Los bebés prematuros enfrentan problemas de presión arterial y azúcar en sangre en el futuro

Un estudio señala que esas amenazas pueden gestionarse por medio de dieta y ejercicio adecuados

MIÉRCOLES 16 de mayo (HealthDay News/HispaniCare) -- Un estudio reciente plantea que los bebés que nacen de manera prematura y con bajo peso tienen una mayor probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa e hipertensión en la edad adulta que los bebés de peso normal.

Estos factores pueden poner a una persona en mayor riesgo de enfermedades cardiacas y otros problemas de salud.

"La mayoría de los bebés prematuros tienen una vida sana en la edad adulta", dijo el autor del estudio, el Dr. Eero Kajantie, pediatra e investigador principal del Instituto nacional de salud pública en Helsinki, Finlandia. "Sin embargo, nuestros hallazgos indican que podrían estar en un riesgo superior al promedio de trastornos comunes en la etapa avanzada de la vida, como la diabetes tipo 2 (de la edad adulta) o enfermedad cardiovascular".

La buena noticia es que se puede reducir el riesgo de desarrollar estos problemas con un estilo de vida saludable, uno que incorpore actividad física y una dieta sana, y manteniendo un peso normal, agregó Kajantie.

El estudio de Kajantie aparece en la edición del 17 de mayo del New England Journal of Medicine.

Los investigadores ya han establecido una relación entre el bajo peso al nacer y los problemas de regulación de la glucosa posteriormente en la vida. También existe una relación conocida un nacimiento prematuro con bajo peso y la resistencia a la insulina en la infancia.

Y la investigación muestra que los bebés a término con bajo peso al nacer tienen un riesgo mayor de problemas de salud como hipertensión, enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2 cuando alcanzan los primeros años de la adultez.

La pregunta es si la resistencia a la insulina, y por tanto un riesgo elevado para varias enfermedades, persisten en la edad adulta entre los bebés prematuros que nacen con bajo peso.

El asunto es altamente relevante, en vista de que los avances en la atención intensiva neonatal han cambiado de forma drástica el pronóstico de los bebés que nacen con un peso muy bajo. De acuerdo con un editorial acompañante en la publicación, en 1960 un bebé que nacía con un peso de 1,000 gramos (2.2 libras) tenía un riesgo de morir de 95 por ciento. Hoy en día, ese mismo niño tiene una probabilidad de sobrevivir de 95 por ciento.

Tal como anota el estudio reciente, la primera generación de los bebés que se beneficiaron de estas mejoras está entrando ahora a la edad adulta.

Para el estudio, los investigadores realizaron pruebas orales estándar de tolerancia a la glucosa en 163 adultos jóvenes entre 18 y 27 años que habían nacido con bajo peso. También realizaron las mismas pruebas en 169 personas que habían nacido a término y con un peso normal. A todos los participantes también se les midió la presión sanguínea y los niveles de lípidos en sangre.

La composición corporal se midió en 150 adultos que habían nacido con un peso muy bajo y en 136 personas "normales".

Los adultos nacidos con un peso muy bajo tenían un incremento de 6.7 por ciento en la concentración de glucosa a dos horas, un incremento de 16.7 por ciento en la concentración de insulina en ayunas, un aumento de 40 por ciento en la concentración de insulina a dos horas, un incremento de 18.9 por ciento en el índice de resistencia a la insulina y un incremento de 4.8 mm Hg en la presión arterial sistólica.

"Simplemente animamos a los que han nacido de forma prematura a seguir un estilo de vida saludable", dijo Kajantie. "Es importante que, en particular, los médicos que hagan un seguimiento a los adultos estén al tanto del historial de nacimiento de su paciente. Haber nacido prematuramente y con un peso muy bajo puede servir como un factor de riesgo adicional al momento de decidir, por ejemplo, si es necesario hacer un análisis de tolerancia a la glucosa o de la diabetes en un paciente individual".

Y los investigadores deberían dar seguimiento a este asunto, dijo Kajantie.

"Necesitamos ciertamente llevar a cabo más investigaciones, por ejemplo, para establecer directrices específicas para el seguimiento de niños y adultos que han nacido con un peso muy bajo", dijo Kajantie. "Además, este estudio nos informa realmente sobre los niños que fueron tratados en la unidad de atención intensiva neonatal 20 años atrás (de 1978 a 1985). Se han producido avances considerables en la atención intensiva neonatal después de ese periodo".

Más información

El Hospital Infantil Lucile Packard de la Universidad de Stanford tiene más información sobre los bebés que nacen con un peso muy bajo.


Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

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