Un perro podría ayudar a proteger contra el eccema infantil

Sin embargo, un estudio halla que los gatos no ofrecerían la misma protección

JUEVES, 30 de septiembre (HealthDay News/HolaDoctor) -- Una investigación reciente señala que el mejor amigo del hombre ayuda a proteger contra el eccema de los niños pequeños, aunque su archienemigo, el gato, no.

El estudio halla que los niños que tienen un perro en casa a la edad de un año presentaron un riesgo significativamente reducido de eccema a los cuatro, pero los que tenían un gato tuvieron más probabilidades de tener la afección a la misma edad. Tener perro también otorgó protección contra la alergia a los gatos.

"Es algo especulativo, aunque posible, que el efecto protector se debe a una especie de inmunoterapia natural en la que los niños que están expuestos a los perros se vuelven tolerantes con el tiempo, de la misma manera que la gente que recibe inyecciones para la alergia desarrolla tolerancia a los alérgenos", aseguró la Dra. Tolly Epstein, profesora asistente de la división de inmunología, alergia y reumatología de la Facultad de medicina de la Universidad de Cincinnati.

También podría ser que los alérgenos de los perros podrían tener otros efectos sobre el sistema inmunitario que aún no se comprenden, agregó.

El estudio se realizó con recién nacidos del área de Cincinnati cuyos padres tenían alergias o eccema, lo que hace que los niños sean más propensos a desarrollar la afección. Se realizaron pruebas cutáneas para determinar qué niños eran alérgicos a los perros y a los gatos, independientemente de si sus familias lo eran.

El eccema es una inflamación de la piel que produce picazón y se puede asociar con alergias (eccema atópico) o no (eccema no atópico), explicó Epstein. Entre el 15 y el 30 por ciento de los niños han tenido eccema, que puede ir y venir, o desaparecer a cierta edad. Se piensa que tanto la genética como el ambiente tienen funciones claves para el desarrollo de la afección.

Epstein aseguró que los índices de eccema han aumentado dramáticamente en los últimos treinta años. Los investigadores quieren comprender las causas.

El estudio halla que los niños que arrojaron resultados positivos en pruebas de alergia a los perros y no vivían con uno tenían cuatro veces más riesgo de desarrollar eccema que los que arrojaron resultados positivos también y no habían tenido perro para cuando cumplieron cuatro años. Según los expertos, la gente puede obtener resultados positivos para una alergia y no presentar síntomas.

Según el estudio, cuantos mayores eran los niveles de alérgenos caninos en las casas, menor era el riesgo de que el niño desarrollara eccema a los cuatro años.

La mayoría de los 636 niños del estudio eran de raza blanca. Entre los 131 niños de raza negra, pocos tenían perros como mascotas, pero aquellos cuyas familias tenían gato, para la edad de un año tenían doce veces más probabilidades de tener eccema a los cuatro. Sin embargo, debido a las cifras reducidas, los resultados no fueron significativos.

El estudio también examinó la relación entre el eccema y los huevos, la leche y las nueces, uno de los alérgenos alimenticios más comunes entre los bebés. Algunos expertos recomiendan retrasar alimentos alergénicos comunes como estrategia para proteger a los niños contra las alergias, aunque los hallazgos del estudio no apoyaron la práctica.

"Tendemos a enfocarnos tanto en las alergias alimentarias con los niños pequeños, pero nuestro estudio mostró que los aeroalérgenos [alérgenos que van por el aire, como caspa de mascotas o emisiones de automóviles] podrían ser más importante de lo que se comprendía hasta ahora, señaló Epstein.

El estudio halló que retrasar la introducción de los huevos en las dietas de los bebés podría no afectar su riesgo de eccema años después, aunque hay algunas indicaciones de que benefició a los bebés cuando se introdujeron temprano. Sin embargo, estos hallazgos no fueron estadísticamente significativos. Los hallazgos relacionados con las nueces tampoco permiten sacar conclusiones.

Las directrices para la dieta de los bebés recomiendan evitar alimentos sólidos hasta los seis meses, seguidos por una introducción en serie y una monitorización de los efectos, señaló Wanda Phipatanakul, médica asociada del Hospital Infantil de Boston.

Phipatanakul señaló que el estudio, publicado en una próxima edición de la Journal of Pediatrics, se hizo de manera cuidadosa pero no es definitivo. Otras investigaciones habían mostrado resultados contradictorios sobre el impacto de los perros y los gatos, dijo.

"No hay conclusiones todavía", advirtió Phipatanakul, quien también es profesora asistente de pediatría de la Facultad de Medicina de Harvard. "No me parece que nadie, lo que incluye a los autores, esté diciendo que haya que tener perro o que no haya que tener gato".

La gente que tiene alergias debería evitar lo que las causa, "de lo contrario, continuarán sufriendo los síntomas", dijo.

"Hicieron muchos análisis avanzados y examinaron [los datos] de manera detallada", aseguró Phipatanakul, quien agregó que anima a que se realicen más investigaciones para ayudar a los médicos a "aprender más y emplear mejores intervenciones o estrategias".

Más información

Para más información sobre el eccema, visite la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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