Las personas con enfermedades mentales siguen obteniendo armas de fuego de forma ilegal, muestra un estudio

Una revisión de pacientes de Florida encuentra que 2 de cada 3 arrestos por crímenes violentos y 1 de cada 3 suicidios no deberían haber incluido armas de fuego
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MARTES, 7 de junio de 2016 (HealthDay News) -- Casi dos tercios de los arrestos por crímenes violentos entre los enfermos mentales fueron de personas que ya tenían una prohibición legal de poseer un arma de fuego, revela un nuevo estudio de Florida.

"Es un fracaso del mecanismo de cumplimiento", señaló el autor líder del estudio, Jeffrey Swanson.

Y casi un tercio de los suicidios con armas de fuego llevados a cabo por los enfermos mentales fueron en personas que no podían poseer esas armas de forma legal, encontró el estudio.

Ese preocupante hallazgo refleja un problema con los criterios para identificar a los individuos en riesgo, añadió Swanson, profesor del departamento de psiquiatría y ciencias conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke.

La enfermedad mental provoca apenas una pequeña fracción de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos, alrededor de un 3 a un 5 por ciento, apuntó Colleen Barry, profesora de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore.

El estudio de la Duke "aporta nuevas evidencias a esta difícil área política", afirmó Barry, codirectora del Centro Investigación sobre la Salud Mental y las Políticas de la Adicción de la Hopkins.

"Cuando pensamos en la enfermedad mental y las políticas sobre las armas de fuego, debemos enfocarnos como un láser en el componente del suicidio, porque ahí es donde en realidad hay un riesgo mucho más alto de mortalidad que en el contexto de los homicidios", señaló.

Swanson y su equipo revisaron los expedientes de 82,000 adultos con esquizofrenia, trastorno bipolar o trastorno depresivo mayor. Todos recibían servicios en el sistema público de atención de salud conductual de los condados de Miami-Date y Pinellas de Florida, a partir de 2002.

Los investigadores recolectaron información sobre los arrestos por crímenes violentos con armas de fuego, los suicidios con armas de fuego, las hospitalizaciones, las encarcelaciones, las sentencias judiciales y las causas de fallecimiento, entre otras fuentes, para crear una base de datos que cubriera un periodo de 10 años. Se crearon grupos de comparación para examinar los resultados clave.

Aunque se limitó a una población específica de un solo estado, los autores del estudio consideran que los hallazgos pueden ayudar a orientar a las iniciativas estatales y federales para hacer que los criterios existentes para la restricción al acceso a las armas de fuego sean más precisos.

Por ejemplo, el estudio encontró que de 50 personas que usaron un arma de fuego para suicidarse, el 72 por ciento podían comprar un arma de fuego de forma legal el día en que murieron.

Por ejemplo, se podrían prevenir algunos suicidios y crímenes violentos relacionados con las armas de fuego si más estados evitaran que más personas que han sido detenidas en contra de su voluntad para una evaluación durante una crisis de salud mental (pero no las que se han internado de forma voluntaria en un hospital mental) compraran armas de fuego, sugirieron los hallazgos.

En el estudio, el 26 por ciento de las personas que conservaron sus derechos respecto a las armas de fuego tenían antecedentes de este tipo de detención a corto plazo.

Florida cerró esa laguna legal después de que terminó el periodo del estudio. Alrededor de la mitad de los estados quitan los derechos respecto a las armas de fuego de las personas con esas detenciones temporales a corto plazo, pero la mitad no lo hacen, dijo Swanson.

Los esfuerzos a más largo plazo para impedir la violencia con las armas de fuego también deben enfocarse en la prevención, planteó Swanson.

La conducta violenta es provocada por "todo un coctel de factores que se suman e interactúan de formas complejas", enfatizó Swanson. "Si se quiere pensar en resolver el problema de la violencia, es demasiado simple decir que hay que mejorar el sistema de salud mental", dijo.

"Hay que pensar en la violencia como en una enfermedad contagiosa", continuó. Parte de la solución es construir unas comunidades más sanas con un mejor acceso al tratamiento para el abuso de sustancias, unas mejores oportunidades económicas y menos niños expuestos al trauma que se convierten en perpetradores cuando crecen, señaló.

El informe aparece en la edición de junio de la revista Health Affairs.

Más información

La Alianza Nacional de Enfermedades Mentales ofrece más información sobre la enfermedad mental y las leyes de control de las armas de fuego.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2016, HealthDay

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