¿Qué motiva a los padres 'antivacunas'? Una variedad de cosas, muestra un estudio

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JUEVES, 21 de marzo de 2019 (HealthDay News) -- Las campañas contra la vacunación abundan en los medios sociales, pero las personas implicadas no necesariamente se ven impulsadas por una única motivación, sugiere un nuevo estudio.

En vez de ello, los investigadores afirman, las personas que dan voz a sus opiniones antivacunas en línea abarcan desde conspiracionistas hasta padres que tienen preocupaciones de seguridad o que están interesados en la medicina alternativa.

Los investigadores llegaron a esa conclusión tras observar un ataque "viral" en Facebook dirigido contra un consultorio pediátrico que publicó un video en que alentaba la vacunación contra el VPH.

Un mes después de que el consultorio publicara el video en su página de Facebook, aparentemente captó la atención de grupos antivacunas. En un plazo de una semana, la publicación se vio inundada por miles de comentarios contra las vacunas.

Entonces, los investigadores de la Universidad de Pittsburgh decidieron observar más de cerca a las personas implicadas, y analizaron los perfiles de una muestra seleccionada al azar de 197 comentadores.

Encontró que la mayoría eran madres, pero eran bastante diversos en otros aspectos. Provenían de 36 estados de EE. UU. y ocho países, y no eran uniformemente ni liberales ni conservadores. Poco más de la mitad eran partidarios de Trump, mientras que un 11 por ciento eran admiradores de Bernie Sanders, por ejemplo.

A partir de lo que los investigadores pudieron analizar, los comentadores se veían motivados por diversas razones.

Al final, parecían reducirse a cuatro amplios temas, señaló el investigador sénior, el Dr. Brian Primack, director del Centro de Investigación en Medios, Tecnología y Salud de la Pittsburgh.

Algunos comentadores antivacunas se mostraban desconfiados de la comunidad científica, y se preocupaban de que la vacunación obligatoria fuera una amenaza para su libertad individual. Otro grupo creía que el gobierno y otros colectivos conspiraban para ocultar la verdad al público.

"Por ejemplo, había una afirmación de que el poliovirus no existía", dijo Beth Hoffmann, una estudiante de postgrado de la Pittsburgh que trabajó en el estudio.

Pero también había comentadores que se correspondían más con el típico padre "renuente ante las vacunas", dijo Primack.

Había un grupo preocupado sobre la seguridad de las vacunas y la idea de que las vacunas son "inmorales", y otro interesado en "alternativas", como los remedios homeopáticos, para evitar las sustancias químicas usadas en las vacunas.

Para los investigadores, eso significa que los médicos y las agencias de salud pública deben "adaptar" mejor sus mensajes para abordar los distintos motivos por los cuales algunos padres se niegan a vacunar a sus hijos.

"No todo se trata del autismo", dijo Hoffmann.

Se refería a la génesis del movimiento antivacunas: la creencia de que la vacuna SPR, contra el sarampión, las paperas y la rubeola, podría causar el autismo. Ese miedo se originó en un estudio de 1997, que luego resultó ser fraudulento y que fue retractado por la revista que lo publicó.

Pero hoy en día, los sentimientos antivacunas van más allá del autismo, concurrió el Dr. Paul Offit, jefe de enfermedades infecciosas en el Hospital Pediátrico de Filadelfia.

"Es perfectamente razonable que los padres sean renuentes y tengan preguntas", afirmó Offit, que no participó en el estudio. "Administramos muchas vacunas a los niños, y usamos materiales biológicos de los que las personas nunca han escuchado".

Pero los padres deben plantear esas preocupaciones a su pediatra, comentó Offit, y no a los medios sociales, donde es inevitable que encuentren información falsa como que "la polio no existe".

Idealmente, señalaron los investigadores de la Pittsburgh, los médicos deben responder con algo más allá de un mensaje genérico de "las vacunas son seguras y efectivas". Si, por ejemplo, a los padres les preocupan los ingredientes de las vacunas, dijo Hoffmann, podría ser útil explicarles lo que hace una sustancia en particular, como mejorar la respuesta del sistema inmunitario.

"Los padres podrían sentir que no los escuchan si reciben una respuesta general", dijo Primack.

Los hallazgos, publicados el 21 de marzo en la revista Pediatrics, llegan en un momento en que crece la preocupación por la renuencia de los padres ante las vacunas. En años recientes ha habido brotes generalizados de "antiguas" enfermedades infantiles como el sarampión, las paperas y la tos ferina.

En lo que va de año, ha habido 268 casos de sarampión, reportados en 15 estados, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

En un momento, el sarampión se declaró erradicado en Estados Unidos, debido a las altas tasas de vacunación. Pero ha resurgido, con frecuencia debido a viajeros que vuelven con el sarampión de países donde ocurren grandes brotes, según los CDC.

"La negativa a vacunarse está impulsando una crisis de salud pública", advirtió Hoffman.

Offit se mostró de acuerdo. También dudó que los mensajes de los médicos y las agencias de salud pública tengan algún poder sobre las personas en el extremo de las "teorías de la conspiración" del espectro.

"Para mí, se reduce a la legislación", añadió Offit. Apuntó a los pocos estados de EE. UU. que permiten que los niños solo reciban una exención de las vacunas por motivos médicos, no por las objeciones religiosas ni filosóficas de los padres.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen a los padres recursos sobre las vacunas infantiles.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

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