Más niños de EE. UU. están falleciendo debido a las armas de fuego y los accidentes de coche

a man on a stretcher
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MIÉRCOLES, 19 de diciembre de 2018 (HealthDay News) -- Los accidentes de coche y las armas de fuego han sido las dos principales causas de muertes de niños y adolescentes de Estados Unidos durante décadas, y las muertes por ambas causas están en aumento.

Una mayor cantidad de jóvenes han estado muriendo por choques de vehículos motores y lesiones con armas de fuego desde 2013, muestra un informe reciente.

Los accidentes de coches conformaron un 20 por ciento de todas las muertes de niños y adolescentes de hasta 19 años de edad en 2016, mientras que las armas de fuego conformaron un 15 por ciento de esas muertes, señalaron los investigadores.

En comparación, el cáncer fue responsable de alrededor de un 9 por ciento de las muertes pediátricas ese año, apuntó la investigadora principal, la Dra. Rebecca Cunningham, directora del Centro de Prevención de las Lesiones de la Universidad de Michigan.

"Creo que la mayoría de las personas no se dan cuenta de que las armas de fuego están acabando con las vidas de un número sustancialmente más alto de niños que el cáncer", lamentó Cunningham. "Creo que es una noticia bastante nueva para la mayoría de los estadounidenses".

El aumento reciente en las muertes por los coches y las armas de fuego representa una reversión respecto a unos mínimos históricos en 2013, según el nuevo informe.

Pero aunque desde 2000 se ha logrado un progreso sustancial en la tasa de mortalidad infantil provocada por accidentes de coche, la tasa de muertes por las armas de fuego sigue más o menos igual que a inicios de siglo.

"Hemos logrado tremendos avances en los accidentes de vehículos motorizados, mientras que en las lesiones con armas de fuego no hemos logrado ningún progreso", dijo Cunningham.

La tasa de muertes de niños en accidentes de vehículos motores se ha reducido a la mitad, de unas 10 muertes por cada 100,000 niños y adolescentes en 1999 a 5.2 muertes por cada 100,000 en 2016, mostraron los hallazgos.

"Hemos tenido un tremendo éxito de salud pública en la reducción de las muertes por accidentes de vehículos motores", aseguró Cunningham. "Hemos reducido la tasa a la mitad en 17 años".

La mortalidad por los accidentes había sido incluso más baja, de alrededor de 4.5 por cada 100,000 en 2013, pero ha habido un aumento reciente, encontraron los investigadores.

Los investigadores no están seguros sobre cuál es el motivo del aumento reciente en las muertes por accidentes de tráfico, pero creen que las distracciones al conducir y la legalización de la marihuana podrían haber contribuido.

"Antes de 2013, es probable que la mayoría de adolescentes no tuvieran teléfonos celulares mientras conducían", planteó Cunningham. "Hay algunas cosas que son distintas en que hay que indagar más".

También ha habido un aumento en las muertes por armas de fuego entre los niños y adolescentes, pero en esa área se ha logrado mucho menos progreso.

En 2016, había una tasa de muertes por armas de fuego entre los niños de 4 por cada 100,000, un incremento respecto a 3.1 por cada 100,000 en 2013. Se trata de un aumento relativo del 28 por ciento, anotaron los investigadores.

Pero no es muy distinto que en 1999, cuando la tasa era de poco menos de 4.5 muertes por armas de fuego por cada 100,000 niños y adolescentes, o la tasa de 2007 de 3.9 muertes por cada 100,000.

Entre 2013 y 2016, los homicidios relacionados con las armas de fuego entre los niños y los adolescentes aumentaron en un 32 por ciento, y los suicidios relacionados con armas de fuego en un 26 por ciento, según el informe.

"Estamos viendo más suicidios en las áreas rurales, y más homicidios en las áreas urbanas, pero sin embargo, las armas de fuego son un problema para los niños y adolescentes en todos los vecindarios. Están en todas partes", dijo Cunningham.

La diferencia en el progreso se puede atribuir al interés, el énfasis y el dinero que el público ha asignado a las muertes por vehículos motores en comparación con las muertes por armas de fuego, añadió.

"Hemos invertido mucho dinero en la investigación sobre la seguridad del tráfico. Ha habido mucha inversión en la orientación para las familias y los adolescentes sobre cómo conducir de forma más segura. Hemos invertido mucho en unos vehículos más seguros. Hemos invertido mucho en unas carreteras más seguras. Hemos gastado mucho dinero en investigación para ver cuáles de esos factores son importantes. Como país, hemos realizado una inversión tremenda. No queremos que tanta gente muera en las carreteras, y lo hemos cambiado", aseguró Cunningham.

"El mensaje sobre las lesiones con armas de fuego es que no hemos invertido para nada. Como país, en realidad no invertimos nada en la investigación relacionada con las armas de fuego, en hacer la ciencia sobre la salud pública y la prevención de lesiones que sabemos que podría contribuir a una reducción", continuó.

"Hemos experimentado tremendas reducciones en todos los otros tipos de lesiones cuando hemos aplicado investigación a las mismas", explicó Cunningham. "No lo hemos hecho con las armas de fuego, y como no lo hemos hecho, tenemos una línea bastante plana, incluso con un aumento en el último par de años que va en la dirección incorrecta".

El informe de Cunningham y sus colaboradores aparece en la edición del 20 de diciembre de la revista New England Journal of Medicine.

Según el Dr. Robert Glatter, médico de emergencias en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos puede parar esos reveses a través de "conductas de sentido común y prácticas que pueden salvar las vidas de nuestros niños".

Éstas incluyen "eliminar las distracciones, como los mensajes de texto mientras se conduce, y dormir más para reducir la fatiga y la somnolencia de los conductores", planteó Glatter. "Respecto a la seguridad de las armas de fuego, guardar las armas de fuego de forma adecuada junto con las medidas biométricas novedosas para mantener el gatillo bloqueado también puede salvar vidas".

De las 20,360 muertes de niños y adolescentes de EE. UU. que ocurrieron en 2016, las lesiones provocaron más de un 60 por ciento, encontró el equipo de Cunningham.

Los jóvenes rurales tenían el mayor riesgo, con 33 muertes por cada 100,000, en comparación con 27 por cada 100,000 niños suburbanos, y 23 por cada 100,000 niños urbanos, dijeron los autores del estudio.

Esto se debe sobre todo a una mayor cantidad de muertes relacionadas con las lesiones en los ámbitos rurales. Por ejemplo, los niños y adolescentes rurales fallecieron 2.7 veces más frecuentemente en accidentes de vehículos motores. Un factor en esos fallecimientos podría ser unos tiempos de respuesta mayores de los servicios médicos de emergencia.

"La conclusión es que debemos ser proactivos y enfocarnos en la investigación relacionada con la prevención de las lesiones, en lugar de ser reactivos una vez ocurren los eventos trágicos", enfatizó Glatter. "Se lo debemos a nuestros niños y a las generaciones futuras".

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la prevención de las lesiones en la niñez.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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