La pelvis femenina se ensancha y luego se encoge en el transcurso de la vida, encuentra un estudio

El momento de los cambios, en la pubertad y la menopausia, sugiere que el estrógeno los dirige, plantea una investigadora
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pelvisMale/female pelvis from birth to old age. Photo: University of Zurich

LUNES, 25 de abril de 2016 (HealthDay News) -- La estructura pélvica de una mujer se sigue adaptando durante el transcurso de su vida: primero se ensancha para acomodar el parto, y luego se estrecha, sugiere un estudio reciente.

Los investigadores dijeron que sus hallazgos desafían la idea de que la pelvis de una mujer es inamovible.

Algunos científicos han propuesto la idea de que la pelvis femenina fue "programada por la evolución para el parto", explicó la investigadora líder, Marcia Ponce de León.

Al mismo tiempo, se pensaba que la pelvis masculina podría cambiar la trayectoria de su desarrollo más o menos al inicio de la pubertad, en respuesta a los niveles crecientes de testosterona.

"Nuestro estudio muestra lo contrario", señaló Ponce de León, investigadora de la Universidad de Zúrich, en Suiza.

Explicó que la pelvis masculina parece seguir una trayectoria de desarrollo genéticamente determinada. Por otro lado, la pelvis femenina se adapta durante el transcurso de la vida, posiblemente en respuesta al estrógeno.

Los investigadores basaron sus hallazgos en TC de 275 personas de todas las edades. En general, encontraron que a una edad temprana la pelvis se desarrolla de forma similar en chicas y chicos. Entonces, más o menos a los 10 años, cada sexo se dirige en una dirección distinta.

A los 25 años, las estructuras óseas de la pelvis de la mujer han cambiado para proveer un canal de parto amplio. Y las diferencias entre la pelvis masculina y la femenina fueron más pronunciadas entre los 25 y los 30 años de edad, el momento pico de la fertilidad, anotó Ponce de León.

Pero las cosas comienzan a cambiar de nuevo más o menos a los 40, encontró el estudio. En ese momento, la pelvis femenina toma una trayectoria más "masculina", que hace que el canal de parto se estreche de forma gradual.

Los hallazgos aparecen en la edición del 25 de abril de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

No está claro qué significa el patrón descubierto por estos investigadores para la mujer promedio, incluyendo si puede complicar el parto en las mujeres mayores, apuntó el Dr. John De Lancey, profesor de obstetricia y ginecología de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor.

Una mujer en la cuarentena sigue teniendo una pelvis indudablemente "femenina", explicó De Lancey, que no participó en el estudio.

Y "si se ve la pelvis de una persona de 80 años se puede sin duda alguna decir si es femenina o masculina", añadió.

Aun así, señaló De Lancey, los hallazgos amplían la comprensión de los investigadores sobre un proceso "increíble": cómo las mujeres pueden sacar a un bebé cabezón de 7.5 libras (3.4 kilos).

"Los humanos tienen un parto muy complejo, en comparación con otros animales", apuntó De Lancey. El parto obstruido es un problema común, comentó, y sigue siendo una importante causa de complicaciones y muertes de mujeres y recién nacidos en países en desarrollo.

Según una longeva teoría, llamada hipótesis del dilema obstétrico, la pelvis de la mujer humana es básicamente una "transigencia". Los recién nacidos humanos tienen cerebros grandes, y una pelvis ancha facilitaría el parto. Pero una pelvis estrecha podría ser más eficiente para caminar y correr erecto.

Entonces, la teoría plantea que las mujeres acabaron con una estructura pélvica que no es del todo ideal para ninguna de ambas cosas.

Ponce de León y su equipo sugieren una teoría distinta. La pelvis femenina sigue adaptándose con el tiempo a las "necesidades obstétricas cambiantes".

El momento en que esos cambios ocurren (cerca de la pubertad y en la transición hacia la menopausia) sugiere que el estrógeno dirige el desarrollo de la pelvis femenina, según el equipo de Ponce de León.

De Lancey dijo que es "probable" que las hormonas tengan un rol. Pero añadió que el estudio en realidad no lo prueba.

Es obvio por qué la pelvis femenina cambiaría a un canal de parto más ancho tras la pubertad, pero no está claro por qué comenzaría a estrecharse cuando una mujer está en la cuarentena.

"Nuestra hipótesis es que la pelvis cambia su forma 'a pedido', según las funciones cambiantes", dijo Ponce de León. Especuló que a una edad más avanzada un canal de parto más estrecho podría dar a las mujeres una mayor estabilidad en la pelvis y más soporte para los órganos abdominales y pélvicos.

Un estudio anterior, dijeron los investigadores, encontró una correlación entre las dimensiones de la pelvis de una mujer y su riesgo de trastornos del suelo pélvico, el lugar donde se debilitan los músculos y los tejidos blandos que soportan a los órganos pélvicos.

Esto puede resultar en incontinencia o en el prolapso de los órganos pélvicos, una afección en que el útero, la vejiga o los intestinos sobresalen hacia la vagina.

Pero De Lancey dijo que en su propia investigación no encontró evidencias de que las mujeres con prolapso tengan "dimensiones pélvicas" distintas que las demás mujeres.

Según Ponce de León, los hallazgos de su equipo podrían al final resultar útiles para la gestión de los partos difíciles.

"Nuestro estudio propone un mecanismo hormonal sensible al ambiente para el desarrollo de la plasticidad de la pelvis femenina", comentó. "Investigaciones posteriores de este mecanismo podrían algún día ayudar a aliviar el problema del parto obstruido".

Más información

El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists) ofrece más investigación sobre el parto.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2016, HealthDay

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