Los representantes médicos podría pagar un precio emocional por tomar decisiones críticas

Según un estudio, el estrés, la culpa y las dudas son mayores entre aquellos cuyos seres queridos no comunicaron sus deseos para el final de la vida

LUNES, 28 de febrero (HealthDay News/HolaDoctor) -- El estrés de tomar decisiones sobre el tratamiento para un ser querido gravemente enfermo supone efectos emocionales nocivos para al menos un tercio de los representantes médicos, sugiere un estudio reciente.

Investigadores que examinaron 40 artículos publicados con datos sobre más de 2,800 representantes, más de la mitad de los cuales eran familiares de pacientes discapacitados, encontraron que el impacto psicológico negativo con frecuencia era significativo y duradero.

Los representantes médicos fueron entrevistados entre varios meses y años después de tomar las decisiones sobre el tratamiento, la mayoría de los cuales habían dictaminado atención al final de vida. A aquellos que tomaban decisiones conforme a las indicaciones previas del paciente les iba mucho mejor emocionalmente que a aquellos que lo hacían sin instrucciones por anticipado, ya que sufrían de culpabilidad y dudas sobre las decisiones que habían tomado.

"Uno de los factores de predicción más potentes del impacto sobre la familia es saber lo que el paciente desea", apuntó el autor líder del estudio David Wendler, director de la Unidad de Poblaciones Vulnerables del Centro Clínico de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.

"Si saben los deseos del paciente, sienten que defendieron al paciente y que canalizan las preferencias de éste", apuntó Wendler. "Si no los conocen, se sienten atrapados, como que tendrán que tomar decisiones por otro".

El estudio aparece en la edición del 1 de marzo de la revista Annals of Internal Medicine.

Debido a que la mayoría de artículos implicaban a representantes de EE. UU., muchos de ellos mujeres blancas y educadas, los autores no pueden estar seguros de si esto aplicaría a otros grupos.

Aún así, apenas entre el 20 y 25 por ciento de los adultos tienen instrucciones por anticipado o testamentos vitales, documentos que detallan el tipo y nivel de agresividad de la atención que preferirían si quedaran discapacitados por una lesión o enfermedad y no podrían comunicar sus deseos, comentó Wendler.

El estudio analizó 29 artículos que usaban datos cualitativos, lo que sugirió que muchos o la mayoría de representantes experimentaban una carga psicológica que por lo general duraba meses o años. Los once artículos que usaban datos cuantitativos mostraban que al menos un tercio de los representantes sufrían de una carga emocional debido al papel que habían desempeñado.

Sin embargo, nueve de los 40 artículos reportaron efectos beneficiosos para los representantes. El más común era la sensación de satisfacción por brindar apoyo al paciente.

"El problema real es que muchos de estos hijos o cónyuges no tienen ninguna preparación sobre cómo asumir este rol extraordinario en un momento en que ellos mismos son vulnerables", planteó la Dra. Gisele Wolf-Klein, directora de educación geriátrica del Sistema de Salud de North Shore-LIJ en New Hyde Park, Nueva York.

"El estrés del cuidador se vuelve absolutamente fenomenal y con frecuencia hay una tensión importante entre los familiares", añadió Wolf-Klein. "Son circunstancias extraordinariamente difíciles".

Irónicamente, anotaron Wendler y Wolf-Klein, la mayoría de pacientes desean no convertirse en una carga para sus seres queridos, pero eso es exactamente lo que sucede cuando la gente no habla o no registra sus preferencias médicas con antelación.

Además, el tumulto de la toma de decisiones puede hacer que para los representantes sea difícil comprender la compleja información necesaria para tomar decisiones críticas, que pueden incluir elegir iniciar, aplazar, continuar o retirar el tratamiento para mantener la vida, según el estudio.

Wendler y Wolf-Klein aconsejan encarecidamente crear directivas anticipadas para evitar el impacto emocional en los seres queridos que llevan a cabo los planes de tratamiento.

"Ciertamente, todos debemos compartir nuestros deseos. . . hay que ponerlo todo muy claro", enfatizó Wolf-Klein. "Lo terriblemente importante es tener algún tipo de documento escrito con los deseos".

Wendler sugirió que las conversaciones casuales sobre las preferencias de tratamiento, por ejemplo en respuesta a una historia noticiosa, pueden ayudar a los familiares a comunicar lo que desean si sucede lo impensable.

"Creo que estas conversaciones se hacen difíciles cuando se personalizan", dijo Wendler. "Si surge independientemente. . . puede facilitar que la gente participe. Tener estar conversaciones puede ser una forma de proteger a los seres queridos".

Más información

Para más información sobre los representantes médicos, visite el Colegio de Medicina de la Universidad de Illinois en Chicago.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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