¿Podría la reducción de la presión arterial ayudar a detener la demencia?

Un importante ensayo de EE. UU. inscribe a miles para examinar las conexiones entre la hipertensión y el alzhéimer

MIÉRCOLES, 17 de marzo (HealthDay News/DrTango) -- En la continua batalla por encontrar tratamientos, y algún día incluso una cura, para la demencia, investigadores enfocan su atención sobre la hipertensión, culpable de diversos males, y una afección para la cual ya hay muchos fármacos.

Este próximo otoño, los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. comenzarán a inscribir participantes en el mayor ensayo hasta ahora para ver si la reducción de la presión arterial a niveles incluso por debajo de las recomendaciones actuales puede reducir no solo el riesgo de declive cognitivo relacionado con la edad, sino también el riesgo de enfermedades cardiovasculares y renales.

En el Ensayo de intervención en la presión sistólica (SPRINT, por su sigla en inglés) participarán 7,500 personas a partir de los 55 años, a quienes se dará seguimiento durante un mínimo de cuatro años. Los NIH están invirtiendo $114 millones en el esfuerzo.

"Tenemos varios medicamentos eficaces y seguros para reducir la presión arterial", aseguró el Dr. Lawrence Fine, jefe de la rama de aplicaciones clínicas y prevención de la división de ciencias cardiovasculares del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. "Ahora mismo, para la persona promedio, la recomendación es una presión arterial de 140/90 o menos. SPRINT comparará eso con una meta de 120 como la cifra superior. ¿Será la tasa de demencia menor a la estándar entre las personas del grupo con una meta más baja?".

Las directrices clínicas actuales recomiendan una presión sistólica (la cifra superior en una lectura de la presión arterial) de menos de 140 milímetros de mercurio (mm Hg) para adultos sanos, y de 130 mm Hg para adultos con enfermedad renal o diabetes.

"La hipertensión es muy fácil de medicar y medir, así que desean ver si al modificar ese factor sencillo pueden reducir la incidencia de demencia", comentó Ian Murray, profesor asistente de neurociencia y terapias experimentales del Colegio de Medicina del Centro de Ciencias de la Salud Texas A&M en College Station.

El momento es crítico, pues durante las próximas décadas un gran número de los nacidos en la posguerra desarrollarán enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.

Además de evitar sufrimiento innecesario a miles de estadounidenses, "si se pudiera reducir esa cifra en diez por ciento, los ahorros en costos serían inmensos", aseguró William Thies, director médico y científico de la Alzheimer's Association en Chicago.

Aunque hace mucho los expertos sospechan una relación entre la hipertensión arterial y la demencia, sin datos provenientes de ensayos esas sospechas siguen siendo, inevitablemente, hipótesis.

"Lo que sí sabemos es que existe una relación entre la hipertensión arterial y una mayor tasa de demencia. No se trata de un gran aumento, pero hay cierto aumento", apuntó Fine.

"Muchos datos de epidemiología señalan que hay una relación, y un ensayo en realidad mostró que si se reducía la presión arterial de la gente se reducía la cantidad de demencia", añadió Thies.

Ese ensayo en particular utilizó fármacos para la presión arterial conocidos como bloqueadores del canal de calcio, un arma en todo un arsenal contra la afección. Pero nadie sabe realmente por qué tratar la hipertensión reduciría las probabilidades de demencia, si de hecho lo hace.

"Realmente nos gustaría una respuesta, porque nos daría nuestra primera vía confirmada de modificar la cantidad de demencia al tratar a la gente con agentes conocidos", comentó Thies. "Eso sería muy importante".

El ensayo SPRINT asignará a los participantes al azar a un grupo que tomará una terapia farmacológica más intensiva (tres o cuatro medicamentos) para intentar reducir su presión arterial a menos de 120, o a un grupo de control que tomará dos fármacos para mantener la presión arterial en los 140 recomendados actualmente. Todos los participantes tienen una presión arterial sistólica de 130 mm Hg o superior.

"Tal vez descubramos que una presión arterial más baja no reduce la tasa de demencia, pero si el objetivo más bajo sí reduce esa tasa en diez, veinte o treinta por ciento, sería una observación importante porque no tenemos otros buenos tratamientos para la demencia", apuntó Fine. "SPRINT seguro proveerá datos científicos adicionales para informarnos si reducir la presión arterial a la meta más baja reducirá en realidad la tasa de desarrollo de demencia".

"Hay muchos motivos por los que debemos controlar la presión arterial de cualquier manera, pero esto nos da otra razón muy importante", añadió Thies.

Más información

Para más información sobre la presión arterial alta, visite la American Heart Association.


Artículo por HealthDay, traducido por DrTango

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