Lo último en cuanto a qué hacer ante las infecciones de los oídos

Los médicos optan a menudo por el alivio del dolor y la espera para ver si es necesario usar antibióticos

SÁBADO, 2 de enero (HealthDay News/DrTango) -- Cuando los padres sospechan que sus hijos pequeños tienen una infección de los oídos suelen llamar al médico, programar una consulta y esperar a que le receten antibióticos.

Éste era el ritual. Pero las cosas han cambiado.

"Hasta hace ocho o nueve años, tratábamos cada infección de los oídos en el diagnóstico", dijo el Dr. David Tunkel, director de otolaringología pediátrica de la Escuela de Medicina Johns Hopkins y presidente del comité pediátrico de la American Academy of Otolaryngology.

"Pensábamos que reduciríamos los síntomas de forma más rápida", dijo Tunkel. "Luego nos dimos cuenta que muchos niños que no eran tratados con antibióticos obtenían resultados bastante buenos sin el tratamiento inicial".

Como resultado, apuntó Tunkel, las directrices emitidas en 2004 por la American Academy of Pediatrics y la American Academy of Otolaryngology empezaron a fomentar lo que los médicos califican como la "opción de observar". Es decir que los niños de dos años en adelante que estén sanos pueden observarse durante un periodo corto de tiempo antes de que se les receten antibióticos.

Las infecciones de los oídos son las dolencias más comunes entre los bebés y niños pequeños, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., ya que se calcula que tres de cada cuatro niños padecen una infección de los oídos antes de los 4 años. Es habitual que las infecciones ocurran en el oído medio, cuando es así, reciben el nombre de otitis media. La otitis media con efusión es cuando se acumula tanto fluido como mucosidades en los conductos auditivos del oído medio.

Las infecciones de los oídos suelen desaparecer por su cuenta. Pero otro otorrinolaringólogo pediátrico, el Dr. Richard Rosenfeld, subrayó que "la observación es diferente a la alternativa de no administrar ningún tratamiento". Rosenfeld es director de otolaringología en el Hospital Universitario de Long Island y en el Centro Médico Downstate de la Universidad del Estado de Nueva York, así como consultor de la American Academy of Pediatrics en materia de directrices sobre las infecciones de los oídos.

Cuando se recomienda la observación antes que la medicación, apuntó, los médicos podrían enviar los padres a casa con una receta como "red de seguridad" en caso de que la situación empeore. Los padres deben preguntar al médico por el tiempo específico de observación, que normalmente oscila entre uno y tres días.

Y mientras se espera y vigila, el enfoque debe centrarse en el alivio del dolor.

Sin embargo, la observación no se recomienda para todos los niños, aún si están sanos y tienen dos años o más, apuntó Tunkel. Por ejemplo, un niño con fiebre de 102 F (38.8 C) o más por lo general recibirá tratamiento.

"No queremos impedir que los antibióticos lleguen a los niños", destacó

Más bien, las directrices pretenden abordar las preocupaciones sobre la resistencia a los antibióticos que puede aflorar debido a su abuso, dijo.

También, un estudio que apareció en la revista británica BMJ en julio encontró que las infecciones de los oídos reaparecen con más frecuencia en los niños que han sido tratados con antibióticos. En un periodo de tres años después de tratar una infección de los oídos, el 63 por ciento de los niños que recibieron el antibiótico amoxicilina había tenido infecciones recurrentes de los oídos, en comparación con el 43 por ciento de los que no recibieron ningún antibiótico.

"Los padres se han hecho a la idea de que los antibióticos no son la primera opción de tratamiento", destacó Tunkel.

Sino más bien que el control y el manejo del dolor necesitan pasar al primer plano, al menos al principio. Para el dolor, Rosenfeld recomienda ibuprofeno y no acetaminofén porque, su efecto "dura más tiempo".

"Si nuestro objetivo es que el niño duerma toda la noche, lo conseguimos mejor con ibuprofeno y no con acetaminofén", destacó.

"Hay que prepararse para administrar muchos analgésicos", destacó, pero la cantidad exacta debe discutirse de forma individual con el pediatra.

Las gotas anestésicas para los oídos, que suelen venderse bajo receta, pueden ayudar pero no producen un alivio prolongado, señaló Rosenfeld. Y la práctica de aplicar paños calientes en el exterior del oído no causa ningún daño, destacó, pero tampoco existen pruebas reales de que funciona.

Algún día, los niños podrían vacunarse contra las infecciones de los oídos. Los científicos están trabajando en el desarrollo de una vacuna y evaluando formas de administrarla, incluso mediante su frotación sobre la piel en lugar de inyectarla, de acuerdo con una presentación en la reunión anual de la American Society of Microbiology en 2009.

Por lo pronto, los padres pueden tomar algunas medidas sencillas para reducir la probabilidad de que su hijo desarrolle una infección de los oídos, destacó Tunkel. Si los padres fuman, dejar de fumar reducirá la exposición del niño al humo del cigarrillo, que es un factor de riesgo para las infecciones de los oídos. Además los padres que opten por una guardería con el menor número de niños posible pueden, al menos teóricamente, reducir el conjunto de gérmenes en circulación, señaló.

Más información

La Nemours Foundation tiene más información sobre las infecciones de los oídos.


Artículo por HealthDay, traducido por DrTango

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