AHA News: Por qué los médicos quieren que la campana de la escuela suene más tarde

A Wake-Up Call on Teen Sleep: Why Doctors Want School Bells to Ring Later
A Wake-Up Call on Teen Sleep: Why Doctors Want School Bells to Ring Later

MIERCOLES, 7 de agosto de 2019 (American Heart Association News) -- Es probable que en esta temporada los chicos duerman más tarde para descansar y prepararse para el próximo año escolar, pero, a los expertos, ciertas preguntas importantes les están quitando el sueño.

¿La falta de sueño en los adolescentes establece bases para que después haya problemas de salud?

¿Suena demasiado temprano la campana de la escuela?

La respuesta de ambas preguntas es afirmativa, según Marie-Pierre St-Onge, profesora asociada de medicina relacionada con la nutrición, en Columbia University en Nueva York. St-Onge también es investigadora principal dedicada a estudiar los vínculos entre el sueño y la salud en general.

"Es obvio que las enfermedades del corazón no son un gran problema en los adolescentes", agregó St-Onge, ex directora también de un grupo de la American Heart Association que redactó una declaración científica acerca del sueño y las enfermedades del corazón en 2016. "Sin embargo, vamos aprendiendo cada vez más acerca de los efectos adversos para la salud que ocurren por no dormir adecuadamente. Les estamos trazando una trayectoria no muy buena".

A corto plazo, señaló, los adolescentes privados de sueño son más propensos a tener conductas riesgosas que van desde manejar descuidadamente, hasta abusar de las drogas. También pierden horas valiosas de consolidación de la memoria, proceso cerebral que ocurre al dormir y que resulta ser clave para el aprendizaje.

A largo plazo, agregó St-Onge, los adolescentes que se despiertan más tarde en los fines de semana, después de una semana agotadora, desarrollan lo que "denominamos desfase social, como el desfase de horario que ocurre al viajar. Tener un desfase de dos horas al viajar se ha relacionado con un mayor riesgo de tener obesidad y diabetes. Se les están formando estos malos hábitos durante un periodo de desarrollo crítico".

Un estudio publicado el año pasado en el boletín de Pediatrics hizo eco de esas conclusiones.

Investigadores siguieron a 829 adolescentes y concluyeron que los que dormían más tiempo, y con más calidad de sueño, tuvieron presión sanguínea más baja, mejores resultados en cuanto al colesterol y tendencias menores a tener sobrepeso.

El estudio concluyó que tenía sentido evaluar cómo el mejorar la cantidad y la calidad del sueño, podría ser estrategia para también optimizar "los perfiles de riesgo cardiovascular" de los adolescentes.

No es solo que a los jóvenes les guste dormirse tarde. Sus ritmos circadianos, el reloj interno que determina si uno está alerta o tiene sueño, están cambiando.

"Los niños pequeños siempre se despiertan temprano", dijo St-Onge. "Pero, los ritmos circadianos se van atrasando al ir creciendo. Es una respuesta biológica real".

Lo encontrado ha hecho que muchos grupos médicos, como la Asociación Médica Americana, la Academia Americana de Pediatría y la Academia Americana de Medicina del Sueño, entre otros, recomienden que las escuelas de educación media y preparatoria no comiencen las clases ntes de las 8:30 a.m.

"Es un problema complicado de política pública, pero, en efecto, la ciencia es bastante clara", señaló Terra Ziporyn Snider, directora ejecutiva de Start School Later, grupo de abogacía sin fines de lucro cuyo objetivo queda mencionado claramente en su nombre (en español, Comiencen la escuela más tarde). "No referimos realmente a la privación del sueño que le obliga a toda la sociedad".

Snider calcula que solo un 15% de casi 14.000 distritos escolares en los Estados Unidos cumplen con la pauta de comenzar a las 8:30 a.m. en sus escuelas de educación media. Aunque algunos distritos han cambiado en años recientes, quienes abogan por iniciar las clases más tarde se topan con una gama amplia de objeciones: el efecto en las rutas de los camiones escolares; acomodar los horarios de trabajo de los padres; y, no permitir que los adolescentes duerman más tarde.

"La gente tiene una cierta reacción anticuada. 'Están consintiendo a sus hijos. Yo hice quehaceres a las 5 a.m.'", dijo Snider. "La vida de la comunidad gira alrededor del horario escolar y la idea de cambiarlo enfada a mucha gente".

Los partidarios de un nuevo horario insisten que cuando las escuelas cambian suceden cosas buenas.

Un estudio publicado el año pasado en el boletín Science Advances siguió a alumnos de preparatoria (high school) en Seattle, donde, en 2016, las escuelas de educación media y preparatoria movieron el comienzo de las clases de las 7:50 a.m. a las 8:45 a.m.

Los investigadores encontraron que, en promedio, los alumnos durmieron 34 minutos más que antes del cambio, tuvieron calificaciones mejores, y faltaron o llegaron tarde menos veces.

"Se gasta mucho dinero en la educación y cuando entramos un salón de clases a las 7:30, los encontramos dormidos", comentó la Dra. Jennifer Papa Kanaan, profesora asistente de medicina, especializada en trastornos de sueño en adolescentes, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Connecticut. "Entonces, ¿qué estamos haciendo? Para la mayoría de los distritos se trata de un cambio de media hora que redituaría muchos beneficios".

No todos los distritos sienten lo mismo.

En la legislatura de California se plantea una ley que dictaría que las clases de educación preparatoria (high school) no comiencen antes de las 8:30 a.m., ni las de educación secundaria antes de las 8:00 a.m. La Asociación de Juntas Directivas Escolares opone la ley.

Los funcionarios de distritos escolares locales indican que, además de los problemas de transporte y los cambios costosos en los horarios escolares, los padres también se verían afectados negativamente.

"Los adultos jóvenes necesitan dormir y deben planear acostarse con un horario que les permita dormir lo suficiente", comentó al Marin Independent Journal, Greg Knell, presidente de la Junta Directiva Escolar de la ciudad de San Rafael. "Despertarse más tarde no es la dinámica adecuada. Los padres que tabajan necesitan que sus hijos entren a la escuela con el horario matutino que se tiene en estos momentos".

Entretanto, ¿qué deben hacer los padres, sobre todo al acercarse el inicio de clases?

Los consejos de Kanaan incluyen ajustar el horario para que duerman por lo menos ocho horas cada noche; evitar la luz azulada de las pantallas de teléfonos y tabletas por la noche; y, en el caso de personas con problemas para conciliar el sueño, acudir al médico. Agregó que lo más importante que nada es "entender que dormir es uno de los pilares de una buena salud. Todo lo demás se derrumba si falta sueño".

St-Onge tiene un consejo adicional: hable con la junta directiva escolar.

"No hay respuesta fácil", señaló. "Pero sería bueno que los padres presionaran a sus comunidades de alguna forma para que el horario escolar comience lo más tarde posible, hasta el grado de comodidad más tolerable".

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