Las 'robomascotas' ofrecen compañía y calma a los residentes en hogares de ancianos

Nursing home resident with robopet
Nursing home resident with robopetNursing home resident with robopet. Photo: Care South

VIERNES, 10 de mayo de 2019 (HealthDay News) -- El oso Cuddler, el perro Aibo y el gatito Justocat: quizá solo sean robots peludos y que parecen estar vivos, pero han tenido un impacto real en los hogares de ancianos.

Ese es el hallazgo de una nueva investigación británica que sugiere que esas "robomascotas" de alta tecnología son la mejor alternativa para los residentes de hogares de ancianos que no pueden tener a su querida mascota o que sufren de soledad.

"Aunque quizá no todos los... residentes elijan interactuar con las robomascotas, parecen ofrecer muchos beneficios a quienes sí lo hacen", comentó en un comunicado de prensa de la Universidad de Exeter la autora del estudio, Rebecca Abbott, de la Facultad de Medicina de la universidad.

Las robomascotas estimulan las conversaciones y traen gratos recuerdos de mascotas o experiencias del pasado, aseguró Abbott. "Y también está el consuelo de tocar e interactuar a la robomascota en sí. La alegría de tener algo que cuidar fue un hallazgo firme en muchos estudios".

Una geriatra de EE. UU. que no participó en el estudio dijo que implicarse con una robomascota parece ser útil.

"Lo más importante es que se encontró que reducía la soledad y aumentaba el placer y la alegría, y que reconfortaba", aseguró la Dra. Maria Torroella Carney, directora de geriatría y medicina paliativa de Northwell Health en Great Neck, Nueva York.

En el nuevo estudio, el grupo de Abbott analizó datos de 19 estudios en que participaron 900 residentes de hogares de ancianos, familiares y personal de centros de todo el mundo. En los estudios se usaron cinco robomascotas distintas: Necoro y Justocat (gatos), Aibo (un perro), Cuddler (un oso), y Paro (un bebé foca).

Muchos residentes de hogares de ancianos se entretenían con la robomascota, aunque se dieran cuenta que no era un perro o gato real. Por supuesto, "las respuestas de los residentes podían variar dependiendo de si vivían con demencia y según la gravedad de la demencia", anotó el equipo de Abbott.

Algunos residentes hablaban con la robomascota como si fuera, de hecho, un animal vivo y real. Algunos incluso crearon una conexión emocional con la "mascota". Por ejemplo, un residente le dijo al personal "hoy me desperté y pensé que sería un buen día, porque podría ver a mi amigo".

Para otros, simplemente sostener y acariciar a la robomascota "los regresó a un espacio en sus vidas en que se sentían queridos", como expresó en el estudio un cuidador de un hogar de ancianos.

En cuanto a si la robomascota parecía "real", un familiar de un residente señaló que "no importa, porque puede ver que el gato robótico tiene un impacto en la calidad de vida de mi padre".

Además de sus otros beneficios, las robomascotas parecieron mejorar la interacción social con otros residentes, los familiares y el personal, con frecuencia al funcionar como un desencadenante para la conversación, según la investigación.

Por supuesto, las robomascotas no encantaron a todos los residentes de los hogares de ancianos. Algunos las ignoraron o incluso reaccionaron de forma negativa, y a otros su artificialidad les pareció repelente.

Eso significa que un entrenamiento específico para el personal sobre el mejor uso de los dispositivos debería ayudar a los residentes a aprovechar la tecnología al máximo, sugirieron Abbott y sus colaboradores.

Por ejemplo, saber si a una persona le gustan los animales, o si alguna vez tuvo mascotas, probablemente afecte el nivel de implicación con una robomascota, señaló el equipo.

En resumidas cuentas, "no siempre es posible llevar a un gato o a un perro a un hogar de ancianos, y las robomascotas pueden ofrecer una buena alternativa", concluyó la coautora del estudio, Noreen Orr.

"Por supuesto, las robomascotas no son un sustituto para la interacción humana", dijo, "pero nuestra investigación muestra que para quienes eligen implicarse con ellas, pueden tener una variedad de beneficios".

Por su parte, Carney dijo que todavía hay preguntas sobre los beneficios de la tecnología.

Por ejemplo, aunque los beneficios emocionales para algunos residentes parecen claros, "no sabemos si esta [tecnología] reduce el uso de medicamentos o algún otro resultado de salud", dijo. Además, se necesita más estudio sobre "qué población de pacientes son los que mejor se implican y más se benefician", añadió Carney.

Y por ahora hay otra limitación: las robomascotas son extremadamente costosas. Pero "una nueva ola de robomascotas con un precio más bajo podrían hacer que fueran más accesibles para los hogares de ancianos", cree Orr.

El estudio, que no recibió financiación de la industria privada, se publicó el 9 de mayo en la revista International Journal of Older People Nursing.

Más información

HealthinAging.org ofrece consejos para elegir un hogar de ancianos.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2019, HealthDay

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