ataque cardiaco o ACV, explicó Nasir.

El Dr. Benjamin Hirsh es director de cardiología preventiva en el Hospital Cardiaco Sandra Atlas Bass de Northwell Health en Manhasset, Nueva York. Anotó que "la enfermedad cardiaca está aumentando a un ritmo alarmante, y se necesita que los legisladores y las personas implicadas controlen esta epidemia al abordar los problemas relacionados con la asequibilidad de los fármacos".

Para ver qué tan común se ha vuelto la práctica, Nasir y sus colaboradores analizaron las respuestas de más de 14,000 personas que participaron en la Encuesta nacional de entrevista de salud, que se realiza cada año con fondos federales, entre 2013 y 2017. Todas habían sido diagnosticadas antes con enfermedad cardiaca, dolor de pecho relacionado con el corazón, un ataque cardiaco o un ACV.

Casi una de cada cinco personas menores de 65 años reportó que una dificultad financiera había evitado que tomara sus medicamentos para el corazón según las indicaciones, mostraron los hallazgos.

Las personas sin seguro de salud eran las menos propensas a poder costear sus medicamentos, y más de la mitad dijeron que habían dejado de tomar dosis o habían retrasado las recetas.

Pero unos porcentajes significativos de adultos en edad laboral con cobertura de salud también reportaron que no tomaban sus medicamentos cardiacos según las indicaciones, entre ellos un 21 por ciento de las personas que tenían Medicaid u otro tipo de seguro público, y casi un 15 por ciento de los que tenían un seguro privado.

Los adultos con unos ingresos bajos tenían el doble de probabilidades de ahorrar costos dejando de tomar los medicamentos que las personas con unos niveles de ingresos entre medios y altos: un 30 frente a un 15 por ciento.

El Sur tiene la mayor cantidad de adultos en edad laboral que se enfrentan a dificultades con los costos de los fármacos (un 25 por ciento), seguido por el Medio Oeste (un 21 por ciento), el Oeste (un 18 por ciento) y el Noroeste (un 15 por ciento), según el informe.

Las personas que sufrían de dos o más enfermedades crónicas tenían más dificultades para costear sus medicamentos: alrededor de un 28 por ciento reportaron que no cumplían con ellos, frente a un 20 por ciento de los que tenían una enfermedad crónica, y un 14 por ciento de los pacientes sin enfermedades crónicas.

Pero hay ciertas evidencias de que las personas hacen todo lo posible por tomar los medicamentos que sus médicos les recetan.

"Uno de cada tres individuos que no cumplían con su régimen le pidieron activamente al médico que los ayudara a encontrar alternativas más baratas", señaló Nasir.

Las personas que no tomaban sus medicamentos según la receta debido a problemas con el costo tenían 11 veces más probabilidades de solicitar un medicamento de bajo costo, y nueve veces más probabilidades de usar terapias alternativas no recetadas, en comparación con las personas que podían costear sus fármacos, apuntaron los autores del estudio.

Los pacientes cardiacos que ven que tienen que saltarse dosis para ahorrar dinero deben hablar con su médico, que puede pasarlos a medicamentos alternativos más asequibles, y que quizá incluso pueda orientarlos a programas de asistencia financiera, aseguraron Nasir y el Dr. Satjit Bhusri, cardiólogo del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.

"La asequibilidad es la mejor arma contra la falta de cumplimiento debida al costo, al usar medicamentos genéricos y asistencia externa", planteó Bhusri.

Hirsh se mostró de acuerdo.

"Los esfuerzos dirigidos a educar a los pacientes y a las partes implicadas, y las estrategias basadas en equipo para reducir los costos de los medicamentos serán necesarios para reducir la enfermedad cardiaca y controlar el gasto insostenible en la atención de la salud", añadió Hirsh.

Más información

La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ofrece más información sobre los medicamentos cardiacos.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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