Millones de estadounidenses que padecen enfermedades crónicas posponen la atención de salud

Una encuesta muestra que sufren las consecuencias de retrasar las consultas médicas y hacerse surtir las recetas

MIÉRCOLES, 18 de marzo (HealthDay News/Dr. Tango) -- Millones de estadounidenses que sufren de al menos un problema crónico de salud retrasan la atención, no toman los medicamentos necesarios, y se resignan a sentimientos de aislamiento y depresión.

Eso revela una nueva encuesta comisionada por el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento, con respaldo de The Atlantic Philantropies y la California HealthCare Foundation.

"Este informe presenta una imagen preocupante de las barreras a las que se enfrentan los que más necesitan atención y respaldo continuos, tengan o no seguro", apuntó Carol Pryor, directora de políticas del Access Project, en Boston. "A medida que reformamos nuestro sistema de atención de la salud, necesitamos asegurarnos de que tales barreras se reducen o eliminan. Por ejemplo, en algunos países se exonera el copago a las personas que padecen afecciones crónicas para asegurar que puedan obtener atención puntual sin tener que preocuparse sobre el costo. Esto puede reducir las barreras a la atención y reducir costos a largo plazo".

Los hallazgos hacen eco de los de la encuesta de Harris Interactive/HealthDay, publicada la semana pasada, que encontró que más de las tres cuartas partes de los adultos estadounidenses que tienen seguro de salud afirman seguir preocupándose sobre el pago de su atención médica y casi el 50 por ciento afirma estar "muy" o "extremadamente" preocupado por el tema.

De nuevo, muchas personas de este segmento demográfico no se hacen surtir las recetas, faltan a las citas médicas, no llevan a cabo los tratamientos recomendados o reducen los medicamentos y prescinden de atención dental.

Los expertos expresaron preocupación de que dada la delicada economía y que muchos estadounidenses están perdiendo su seguro de salud basado en el empleo, el problema podría empeorar.

Según el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento, treinta millones de estadounidenses mayores de 65 años tienen al menos una afección crónica de salud. Tales afecciones consumen la mayor parte de los costos de atención de salud del país.

"Casi 133 millones de personas de EE. UU. tienen afecciones crónicas como artritis, hipertensión e hipercolesterolemia. Los costos de atención médica de las personas que tienen enfermedades crónicas dan cuenta de más del 75 por ciento de los $2 mil millones en costos médicos del país", apuntó James Firman, presidente y director ejecutivo del Consejo Nacional sobre el Envejecimiento en una teleconferencia el miércoles. "A pesar de todo lo que gastamos, la calidad de la atención crónica no es particularmente alta. El 44 por ciento de los pacientes no recibe la atención recomendada".

"Si cree que la situación actual es mala, a medida que el país envejece dramáticamente, lo mismo harán nuestras necesidades crónicas", añadió Firman. "Con frecuencia, no se escucha la voz de los que sufren afecciones crónicas".

Estos son algunos de los puntos principales de la nueva encuesta, que entrevistó a 1,109 estadounidenses mayores de 44 años, cada uno de los cuales sufría de al menos un problema crónico de salud, como enfermedad cardiaca, diabetes, artritis, asma o depresión:

  • El 68 por ciento de los encuestados sufría de al menos dos afecciones crónicas, mientras que veinte por ciento padecía de cuatro o más.
  • No resultó sorprendente que los que tenían una afección crónica reportaron mayor salud y tener más recursos, tanto financieros como sociales, que los que tenían más problemas de salud.
  • Una cuarta parte de los encuestados afirmó que había postergado la obtención de atención de salud, o había dejado de surtir una receta debido a preocupaciones financieras. Este problema pareció más pronunciado entre los latinos (43 por ciento) y las mujeres de la generación de la postguerra (39 por ciento).
  • Los individuos con bajos ingresos eran más propensos a retrasar la atención, pero también el 22 por ciento de los individuos con ingresos familiares de $50,000 o más habían tomado tal decisión.
  • Los que han postergado la atención sufren las consecuencias: 45 por ciento siente dolor "siempre" o "frecuentemente" (frente a 28 por ciento de los que habían buscado atención puntual), mientras que 49 por ciento siempre o frecuentemente se sentían cansados (frente a 28 por ciento de sus contrapartes) y 40 por ciento estaban estresados (frente a 17 por ciento de los que recibían atención).
  • En general, alrededor de un tercio de los encuestados "siempre" o "frecuentemente" sentían dolor físico. Los que padecían múltiples afecciones crónicas eran más propensos a reportar dolor.
  • La mitad se sentían deprimidos o enojados como resultado de sus afecciones de salud.
  • El trece por ciento afirmó que los proveedores de atención de salud "raras veces" los referían a servicios de respaldo, mientras que 32 por ciento dijo que los proveedores "nunca" lo hacían. Entre los individuos de más de 75 años, el 56 por ciento afirmó que los proveedores "raras veces" o "nunca" los referían a servicios de respaldo.
  • Tener una enfermedad crónica también ha dejado a muchos estadounidenses con un sentimiento de aislamiento: el 39 por ciento reportó no obtener la ayuda y respaldo que necesitaban para afrontar la situación; muchos han tenido que reducir las actividades sociales, y también experimentan estrés en sus relaciones familiares.
  • Una cuarta parte de los que tenían trabajos reportaron haber tenido que faltar al mismo debido a problemas de salud.

"Muchos estadounidenses que sufren afecciones crónicas están pasándolo mal, sobre todo los que retrasan la atención, los latinos, y los que tienen ingresos bajos. Sabemos que esto es más difícil para ellos, y es probable que esta sea la gente a la que menos responda nuestro no-sistema de atención", afirmó Nancy Whitelaw, vicepresidenta principal del Consejo Nacional sobre el Envejecimiento y directora del Centro para un Envejecimiento Sano. "Sienten dolor, están estresados, y en sus vidas están sucediendo muchas cosas que dificultan el manejo. Confían en los proveedores de atención de salud, pero no sienten que están obteniendo el respaldo que necesitan. Les falta confianza en su capacidad de hacer las cosas por sí mismos. Necesitan ayuda para personalizar [las intervenciones] a sus propias vidas. Les gustaría obtener esta ayuda de los proveedores, de su comunidad, de recursos en línea".

Más información

Para más información sobre esta encuesta, visite el Concejo Nacional sobre el Envejecimiento de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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