El cierre de los hogares de ancianos en EE. UU. afecta más a los vecindarios pobres, según un estudio

Investigadores encuentran una reducción general del cinco por ciento en las camas disponibles en la última década
By:

LUNES, 10 de enero (HealthDay News/HolaDoctor) -- Los cierres generalizados de hogares de ancianos durante la última década han causado una reducción del cinco por ciento en las camas disponibles en dichos centros en todo EE. UU. Los vecindarios urbanos pobres son los más afectados, según revela una investigación reciente.

"La población minoritaria del país envejece a una tasa más acelerada que la población blanca", apuntó el autor líder del estudio Zhanlian Feng, profesor asistente de salud comunitaria del Centro de Investigación en Gerontología y Atención de Salud de la Universidad de Brown de Providence, Rhode Island. "La necesidad potencial de atención a largo plazo aumenta con mayor rapidez en las comunidades minoritarias, al mismo tiempo que los cierres de hogares de ancianos suceden con mayor frecuencia en esas áreas".

Este impacto desproporcionado de los cierres de hogares de ancianos sobre las comunidades minoritarias y de bajos ingresos "tendrá todo tipo de implicaciones en términos de el acceso y la calidad de la atención", añadió Feng.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 10 de enero, y en la edición impresa del 9 de mayo de la revista Archives of Internal Medicine.

Para explorar las tendencias en los hogares de ancianos, Feng y colegas analizaron información proveniente de la base de datos de la Encuesta nacional en línea de certificación e informes sobre los cierres de centros certificados por Medicare y Medicaid entre 1999 y 2008.

En ese periodo, el equipo de investigación encontró que once por ciento de los hogares de ancianos independientes (1,776) y casi la mitad de todos los hogares de ancianos basados en hospitales (1,126) del país habían cerrado sus puertas. En conjunto, representaban una pérdida de 16 por ciento de todos los hogares de ancianos certificados por Medicare y Medicaid, y casi 97,000 (o más de cinco por ciento) de las camas en hogares de ancianos.

Usando datos del Censo de EE. UU. de 2000, los autores también señalaron que el índice general de cierres era casi el doble de alto en los códigos postales donde viven comunidades de bajos ingresos y minoritarias (negros e hispanos) que en los códigos postales más ricos.

Los hogares de ancianos en códigos postales habitados sobre todo por residentes hispanos o negros tenían respectivamente 37 y 38 por ciento más probabilidades de cerrar que los de áreas con menos hispanos o negros.

Aunque las distancias al hogar de ancianos en funcionamiento más cercano aumentaron "significativamente" en las áreas que experimentaron cierres, los investigadores encontraron que los aumentos en el desplazamiento eran mayores entre los que vivían en lugares pobres y minoritarios.

El equipo concluyó que los hogares de ancianos en comunidades minoritarias y pobres cargan con la mayor parte de las presiones financieras y cierres, lo que plantea preocupaciones sobre las rápidamente decrecientes opciones para la atención de mayores y la calidad de los centros que quedan en esos lugares.

"Hay momentos en que la colocación en un hogar de ancianos es inevitable", comentó el Dr. Mitchell H. Katz, director del Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles, quien escribió un editorial acompañante. "Y entonces, lo deseable es un hogar de ancianos de alta calidad que esté cerca del lugar en que la persona vivió toda su vida, y de donde están familiares y amigos. Y lo que inquieta de esta investigación es que muestra que los cierres de hogares de ancianos no son fortuitos. Y que es más probable que ocurran en vecindarios de bajos ingresos".

Katz señaló que más personas de vecindarios de bajos ingresos que usan hogares de ancianos son beneficiarias de Medicare, cuyas tasas de reembolso son inferiores que las tarifas que pagan los pacientes privados. "Entonces, el resultado es que los lugares que atienden a estos pacientes tengan más probabilidades de cerrar", dijo.

Para 2050, más de 27 millones de estadounidenses necesitarán atención a largo plazo, casi el doble que en 2000, señaló Katz. El gobierno federal tendrá que aumentar la tasa de reembolso por los servicios de los hogares de ancianos, o las políticas estatales y federales tendrán que financiar opciones de estilo de vida menos costosas aunque quizás preferibles, como las viviendas asistidas, concluyó.

"Sería sensato, no debería costar más, pero requiere un abordaje político mucho más previsor de lo que tenemos ahora", apuntó.

De otra forma, sólo los ricos tendrán acceso a hogares de ancianos, advirtieron los autores.

En un estudio distinto también publicado en la edición en línea del 10 de enero de la Archives of Internal Medicine, investigadores del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento, afiliado con la Facultad de medicina de la Harvard, encontraron que una cantidad significativa de los fondos de Medicare dirigidos a la atención de residentes de hogares de ancianos que sufren de demencia avanzada terminal podría estar siendo desperdiciada en terapias agresivas que ofrecen poco beneficio práctico.

Por ejemplo, en los pacientes que se beneficiarían poco de servicios de rehabilitación, los investigadores sugirieron redirigir los recursos a atención paliativa de alta calidad que podría proporcionar una experiencia de final de vida más confortable.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

Related Stories

No stories found.
logo
Healthday Spanish
spanish.healthday.com