Los niños de 7 años con sobrepeso se enfrentan a un mayor riesgo de asma

Perder peso antes de esa edad puede ayudar a prevenir el inicio de la enfermedad, sugiere un estudio

VIERNES, 23 de diciembre (HealthDay News) -- Los niños que tienen sobrepeso o son obesos en la infancia temprana tienen un mayor riesgo de sufrir de asma para los ocho años de edad que los niños de peso normal, halla un estudio reciente.

Investigadores suecos dieron seguimiento a más de 2,000 niños durante ocho años, usando los expedientes de salud del preescolar y la escuela para rastrear su estatura y peso a las edades de 1 año, 18 meses, 4 años y 7 años. Los padres completaron cuestionarios sobre la salud de sus hijos, lo que incluyó el estatus de asma y alergias.

Los niños que tenían un índice de masa corporal (IMC) persistentemente alto (en el percentil 85 o más) durante la infancia temprana, o que eran niños pequeños de peso normal pero aumentaron de peso y tenían un IMC alto para los 7 años, eran más propensos a sufrir de asma que los niños que tenían un peso corporal normal.

Sin embargo, los niños que tenían un IMC alto a una edad temprana (a los 18 meses o a los 4 años) pero que habían rebajado para los 7 años no estaban en mayor riesgo de asma que los demás niños.

"Si los niños solo tenían sobrepeso en el periodo temprano antes de los 4 años, no observamos un aumento en el riesgo de asma en la edad escolar", señaló la autora líder del estudio Jessica Magnusson, estudiante doctoral del Instituto de Medicina Ambiental de Estocolmo. "Sin embargo, si tenían un sobrepeso persistente, o sobrepeso a una edad más avanzada (a los 7 años), entonces hay una asociación con el asma a los 8 años".

El asma, caracterizado por la inflamación de las vías respiratorias, puede causar sibilancia, tos, apretamiento del pecho y problemas para respirar.

El estudio aparece en la edición de enero de la revista Pediatrics.

A los 8 años, alrededor del 6 por ciento de los niños del estudio sufrían de asma. Los que tenían sobrepeso a los 4 y a los 7 años tenían casi 2.5 veces más riesgo de sufrir de asma.

Los investigadores excluyeron a los niños que habían tenido síntomas tempranos de sibilancia o que habían sido diagnosticados con asma antes de los dos años de edad.

También tomaron en cuenta los antecedentes de asma de los padres. Un IMC alto se asoció con un mayor riesgo de asma solo en los niños cuyos padres no tenían antecedentes de la enfermedad, según el estudio.

Los investigadores señalaron que el estudio no muestra que tener sobrepeso o ser obeso provoque asma. Sin embargo, el avance en las tasas de obesidad infantil ha coincidido con un aumento en las tasas de asma, lo que ha llevado a algunas personas a especular que ambas afecciones podrían tener una conexión biológica.

Una teoría es que la leptina, una hormona que se halla en el tejido graso, podría contribuir a una respuesta inmune inflamatoria que podría desencadenar el asma, que es una inflamación crónica de las vías respiratorias.

Un estudio anterior halló unos niveles altos de leptina en los niños con sobrepeso, y que incluso entre los niños con sobrepeso que tenían IMC similares, los que sufrían de asma tendían a tener niveles más elevados de leptina.

El estudio actual también halló una asociación entre tener sobrepeso a los 7 años y una sensibilización a alérgenos atmosféricos. La sensibilización, o presencia de ciertos anticuerpos en la sangre, con frecuencia indica una alergia a una sustancia particular, pero los investigadores no rastrearon los síntomas en sí.

Controlar el peso de un niño es importante para prevenir el asma y otras afecciones que se están viendo en más niños, entre ellas la diabetes y el colesterol alto, enfatizó Nancy Copperman, directora de iniciativas de salud pública de la Oficina de Salud Comunitaria del Sistema de Salud North Shore-LIJ en Great Neck, Nueva York.

Y la obesidad y el asma se pueden fomentar mutuamente. Los niños que experimentan síntomas de asma y tienen dificultades para respirar podrían ser menos aptos para participar en la actividad física, mientras que los padres se preocupan sobre los niños asmáticos y no les permiten hacer ciertas cosas, como correr al aire libre cuando hace frío, señaló Copperman.

"Lo que este estudio plantea es la prevención", afirmó. "Los niños que pesaban más y rebajaron no tuvieron una mayor incidencia de asma, mientras que los delgados que engordaron o los que tenían mucho peso desde el principio sí. La obesidad no es un problema cosmético. Tiene consecuencias reales para la salud".

Más información

La Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente (American Academy of Child & Adolescent Psychiatry) ofrece más información sobre la obesidad infantil.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2011, HealthDay

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