Los cambios en el estilo de vida no son una garantía contra el alzhéimer

Un panel encuentra pruebas no concluyentes de que la dieta, el ejercicio o los complementos ayuden a prevenir la demencia

LUNES, 14 de junio (HealthDay News/DrTango) -- No hay suficiente evidencia para afirmar que mejorar el estilo de vida pueda proteger contra la enfermedad de Alzheimer, encuentra una revisión reciente.

Un grupo creado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. evaluó 165 estudios para determinar si el estilo de vida, la dieta, los factores médicos o fármacos, el estatus socioeconómico, los factores conductuales, los factores ambientales y la genética podrían ayudar a evitar la afección que altera la mente.

Aunque los factores biológicos, conductuales, sociales y ambientales podrían contribuir al retraso o prevención del declive cognitivo, los autores de la revisión no pudieron sacar conclusiones firmes sobre una asociación entre factores de riesgo modificables y el declive cognitivo o la enfermedad de Alzheimer.

Sin embargo, un experto no considera que el informe representa todo lo que se sabe sobre el alzhéimer.

"Encontré que el informe era demasiado pesimista, y a veces sus conclusiones eran erróneas, conclusiones que provienen sobre todo de la epidemiología, que casi siempre es inherentemente no concluyente", afirmó Greg M. Cole, director asociado del Centro de Alzhéimer de la Universidad de California, en Los Ángeles.

El verdadero problema es que todo lo que los científicos saben sugiere que la intervención debe ocurrir antes de que los déficits cognitivos se presenten, señaló Cole. Desafortunadamente, no se están llevando a cabo suficientes ensayos clínicos para encontrar respuestas definitivas antes de que la generación de la postguerra, que envejece actualmente, comience a sufrir la devastación de la enfermedad, añadió.

"Esto implica intervenciones que tardarán de cinco a siete años, o más, para completarse, y que costarán unos $50 millones. Es bastante costoso, y no es un buen calendario para trabajos de ensayo y error. No si queremos ganarle a la bomba de tiempo de la generación de la postguerra", enfatizó.

El informe aparece en la edición en línea del 15 de junio de la revista Annals of Internal Medicine.

El panel, presidido por la Dra. Martha L. Daviglus, profesora de medicina preventiva de la Facultad de medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, encontró que aunque los factores del estilo de vida (como llevar una dieta mediterránea, consumir ácidos grasos omega 3, ser físicamente activo y participar en actividades de ocio) se asociaban con un menor riesgo de declive cognitivo, la evidencia actual "es demasiado débil para justificar recomendarlos a los pacientes de forma contundente".

Además, aunque factores como el marcador genético APOEe4, el síndrome metabólico (que incluye factores de riesgo como la obesidad, el colesterol alto y la hipertensión) y la depresión se asociaban con un mayor riesgo de declive cognitivo, una vez más la evidencia no fue convincente, encontró el panel.

Asimismo, "no hay evidencia suficiente para respaldar el uso de agentes farmacéuticos ni complementos dietéticos para prevenir el declive cognitivo o la enfermedad de Alzheimer", escribió el panel.

Hubo pruebas contundentes de que los fumadores o los diabéticos tienen un mayor riesgo de declive cognitivo, anotaron.

El Dr. Sam Gandy, director asociado del Centro de Investigación de la enfermedad de Alzheimer de la Escuela de Medicina Mount Sinai en la ciudad de Nueva York, concurrió en que para realmente resolver la cuestión de si el estilo de vida tiene un impacto sobre la demencia o no, se necesitan llevar a cabo ensayos clínicos.

"Los próximos pasos serán ensayos clínicos aleatorios de los puntos que es posible estudiar mejor: el ejercicio físico, el ejercicio mental, la dieta, para ver si podemos probar que nuestras pistas epidemiológicas pueden ser validadas mediante el uso del 'estándar de excelencia', el paradigma del ensayo clínico", comentó.

El panel sí notó que hay muchas investigaciones promisorias sobre medicamentos, dieta, ejercicio y mantenerse mentalmente activo como formas de ralentizar o prevenir el declive cognitivo.

"Lo que se haga para evitar la enfermedad podría variar según la naturaleza del riesgo", dijo Cole. "Es sentido común, pero no siempre se incluye en el diseño de un ensayo clínico. Son algunas de las cosas que debemos cambiar. De lo contrario, terminaremos con más o menos el mismo panel de expertos dentro de diez años".

Otra experta, Maria Carrillo, directora principal de relaciones médicas y científicas de la Alzheimer's Association, cree que el estudio plantea una agenda de lo que se necesita para acumular evidencia para la prevención de la enfermedad de Alzheimer.

"Pero no podremos cumplir con la agenda si no recibimos aumentos en la financiación federal para que se lleve a cabo", advirtió. "Sabemos que, sin tratamientos, esta enfermedad destruirá nuestra economía. Debemos respaldar la agenda con dólares".

La enfermedad de Alzheimer da cuenta de 60 a 80 por ciento de todos los casos de demencia, y podría afectar a hasta 5.1 millones de estadounidenses. Los autores de la revisión añadieron que el número de personas con deterioro cognitivo leve es aún mayor.

Más información

Para más información sobre la enfermedad de Alzheimer, visite la Alzheimer's Association.


Artículo por HealthDay, traducido por DrTango

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