La dieta 'occidental' podría aumentar el riesgo de apoplejía

Consumir más alimentos de origen vegetal podría prevenir el daño

JUEVES 1 de julio (HealthDayNews) -- Según un nuevo estudio, se debe prestar más atención a lo que se come, porque podría influenciar el riesgo de apoplejía.

Si normalmente come una dieta "occidental" (principalmente carnes rojas y procesadas, granos refinados, productos lácteos con toda su grasa, dulces y postres) podría estar buscándose problemas, sugiere el estudio. Pero si su dieta es rica en frutas, vegetales, pescado, aves y granos integrales, podría ayudarlo a prevenir un ataque cerebral.

"Encontramos que el patrón alimenticio industrializado de occidente aumenta el riesgo de las personas de sufrir una apoplejía", afirmó la autora del estudio, Teresa T. Fung, profesora asistente de nutrición en el Simmons College de Boston.

Si se añaden otros factores de riesgo, las noticias empeoran. El riesgo de una apoplejía isquémica (cuando un coágulo sanguíneo bloquea una arteria o un vaso sanguíneo en el cerebro) fue cuatro veces mayor para los fumadores cuyas dietas eran muy semejantes a la dieta occidental, en comparación con los no fumadores cuyas dietas diferían de ese patrón alimenticio.

Las mujeres con alta presión sanguínea cuyas dietas se parecían mucho a un patrón al estilo occidental tenían tres veces más riesgo de apoplejía isquémica en comparación con mujeres que no eran hipertensas y que no seguían el régimen de carnes rojas y dulces.

Los autores afirman que el estudio es novedoso porque examina los patrones generales de alimentación y su riesgo de apoplejía. La mayoría de estudios simplemente buscan una asociación entre un nutriente o alimento particular y el riesgo de apoplejía.

La apoplejía es la tercera causa principal de muerte en los Estados Unidos y afecta a 700,000 estadounidenses anualmente. Si bien se cree que la dieta es un riesgo de apoplejía que puede ser controlado, parece que los estadounidenses no están captando el mensaje.

"Hay factores que podemos cambiar que podrían afectar el riesgo a largo plazo de enfermedades vasculares, particularmente la apoplejía", afirmó el Dr. Ralph Sacco, vocero de la American Heart Association (AHA) y profesor de neurología y epidemiología en la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York.

La AHA ya recomienda que las personas coman una variedad de frutas y vegetales, granos integrales, pescado, legumbres, aves sin piel y carnes magras para reducir el riesgo de ataque cardiaco y apoplejía.

Los estudios sobre la dieta pueden ser difíciles de realizar, según los expertos, debido a que se basan principalmente en que las personas recuerden qué y cuánto comieron y den esa información honestamente. En este estudio, las mujeres llenaron detallados cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios en 1984 y de nuevo cada cuatro años durante un periodo de 14 años.

Incluir otros factores de riesgo como el fumar, la obesidad y la presión sanguínea alta también complican la tarea de relacionar la dieta de una persona con el riesgo de apoplejía.

"El problema con este tipo de estudio es, ¿cómo eliminar a la gente que hace ejercicio? ¿Cómo se elimina el factor de riesgo individual?" apuntó el Dr. Fred Pescatore, un médico de práctica privada que se especializa en medicina nutricional y autor del recién publicado libro The Hamptons Diet.

Si bien Pescatore no está completamente de acuerdo sobre la carne roja, respalda totalmente que una dieta de granos refinados, dulces y postres puede llevar a la resistencia de insulina y, a la larga, a un riesgo aumentado de enfermedad cardiovascular.

"Aunque nos sentemos y analicemos el estudio parte por parte, no hay manera de afirmar que la dieta estadounidense [occidental] sea saludable para nosotros", insistió.

Para evaluar los patrones alimenticios y el riesgo de apoplejía, Fung y sus colegas recolectaron datos sobre información dietética de 71,768 mujeres que participaron en el Nurse's Health Study, un estudio nacional que comenzó en 1976. Los autores identificaron dos patrones alimenticios, la dieta occidental y una dieta prudente.

Cada enfermera recibió una puntuación de prudencia y una puntuación occidental según lo que comía. Por ejemplo, la puntuación prudente reflejaba qué tanto se parecían sus dietas a ese patrón dietético. Se hizo lo mismo con la puntuación occidental. En cada caso, una puntuación más alta indicaba una mayor adherencia a cada patrón particular.

Las mujeres se clasificaron de acuerdo con sus puntuaciones y divididas en dos grupos de cinco. Las participantes a la cabecera de cada quintil fueron aquellas cuyas dietas más se parecían a las dietas occidental o prudente, respectivamente. Las que estaban en el fondo del quintil del patrón dietético se convirtieron en el grupo de referencia.

Durante el periodo de 14 años del estudio, se presentaron 791 apoplejías, incluyendo 476 apoplejías isquémicas (el tipo más común), 189 hemorrágicas (causadas por el rompimiento de un vaso sanguíneo en o cerca del cerebro), y 126 apoplejías no clasificadas.

Luego de realizar ajustes por estilo de vida y por otros factores de riesgo, las mujeres con las puntuaciones de dieta occidental más alta tenían casi el doble de riesgo de desarrollar cualquier tipo de apoplejía que aquellas que tenían las puntuaciones más bajas en esa dieta. Similarmente, el riesgo de apoplejía isquémica era casi el doble entre las mujeres con las puntuaciones más altas en la dieta occidental en comparación con las que tenían puntuaciones más bajas.

Más Información

Visite el National Institute of Neurological Disorders and Stroke para saber más sobre la prevención de la apoplejía.

Traducido por HispaniCare

Related Stories

No stories found.
logo
Healthday Spanish
spanish.healthday.com