La soledad aumenta la presión sanguínea en los adultos mayores

Según los investigadores, podría ser igual que la obesidad como factor de riesgo para la hipertensión

MARTES 28 de marzo (HealthDay News/HispaniCare) -- La soledad se ha unido a la obesidad y la falta de ejercicio como factor de riesgo potencial para la hipertensión.

Una nueva investigación demuestra que la soledad puede añadir 30 puntos a una lectura de presión sanguínea para los adultos de más de 50 años de edad.

Los resultados del estudio sorprendieron a todos los que participaron en él.

"El mensaje con el que debemos quedarnos es que los sentimientos de soledad son un riesgo para la salud y, mientras más sola esté una persona, más alta será su presión sanguínea. Y sabemos que la hipertensión arterial tiene todo tipo de consecuencias negativas", afirmó la investigadora líder, Louise Hawkley, científica investigadora del Centro de Neurociencias Cognitivas y Sociales de la Universidad de Chicago.

Su equipo publicó sus hallazgos en la edición de abril de Psychology and Aging.

Hawkley afirmó que este estudio fue inspirado en un trabajo anterior, publicado en 2002, que descubrió efectos profundos y perdurables de la soledad sobre la presión sanguínea en estudiantes universitarios de pregrado.

"Pensamos que si se mantenía con el tiempo, prepararía a sus sistemas para desarrollar problemas vasculares que podrían llevar a la hipertensión", explicó.

En este estudio reciente, el grupo de Hawkley entrevistó a 229 personas entre los 50 y 68 años de edad. Usaron cuestionarios estándares para determinar el nivel de soledad percibido de cada participante, además de otros factores de riesgo psicosociales y cardiovasculares.

Los investigadores encontraron que las personas mayores solitarias tenían lecturas de presión sanguínea que eran hasta 30 puntos más altas que las de los demás, incluso después de tomar en cuenta estados emocionales negativos como la tristeza, el estrés o la hostilidad.

Un aumento de 30 puntos en la presión sanguínea es igual a la diferencia entre una presión diastólica normal de 120 mm/Hg y la hipertensión de etapa 1, medida en 150 mm/Hg, apuntaron los investigadores.

Lo que es más, el efecto de la soledad en aumentar la hipertensión pareció hacerse más fuerte con la edad, encontró el equipo de Chicago.

"Me sorprendió la magnitud del efecto", afirmó Richard Suzman, director asociado de Investigación Conductual y Social del U.S. National Institute on Aging, que ayudó a patrocinar el estudio.

Hawkley estuvo de acuerdo y anotó que el efecto de la soledad sobre la presión sanguínea en los individuos mayores es parecido al de factores de riesgo físicos que hace mucho tiempo son objetivos de los médicos, como la obesidad o los estilos de vida sedentarios.

A Hawkley y Suzman también les sorprendió la "especificidad" de los hallazgos, que era la soledad, por sí misma, y no estados que se presentan al mismo tiempo, como la depresión o la rabia, lo que parecía ser responsable del aumento en la presión sanguínea.

¿Y qué pasa con el estrés?

"Las personas solitarias están estresadas, eso lo sabemos", apuntó Hawkley. Sin embargo, su equipo encontró que el estrés aumentaba la presión sanguínea de manera diferente a la soledad.

"Su efecto era aditivo", anotó Hawkley. "Entonces, esto quiere decir que las personas solitarias tienen una carga doble, pues se sienten estresadas y además solitarias", y ambas cosas suben la presión sanguínea, añadió.

Si la soledad puede aumentar la presión sanguínea, entonces la solución parece fácil, fortalecer las relaciones existentes y crear nuevas. Pero Hawkley, quien ha estudiado la soledad por años, apuntó que normalmente no es tan sencillo.

"Hay que recordar que las personas se pueden sentir solas incluso cuando están rodeadas de mucha gente", dijo. "Pensemos en Marilyn Monroe o en la Princesa Diana. Ciertamente, no faltaba nada en su vida social y, sin embargo, afirmaban sentirse intensamente solas".

Las personas crónicamente solitarias tienden a tener emociones conflictivas cuando se trata de buscar a los demás, señaló Hawkley.

"Quieren salir y buscar amigos, pero tienen una constante falta de confianza con cualquiera con quien deseen interactuar o podrían sentirse hostiles. Entonces, terminan comportándose de maneras que alejan a las parejas potenciales", añadió.

Las intervenciones dirigidas que rompan ese círculo podrían ayudar a cambiar la situación, aseguró.

Cualquiera que sea su causa, Hawkley considera que la soledad, igual que la obesidad y otros factores de riesgo cardiovascular, podría estar en aumento en los Estados Unidos. "Tenemos [más] familias de padres solteros, padres que viven lejos de los hijos, hermanos que viven lejos los unos de los otros y personas que viven como nómadas, sin quedarse mucho tiempo en ningún sitio", agregó.

Suzman enfatizó que los hallazgos deben ser replicados antes de que se pueda sacar cualquier conclusión sólida.

Sin embargo, si los hallazgos se sostienen, cree que "esta área está lista para comenzar a intentar con intervenciones para ver como se podría cambiar, modular o reducir el impacto de la soledad en la presión sanguínea. Si estas intervenciones son de bajo costo y prácticas, entonces esto tendrá un impacto significativo sobre la salud pública".

Más información

Para más información sobre cómo luchar contra la soledad, diríjase a la Universidad de Iowa.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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