El homosexual nace, no se hace

La clave es cómo el cerebro responde a los ruidos repentinos

Lunes, 06 de octubre (HealthDayNews) -- Los orígenes de la orientación sexual podrían determinarse un abrir y cerrar de ojos.

En lo que el primer estudio demostró un aparente vínculo entre una característica no aprendida y la orientación sexual, los investigadores británicos han descubierto que la forma en que los ojos de las personas responden a ruidos altos podría indicar las diferencias entre los heterosexuales y los homosexuales que se desarrollaron antes de nacer.

Los autores, cuyo estudio aparece en la edición de octubre de Behavioral Neuroscience, señalaron que aproximadamente 4 por ciento de los hombres y 3 por ciento de las mujeres son gay. Los científicos han investigado durante mucho tiempo si la sexualidad es aprendida o biológica.

"Tenemos varias décadas de investigación que sugiere fuertemente que la orientación sexual de los humanos es en algún grado determinado biológicamente", indicó el autor de un estudio Qazi Rahmam, conferenciante en la Escuela de Psicología en la Universidad del Este de Londres. "El problema con estos tipos de estudios es que no podemos desligar los efectos del aprendizaje".

Se produjo entonces la pregunta: ¿Qué clase de tarea se podría usar que no esté influenciado por el aprendizaje o la socialización? La respuesta provino en sorprendentes respuestas humanas, que son involuntariamente e instintiva.

Específicamente, Rahman y sus colegas decidieron utilizar una prueba de inhibición prepulso (PPI, por sus siglas en inglés). Cuando los humanos escuchan un ruido repentino, responden con un parpadeo. Si al ruido alto lo precede un sonido más calmado (el prepulso), la respuesta al segundo ruido alto es más débil. En otras palabras se inhibe.

Los investigadores compararon respuestas a un ruido alto tanto por sí solo como luego de un sonido más calmado para ver cuál era el grado de inhibición. Los participantes eran 59 hombres y mujeres homosexuales y heterosexuales.

En las heterosexuales, el PPI promedio 13 por ciento y, en los hombres heterosexuales, 40 por ciento.

Las lesbianas, sin embargo, tuvieron un PPI de 33 por ciento, más cerca al espectro, mientras que los hombres gay promediaron un 32 por ciento, levemente menor que la de los hombres heterosexuales pero no estadísticamente significativo.

Los hallazgos son consistentes con otros estudios, que han encontrado que ciertas características en lesbianas son altamente "masculinizadas", mientras que las mismas características en gay son casi la misma que en hombres heterosexuales.

Aunque es difícil hacer generalizaciones acerca del comportamiento homosexual a base de estos hallazgos (por ejemplo, "el pensamiento de todos los homosexuales es similar al de las mujeres"), es posible formar un caso para los orígenes de la sexualidad, indicaron los autores.

"A base de estos resultados y en conjunción con el grueso de la literatura en las pasadas tres décadas aproximadamente, la prueba señala algún factor o factores prenatales [en determinar la preferencia sexual", indicó Rahman.

Los hallazgos podrían tener implicaciones para un número de asuntos sociales.

"La orientación sexual actual y la investigación relacionada con el sexo hoy día se está aceptando como una aportación nacional legítima en términos de investigación", comentó Rahman. "Tenemos problemas con las ETS [enfermedades de transmisión sexual]. Entender el comportamiento sexual es ciertamente importante para eso".

El hallazgo también podrían ayudar a iluminar las diferencias sexuales en asuntos de la salud mental. "Aunque la homosexualidad per se no está relacionada con problemas psiquiátricos, sobre aquellas ocasiones en que los gay y las lesbianas presentan problemas psiquiátricos, a menudo muestran trastornos que son típicos del sexo opuesto", aseveró Rahman. Los hombres gay, por ejemplo, podrían ser más propensos a sufrir de depresión, ansiedad y trastornos alimentarios que sus contrapartes heterosexuales, mientras que las lesbianas podrían ser más vulnerables a abuso de sustancias que las mujeres heterosexuales.

"Tal vez tener un entendimiento del cerebro de la orientación sexual en individuos saludables pudiera darnos algunas pistas en lo que está mal en el sistema de circuitos cerebrales en el que subyacen ciertos problemas psiquiátricos", comentó Rahman. "En el futuro, podríamos diseñar tratamientos más específicos".

Es importante no hacer muchas generalizaciones. "No es que el cerebro gay sea como el cerebro heterosexual del sexo opuesto. Parece ser un mosaico de características típicas masculinas y femeninas", comunicó Rahman. "Debido a que estamos examinando humanos, las cosas son siempre más complicadas que lo que se esperaba".

Más información

La Universidad de California en Davis, tiene más sobre la investigación relacionada con la orientación sexual, y también la Asociación Psicológica Americana.

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