La decisión de terminar la vida de un enfermo

Tendencia centrada en el paciente

Miércoles, 17 de septiembre (HealthDayNews) -- La edad y la extensión de daño orgánico solían ser los criterios más importantes para determinar quién se mantendría con apoyo de vida y quién no, en una unidad de cuidado intensivo.

Pero un nuevo estudio canadiense refleja que las decisiones de quitar el apoyo de vida a pacientes críticamente enfermos hoy día tienen menos que ver con estas medidas convencionales y a menudo reflejan la opinión subjetiva de un doctor acerca de las probabilidades de supervivencia del paciente.

Esto, a su vez, sugiere que los puntos de vista del doctor y sus prejuicios personales acerca de la calidad de vida a menudo cobran mucha importancia en la decisión de terminar con la vida de un paciente en la unidad de cuidado intensivo.

"Nuestros hallazgos reflejan una tendencia hacia una toma de decisión más centrada en el paciente acerca de retirar el apoyo de vida", indicó la autora del estudio doctora Deborah Cook, especialista de cuidado crítico en McMaster University en Hamilton, Ontario.

En el pasado, tales decisiones fueron tomadas mucho después en el curso de la enfermedad crítica de un paciente, explicó Cook, presidenta del Grupo Canadiense de Estudios de Cuidado Crítico, que organizó la investigación. La selección se basó en varios factores, especialmente la edad del paciente y cuántos órganos habían dejado de funcionar. El cálculo proveyó poco espacio para otras consideraciones.

Hoy día, aseveró, los doctores lucen mucho más preocupados con los deseos del paciente o los estimados de sus miembros familiares, sus probabilidades de supervivencia y la calidad de vida que puede esperar si viven sin el sistema que apoya su vida.

El estudio publicado en la edición del 18 de septiembre de la New England Journal of Medicine, examinó a 851 pacientes con ventilación mecánica la forma más común de técnica de apoyo de vida en 15 hospitales en Norte América, Europa y Australia. (Los Estados Unidos está después de Canadá, Europa y Australia cuando se trata de limitar el cuidado inefectivo). De esos, a 539, o aproximadamente 63 por ciento, se fue quitando las máquinas gradualmente y sobrevivieron. Del resto, 146 murieron mientras tenían los sistemas de apoyo de vida y 166, o aproximadamente 20 por ciento, murieron luego de retirarles el apoyo de vida.

Una forma adicional de sistema de apoyo de vida avanzado el uso de drogas para mantener el bombeo cardiaco y el flujo sanguíneo se asoció con la decisión de terminar la ayuda para respirar. Pero fue sólo uno de los cuatro factores más significativos.

Era probable que los doctores quitaran el respirador a los pacientes si pensaban que sus probabilidades de supervivencia eran menores de 10 por ciento y si pensaban que el paciente tenía una fuerte probabilidad de sufrir de daño cerebral.

Los doctores eran más propensos a eliminar el apoyo de vida si creían que el paciente tomaría la misma decisión una receta casi siempre inferida de conversaciones con miembros familiares. "La familia trae a colación su conocimiento prolongado del paciente y su creencia acerca de las preferencias del paciente", comento Cook. Sólo pocos pacientes habían dado instrucciones por adelantado sobre qué hacer si requerían un sistema de apoyo de vida.

Los pacientes típicos quienes murieron en el estudio sobrevivieron seis días con el apoyo de vida antes de morir o antes que éste le fuera retirado. Cook indicó que esto es "varios días" antes de que el nuevo pensamiento acerca del sistema de apoyo de vida comenzara a filtrarse en la medicina.

En seis casos, los pacientes quienes estaban conectados a sistemas que sostenían su vida sobrevivieron y dejaron la unidad de cuidado intensivo.

Esas recuperaciones milagrosas no menoscaban la política general de suspender el sistema de soporte de vida cuando el tratamiento adicional es inútil, aseveró el doctor Lawrence Schneiderman, un experto en ética médica en la Universidad de San Diego. "A veces podemos estar equivocados; a veces ocurre lo inesperado". Tratar de evitar el raro error manteniendo a las personas con ventiladores sujetaría a la mayoría de éstos a procedimientos innecesarios y hasta crueles, manifestó.

Sin embargo, la unidad de cuidado intensivo está plagada de dilemas éticos. Los doctores consideran que saben lo que los pacientes desean en términos de sistemas de apoyo de vida, y que los miembros familiares pueden llenar los blancos. Pero Schneiderman indicó que su propia investigación sugiere que lo que los médicos piensan que un paciente críticamente enfermo desea es un hecho más cercano que lo que elegirían por ellos mismos. Además, los miembros familiares son traductores confiables de los deseos de sus seres queridos.

"Siempre estamos confiando en tomadores de decisiones sustitutos o médicos", expresó Schneiderman. "Pero existe mucha evidencia de que no se correlaciona mucho" con lo que los pacientes realmente desean.

Más información

Para más sobre decisiones de terminar la vida, visita Last Acts. Para más sobre el cuidado crítico, visita Critical Care Forum.

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