La epidemia de opioides sigue arrasando, pero las recetas de analgésicos no se reducen

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MIÉRCOLES, 1 de agosto de 2018 (HealthDay News) -- En una señal de que la epidemia de opioides de EE. UU. todavía no está bajo control, un nuevo informe muestra que las recetas de los altamente adictivos analgésicos no se han reducido en la última década.

Tras llegar a su punto máximo en 2012-2013, el uso y las dosis de opioides se estabilizaron. Pero las dosis de cualquier forma seguían siendo más altas en 2017 que en 2007, y el uso de opioides fue particularmente alto entre los pacientes que sufrían un dolor crónico, encontraron los investigadores.

La emisión de recetas de opioides sigue siendo alta en gran medida debido a una cultura médica que ha evolucionado a lo largo de muchos años, señaló la investigadora principal, Molly Moore Jeffery, economista de la salud en la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota.

"Los médicos afirman que cuando atienden a alguien con ese tipo de dolor, emiten una receta de 30 pastillas", dijo. Esto ha resultado en que los estadounidenses utilicen más opioides recetados que en ninguna otra parte del mundo, añadió Jeffery.

"Recetamos el doble de opioides que Canadá y Alemania", dijo. Y en comparación con Reino Unido, los estadounidenses usan siete veces más opioides por persona, apuntó.

Pero muchas personas no utilizan todas las pastillas recetadas, dijo Jeffery. "Se quedan en los botiquines, y pueden ser riesgosos para los adolescentes", advirtió.

En el estudio, Jeffery y sus colaboradores utilizaron información de una base de datos nacional de reclamaciones médicas y farmacéuticas que cubría el uso de opioides de 48 millones de personas con un seguro de salud entre 2007 y 2016.

Los participantes estaban cubiertos por un seguro privado o por Medicare Advantage, que son unos planes de Medicare ofrecidos por aseguradoras privadas. El equipo de Jeffery tomó en cuenta factores como la edad, el sexo, el lugar de residencia, la raza o la etnia y el tipo de cobertura médica.

Es un estudio observacional, de forma que no puede establecer una causa, y el estudio no incluyó a todos los grupos, notablemente a los pacientes sin seguro, apuntaron los investigadores. Además, los datos de las reclamaciones podrían haber omitido las recetas de personas con seguro de varias fuentes.

Al final, los investigadores encontraron que los pacientes discapacitados con Medicare eran más propensos a que les recetaran unas dosis altas de opioides y más propensos a utilizarlos durante un periodo más largo que otros pacientes. Medicare cubre a las personas de a partir de 65 años de edad, pero las personas con discapacidades son elegibles para Medicare a unas edades mucho más tempranas.

Por ejemplo, un 52 por ciento de los pacientes discapacitados con Medicare utilizaban opioides, frente a un 14 por ciento de los pacientes con un seguro privado y un 26 por ciento de los pacientes mayores con Medicare Advantage. Los beneficiarios discapacitados de Medicare de 45 a 54 años de edad tenían la tasa más alta de todas de uso de opioides.

Gran parte del uso extendido de opioides entre esos pacientes es para el dolor lumbar, apuntó Jeffery. Pero los datos muestran que, en la mayoría de pacientes, los analgésicos de venta libre como Advil y Tylenol, en combinación con la fisioterapia, son más efectivos que los opioides, indicó.

Pero los llamados programas integrales para el dolor son costosos, y las aseguradoras son renuentes a cubrirlos. Y los opioides son mucho más baratos, añadió Jeffery.

Entre los pacientes con un seguro privado, el opioide más comúnmente recetado fue la hidrocodona (Vicodin), pero también se recetaron unos volúmenes altos de oxicodona (Oxycontin), dijeron los investigadores.

A lo largo del periodo del estudio, las dosis diarias promedio de opioides administradas a los pacientes discapacitados con Medicare fueron de niveles que cuadruplicaban el riesgo de una sobredosis, comentó Jeffery.

Para reducir la cantidad de opioides que se recetan, centros como la Clínica Mayo han reevaluado sus prácticas, y ahora recetan menos pastillas por paciente, dijo Jeffery.

"Redujeron el volumen de pastillas recetadas a la mitad", comentó Jeffery. Además, la reducción en las recetas no resultó en quejas de los pacientes ni en que pidieran más opioides, anotó.

"Los pacientes recibían suficiente tratamiento para el dolor, pero no más del que necesitaban", indicó Jeffery.

La cuestión es administrar suficiente medicamento para aliviar el dolor sin aumentar el riesgo de adicción, añadió.

Jonathan Morgenstern, vicepresidente asistente de servicios de la adicción en Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York, dijo que su institución también ha reducido la cantidad de opioides que se recetan.

Espera que los datos de 2017 y 2018 muestren una reducción importante en las recetas, a medida que los sistemas de salud adopten nuevas políticas.

Además, algunos estados han promulgado leyes que limitan la cantidad de pastillas opioides que los médicos pueden recetar. En Nueva York, por ejemplo, los pacientes solo pueden recibir un suministro para siete días, dijo Morgenstern.

"Todo el énfasis sobre el problema ha tenido el efecto de cambiar una variedad de cosas que alimentaban a la crisis de opioides", afirmó.

El informe aparece en la edición del 1 de agosto de la revista BMJ.

Más información

Para más información sobre los opioides, visite el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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