Los nuevos pacientes de cáncer retienen poca información médica

Un estudio halla que los que tienen el peor pronóstico son los que menos recuerdan

MIÉRCOLES, 22 de octubre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Las personas que se enfrentan a la devastadora noticia de que tienen cáncer experimentan dificultades para recordar los detalles de la conversación con el médico.

Y los que tienen el peor diagnóstico son propensos a recordar incluso mucho menos, según plantea un estudio reciente.

En el informe que aparece en la edición del 20 de noviembre de la Journal of Clinical Oncology, investigadores de Holanda y Australia hallaron que la mayoría de la gente diagnosticada con cáncer recordaba menos de la mitad de que le había dicho su médico.

"En general, los pacientes no escuchan una buena parte de lo que les dice su médico después de recibir la mala noticia. En este estudio, más de la mitad de la información suministrada era olvidada", escribieron los autores del estudio.

"Es casi como un problema universal, y los médicos están tratando de comprender qué se llevan los pacientes después de cualquier encuentro médico. Aquí, tenemos una situación que amenaza la vida, y los pacientes olvidan más de la mitad de lo que les dicen", dijo el Dr. Len Lichtenfeld, subdirector médico de la American Cancer Society.

En el nuevo estudio participaron 260 personas que fueron diagnosticadas con cáncer y que vieron a un oncólogo médico o radioterapeuta por primera vez. La duración promedio de la cita médica fue de 30 minutos y cada cita se grababa.

Los investigadores hicieron seguimiento a los voluntarios del estudio por teléfono y les preguntaron qué era lo que recordaban de sus citas. Luego compararon las respuestas con las grabaciones para evaluar cuánta información había retenido.

Los investigadores hallaron que las personas menores de 65 años recordaban casi el 49.5 por ciento de lo que les decían, mientras que los mayores de 65 recordaban sólo el 48.4 por ciento. La edad conllevaba la mayor diferencia para recordar cuando la cantidad de información presentada era mayor y la consulta era más larga.

Las personas mayores tendían a hacer menos preguntas que las más jóvenes, y sorprendentemente, las que hacían más preguntas eran las que menos recordaban. Las personas que tenían un pronóstico más sombrío tendían a recordar menos información que las que tenían una expectativa más alentadora, de acuerdo con el estudio.

"Muchos médicos meticulosos desean asegurarse de que los pacientes retienen la suficiente información, y probablemente no se dan cuenta de que es un proceso casi contraproducente", apuntó Lichtenfeld. Recomendó que los médicos ofrezcan a sus pacientes recursos adicionales y apoyo, como el sitio web o línea de ayuda de la American Cancer Society. El U.S. National Cancer Institute también ofrece un servicio similar.

El Dr. Jay Brooks, jefe de hematología y oncología del Ochsner Health System en Baton Rouge, Luisiana, dijo que siempre recomienda a las personas que lleven algún miembro de su familia o amigo a su primera cita con un oncólogo, debido a que esta experiencia puede ser abrumadora para los pacientes. También apuntó que en su centro "se entrega a todos los pacientes una copia de su informe de patología e información sobre las especificidades de su plan de tratamiento". Luego, señaló, a los tres o cinco días después los pacientes vuelven a la consulta, una vez que han tenido la oportunidad de digerir toda esa información para profundizar más con el médico.

Lichtenfeld también recomienda llevar un acompañante a la cita médica, pero dijo que no siempre es factible para un oncólogo programar dos citas, porque simplemente no hay suficientes oncólogos en algunas áreas.

Los autores del estudio recomendaron a los médicos usar un lenguaje sencillo, repetir la información importante y ofrecer información por escrito o grabaciones de audio para que los pacientes las revisen a su propio ritmo.

La capacidad de recordar información de un paciente no es la única variable que puede obstaculizar el tratamiento del cáncer. Otro problema potencial son las creencias religiosas. De acuerdo con una carta publicada en la misma edición de la revista, algunos musulmanes que siguen un tratamiento para el cáncer sienten que deben ayunar (privarse de alimentos y a veces líquidos) durante el Ramadán, algo que puede tener efectos nocivos en el tratamiento del cáncer.

La carta subraya que los médicos deben saber que "el Islam prohíbe el ayuno si es perjudicial para el individuo", y éste sería el caso para un individuo que recibe tratamiento para el cáncer. Si es necesario, los autores recomiendan buscar la ayuda del imán de una mezquita para convencer al paciente de que no debe ayunar durante el tratamiento del cáncer.

Más información

Para leer más información sobre el impacto emocional del diagnóstico del cáncer, visite la American Cancer Society.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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