Se cuestiona el uso de antibióticos en pacientes de demencia

Un estudio plantea que los beneficios no están claros y que existen preocupaciones por la resistencia a los fármacos

LUNES 25 de febrero (HealthDay News/Dr. Tango) -- Casi a la mitad de los pacientes de hogares de ancianos que padecen demencia avanzada se le administra antibióticos en las últimas dos semanas de sus vidas, según encontró un estudio reciente.

Lo que no está claro es si la terapia tiene algún beneficio o no, como prolongar la vida o mejorar la calidad de ésta. Y un punto de preocupación es el riesgo relacionado con el uso de antibióticos, como el dolor por los antibióticos intravenosos y los efectos secundarios molestos, además del hecho de que el uso frecuente de antibióticos en las personas que tienen demencia avanzada podría ayudar a fomentar el creciente problema de la resistencia a esos medicamentos.

"La exposición a los antibióticos es bastante amplia entre los pacientes de hogares de ancianos que tienen demencia avanzada y aumenta entre los pacientes cercanos a la muerte", aseguró la Dra. Erika D'Agata, autora principal y profesora asistente de la Facultad de medicina de la Harvard. "Realmente necesitamos determinar si deberíamos administrar antibióticos a los pacientes al final de la vida. ¿Se benefician del tratamiento?".

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 25 de febrero de Archives of Internal Medicine.

Alrededor del setenta por ciento de los cinco millones de estadounidenses que padecen de demencia terminarán sus días en un hogar de ancianos. Según la información de respaldo del estudio, las infecciones y fiebres repetitivas son comunes al final de la vida.

"En general, en la población de pacientes mayores de demencia grave, a medida que se deteriora la salud del paciente, las infecciones se hacen cada vez más frecuentes. Según la práctica médica común, estos episodios de infección por lo general se tratan con antibióticos, pero sin embargo generalmente mueren de todos modos", señalaron en una entrevista por correo electrónico los autores de un editorial acompañante en la revista, los Dres. Mitchell Schwaber y Yehuda Carmeli, de la división de epidemiología del Centro médico de Tel Aviv.

Para obtener una idea más precisa de cómo se usan los antibióticos en los residentes de hogares de ancianos que tienen demencia avanzada, D'Agata y su colega, la Dra. Susan Mitchell, revisaron los datos de un grupo de 214 personas y les dieron seguimientos durante 18 meses o hasta su muerte.

Las investigadoras encontraron que el 66 por ciento de los pacientes recibían al menos un curso de antibióticos durante el periodo del estudio y que la cantidad promedio de días durante los cuales un paciente de demencia avanzada recibía antibióticos era de 53 por cada mil días. Las infecciones de las vías respiratorias eran el motivo más común para recetar antibióticos, según el estudio.

Durante el periodo del estudio, 99 personas murieron. De éstas, el 42 por ciento recibía terapia antibiótica durante las últimas dos semanas de sus vidas. A muchos se les administró antibióticos a través de una línea intravenosa o una inyección intramuscular.

Según D'Agata, el próximo paso es averiguar si estos pacientes se benefician de la terapia antibiótica y cuáles son las consecuencias por el uso excesivo de antibióticos tanto para el paciente como para la sociedad.

El Dr. Gary Kennedy, director de psiquiatría geriátrica del Centro médico Montefiore de la ciudad de Nueva York, estuvo de acuerdo en que se necesita más investigación. "Los médicos necesitan un poco más de datos sobre los resultados que los presentados en este artículo. No podemos afirmar que sabemos cuáles son las consecuencias de no suministrar antibióticos a este grupo. Si los datos afirman que la mayoría de las veces el tratamiento con antibióticos no prolonga la vida ni mejora su calidad, entonces los médicos pueden ir a las familias con la recomendación de no tratar a alguien en las etapas avanzadas de la demencia", afirmó.

Schwaber y Carmeli anotaron que "no toda infección [en alguien que tiene demencia avanzada] tiene que ser tratada con antibióticos. Si no se puede esperar una mejora de la calidad de vida con el uso de antibióticos, no administrarlos podría ser la medida apropiada en caso de infección".

Sin embargo, D'Agata, Kennedy, Schwaber y Carmeli estuvieron de acuerdo en que la decisión de usar antibióticos o no tiene que tomarse para cada caso en particular, en conjunto con la familia. Y, añadió Kennedy, este estudio apunta a la importancia de tener unas instrucciones anticipadas, que permiten al paciente señalar sus deseos para la atención del final de la vida.

Poco después de un diagnóstico de demencia o Alzheimer, los pacientes, sus familias y los médicos tratantes deben discutir qué tipos de tratamientos se desean, sugirió Kennedy. ¿Desea la persona que tiene demencia ser colocada en un ventilador o recibir nutrición enteral? ¿Desea la persona ser hospitalizada o medicada al final de la vida?

"Hay que hacer esto al principio de la demencia, porque mientras más avanza, menos capaz es el paciente de participar", señaló Kennedy.

Más información

Para más información sobre las decisiones de final de la vida para las personas que tienen demencia, visite la Alzheimer's Association.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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