¿Es la proliferación de algas tóxicas del verano una creciente amenaza para la salud?

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VIERNES, 24 de julio de 2020 (HealthDay News) -- Cada verano parece llegar con nuevas advertencias sobre las proliferaciones de algas toxicas en los estanques, lagos y canales locales.

Se sabe que las proliferaciones de algas tóxicas son peligrosas para la salud de los humanos y de los animales, pero un nuevo estudio sugiere que podrían ser incluso más nocivas de lo que se pensaba.

Una sola proliferación masiva de algas azul verdosas en el lago Okeechobee y el río Caloosahatchee de Florida llegó hasta el Golfo de México en 2018, y se combinó con la aparición de algas de marea roja para crear un caldo tóxico frente a la costa de Fort Myers, según un análisis que se publicó en la edición en línea del 18 de julio de la revista Neurotoxicity Research.

Las aguas combinadas tenían unas concentraciones suficientemente altas de una toxina hepática llamada microcistina-LR como para ser peligrosas para humanos y animales si la ingerían, comentó el autor principal del estudio, James Metcalf, científico investigador principal de Brain Chemistry Labs en Jackson Hole, Wyoming.

"Las toxinas hepáticas que encontramos tenían la concentración suficiente como para que sea probable que alguien enfermara a corto plazo si bebiera el agua", advirtió. "Todo depende de la dosis, de forma que una persona de mayor tamaño tendría que beber una mayor cantidad que una persona de tamaño más reducido o un niño".

Pero también había otras proliferaciones de algas tóxicas, incluyendo una sustancia llamada BMAA, que podría vincularse con trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig), apuntó Metcalf.

Estudios anteriores han vinculado una exposición continua a la BMAA en la dieta con un desarrollo más temprano de enfermedades neurodegenerativas en los animales, aseguró.

"Quizá no enferme hoy, ¿pero qué sucede si bebe esta sustancia durante 10 años? Nos preocupa que haya un riesgo de desarrollar Alzheimer o ELA", dijo Metcalf. "Nuestra investigación ha indicado que podría ser un factor de riesgo de la enfermedad neurológica".

El estudio es significativo, porque muestra que una sola proliferación de algas puede producir distintas toxinas que podrían ser nocivas de distintas formas, aseguró Anne Weir Schechinger, analista sénior del Grupo de Trabajo Ambiental, en Minneapolis.

"Cuando sabemos que estas distintas toxinas pueden ser producidas por la misma proliferación, podemos comenzar a proteger mejor a las personas, porque tienen muchos impactos de salud pública", comentó.

Los informes noticiosos sobre las proliferaciones de algas se han vuelto cada vez más comunes, apuntó Schechinger. En 2010, hubo menos de 100 artículos sobre ese tipo de proliferación en Estados Unidos; el año pasado, más de 500 proliferación de algas llegaron a las noticias.

"De verdad pensamos que un importante factor impulsor de esto es el cambio climático", observó Schechinger. "Las proliferaciones de algas prosperan y ocurren con más frecuencia cuando los nutrientes, como el fósforo y el nitrógeno, llegan a los cuerpos de agua y se combinan con el calor y la luz del sol".

El riesgo aumenta después de grandes eventos pluviales, que llevan los nutrientes a los cuerpos de agua desde los campos de las granjas, las operaciones avícolas y los centros ganaderos, dijo Schechinger.

Enfatizó que es importante evitar cualquier agua llena de algas.

"Si sabe que está ocurriendo una proliferación en sus aguas locales, sin duda en primer lugar aconsejaría no entrar en ellas", indicó Schechinger. "No entre en el agua ni permita que sus hijos ni mascotas entren al agua".

Cada año está muriendo un número creciente de perros tras nadar en aguas contaminadas con algas tóxicas, advirtieron ella y Metcalf.

También, si detecta una proliferación de algas, repórtela al departamento de salud o a la agencia ambiental locales de forma que puedan realizar pruebas de toxicidad, aconsejó Schechinger.

Una preocupación creciente es que simplemente no entrar en el agua no sea suficiente para proteger de las toxinas de una proliferación de algas.

Schechinger citó un estudio reciente de la Universidad de la Costa del Golfo de Florida, que encontró microcistina aérea a dos millas (poco más de 3 kilómetros) del cuerpo de agua más cercano con una proliferación de algas tóxicas.

"Pudieron mostrar que en realidad viajó las dos millas por el aire desde el cuerpo de agua afectado", añadió. "Quizá nos estemos exponiendo a esas toxinas en el aire, a una mayor distancia de esos cuerpos de agua".

Más información

El Grupo de Trabajo Ambiental ofrece más información sobre las algas tóxicas.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2020, HealthDay

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