Nueva ley sobre etiquetado de alimentos esperada con impaciencia

Aún así, los que tienen alergias alimentarias podrían hallar aún más restricciones dietéticas con las etiquetas en 'lenguaje sencillo'

LUNES 21 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- Los nuevos requerimientos estadounidenses para el etiquetado de alimentos en "lenguaje sencillo", que entrarán en vigencia en menos de un año, reducirán las reacciones alérgicas de los que padecen alergias alimentarias potencialmente mortales. Sin embargo, podría haber otro resultado no intencional para quienes sufren de estas alergias.

Si los productores siguen la ley de etiquetado al pie de la letra, las cantidades residuales de algunos alergenos hasta ahora no mencionados serán publicadas, lo que causará una restricción en la dieta como nunca antes la había habido.

Los inminentes cambios en el etiquetado quizá también reduzcan la necesidad de los consumidores de ponerse en contacto con los productores de alimentos, además de hacer más fácil la vida de los 11 millones de estadounidenses que sufren de alergias alimentarias.

"La ley de etiquetado nos permitirá tener más información, por lo que hasta un niño de siete años podrá leer las etiquetas", aseguró Anne Munoz-Furlong, coautora de un estudio que se presenta el martes en la reunión anual de la American Academy of Allergy, Asthma and Immunology en San Antonio.

El estudio fue financiado por la Food Allergy and Anaphylaxis Network (FAAN), la organización fundada por Munoz-Furlong.

La nueva ley exigirá a los productores utilizar un lenguaje común y corriente sobre la presencia de cualquiera de los ocho alergenos alimentarios principales (leche, huevos, maní, nueces de árbol, pescados, mariscos, trigo y soya). También se le exigirá a las empresas indicar si cualquiera de los principales alergenos se ha utilizado en los condimentos, aditivos, aromatizantes y colorantes, los cuales habían sido exentos previamente.

La Food Allergen Labeling and Consumer Protection Act (FALCPA o ley de etiquetado de alergenos alimentarios y protección al consumidor), aprobada por el Congreso, entrará en vigencia en enero de 2006. La intención de la regulación es facilitar las cosas para las personas que sufren de alergias alimentarias, algunas de las cuales pueden ser mortales. Para estas personas, leer con precisión una etiqueta puede ser un asunto de vida o muerte.

Un niño alérgico al maní terminó en la sala de emergencias simplemente porque entró en contacto con las cáscaras del maní que estaba comiendo un hombre sentado a su lado en el estadio de los Yankees en la ciudad de Nueva York. Otro hombre tuvo que ser sometido a una traqueotomía luego de comer, sin saberlo, un ají recubierto de mantequilla de maní en un restaurante de Brooklyn.

"Se puede ser alérgico a cualquier alimento con proteínas", explicó el Dr. Clifford Basset, profesor asistente clínico de medicina de la Universidad Estatal de Nueva York. "En el 99.9 por ciento de los casos no hay nada qué hacer. Es necesario evitar esos alimentos. Hay que estar pendiente de todas las etiquetas".

Actualmente, los consumidores muchas veces se sienten confundidos por el lenguaje complicado que disimula las ideas sencillas, por ejemplo, "caseína" en lugar de "leche".

Los autores del estudio encuestaron a 489 individuos que habían participado en una conferencia financiada por la FAAN acerca de su experiencia con las etiquetas de los alimentos.

Casi todos (el 99 por ciento) de los que respondieron aseguraron que "siempre/frecuentemente" leen las etiquetas de los alimentos antes de comprarlos. La mayoría (el 86 por ciento) sostuvo que la elección de una marca estaba "bastante influida" por el etiquetado. El mismo porcentaje afirmó que se había puesto en contacto con los productores para obtener mayor información sobre los ingredientes.

Entre aquellos encuestados, el 16 por ciento informó que había tenido una reacción alérgica porque no entendió bien lo que decía la etiqueta, mientras que el 22 por ciento aseguró que había tenido una reacción porque los alergenos no aparecían indicados en la etiqueta.

Una posible desventaja de la nueva ley será que las opciones en una dieta ya restringida serán aún menores para algunas personas. La mayoría de los estudios han indicado que las personas con alergias a la soya están en bajo riesgo si consumen aceite o lecitina de soya, aunque el 40 por ciento de los encuestados evita esos ingredientes de todos modos.

"Si la empresa sigue la ley al pie de la letra, podremos encontrar ingredientes en cantidades residuales que podrían limitar la dieta innecesariamente", aseguró Munoz-Furlong. "Hacen falta más estudios para determinar los niveles de umbral, pues la ciencia no está a la par del etiquetado por el momento".

"De todos modos, este es un problema menor si se compara con el beneficio mayor", agregó.

Además, la ley no cambiará las cosas en los restaurantes. Un tercio de los encuestados dijo que había tenido una reacción adversa a la comida servida o suministrada por un restaurante. De esos, cerca de dos tercios (el 63 por ciento) había tenido una reacción a la comida de restaurante en más de una ocasión.

Un compuesto para incrementar la tolerancia al maní de una persona alérgica se mostró exitoso en pruebas clínicas, pero se ha estancado y no ha salido al mercado. Entretanto, según Munoz Furlong, se están realizando estudios con Xolair, un tratamiento para el asma, para determinar si protegería a los alérgicos al maní de las reacciones causadas por cantidades residuales en los alimentos.

Más información

Para más información sobre las alergias alimentarias, visite la FAAN.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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