Los aditivos alimentarios son una mezcla tóxica para los niños

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LUNES, 23 de julio de 2018 (HealthDay News) -- Las sustancias químicas utilizadas para conservar, empaquetar y mejorar la comida pueden dañar la salud de los niños, advierte un importante grupo de pediatras.

Un creciente conjunto de evidencias científicas ha vinculado a esas sustancias con cambios en los sistemas hormonales de los niños, lo que puede alterar su desarrollo normal y aumentar el riesgo de obesidad infantil, plantea la nueva declaración de política de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP).

Esas sustancias afectan la salud de todos los humanos, pero pueden tener un efecto particularmente potente en los niños, aseguró el autor principal, el Dr. Leonardo Trasande, investigador en salud ambiental en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York.

"Comen más comida para su peso, así que tienen unos niveles más altos de exposición en comparación con los adultos", explicó Trasande. "Sus órganos se siguen desarrollando de varias maneras, de forma que los efectos en el desarrollo pueden ser permanentes y para toda la vida".

Los culpables químicos

Algunas sustancias que afectan a la seguridad de los alimentos incluyen:

  • Los bisfenoles como el BPA, que se utilizan en los plásticos y en el revestimiento de las latas de metal. Pueden actuar como el estrógeno en el cuerpo, afectando a la pubertad, reduciendo la fertilidad, aumentando la grasa corporal y afectando a los sistemas nervioso e inmunitario.
  • Los ftalatos, que se encuentran en los plásticos y en los tubos de vinilo utilizados en la producción industrial de los alimentos. Esas sustancias pueden afectar al desarrollo genital masculino, aumentar la obesidad infantil y contribuir a la enfermedad cardiaca.
  • Las sustancias perfluoroalquiladas (PFC), utilizadas en el empaquetamiento de comida a prueba de grasa. Podrían reducir la inmunidad, el peso al nacer y la fertilidad, y pueden afectar al sistema tiroideo.
  • El perclorato, que también se añade al embalaje de la comida seca para controlar la electricidad estática. También se sabe que afectan a la función tiroidea, y puede afectar al desarrollo cerebral temprano.
  • Los colores alimentarios artificiales, que se han asociado con unos peores síntomas del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
  • Los nitratos y los nitritos, que se usan para preservar la comida y mejorar el color, sobre todo en las carnes curadas y procesadas. Esas sustancias pueden inferir con la producción de la hormona tiroidea, y se han vinculado con cánceres gastrointestinales y del sistema nervioso.

"Este es un informe críticamente importante sobre los riesgos ambientales que han recibido menos atención de la que ameritan, ya sea de parte de la comunidad pediátrica o de los reguladores", comentó el Dr. Michael Grosso, presidente de pediatría y director médico del Hospital de Huntington en Huntington, Nueva York.

"Ahora hay evidencias convincentes de que las sustancias ambientales usadas en el procesamiento y en los recipientes de los alimentos podrían tener unos efectos significativos en la salud humana, incluyendo en la fertilidad, la enfermedad tiroidea, ciertos tipos de cáncer y mucho más", señaló Grosso. "Es preocupante que algunas permanezcan en el cuerpo durante años".

Kristi King, dietista principal en el Hospital Pediátrico de Texas, en Houston, dijo que tiene "unas mayores preocupaciones sobre los aditivos que son disruptores tiroideos".

"Los PFC pueden alterar la función tiroidea y los cambios metabólicos. El perclorato, los nitratos y los nitritos perturban la producción de la hormona tiroidea e inhiben la absorción del yodo en el cuerpo", explicó King.

"El yodo es extremadamente importante para promover el crecimiento y el metabolismo en los niños. El yodo también es esencial para el desarrollo cerebral y neurológico temprano. Tener una deficiencia de yodo podría en última instancia conducir a un mal crecimiento y a un retraso en la capacidad [de pensamiento]", recalcó.

Se necesita una regulación más estricta

La declaración de política pide a políticos y burócratas que refuercen las regulaciones relacionadas con los aditivos alimentarios. Esas medidas podrían incluir un proceso de designación de "generalmente reconocido como seguro" más riguroso y transparente, lo que incluye requerir pruebas de toxicidad antes del uso en el mercado, y una nueva evaluación de sustancias que ya se habían aprobado.

Y Trasande planteó que los ciudadanos pueden tener un impacto incluso mayor en esa área que las autoridades electas.

"El público general puede hacer mucho por fomentar los tipos de cambios que son positivos para las vidas de los niños y para la salud humana", aseguró Trasande. "La prohibición del BPA en los biberones y en las tazas para bebés no fue impulsada por ninguna declaración científica ni ninguna buena intención de la regulación. Fue impulsada por la indignación de los consumidores. Se podría decir lo mismo sobre los ftalatos en los juguetes".

Lo que los padres pueden hacer

La declaración de política de la AAP apuntaba que los padres pueden limitar la exposición de sus hijos a estas sustancias al:

  • Elegir frutas y verduras frescas o congeladas en lugar de enlatadas.
  • Evitar las carnes procesadas, sobre todo durante el embarazo.
  • No poner alimentos en el microondas en recipientes de plástico, ni colocar los plásticos en el lavaplatos.

Los padres también pueden utilizar el código de reciclado en la parte inferior de los productos, como medio para determinar si el empaquetado plástico es seguro, según la declaración.

Se deben evitar los plásticos con los códigos de reciclable 3 (ftalatos), 6 (estireno) y 7 (bisfenoles), a menos que los plásticos tengan una etiqueta que diga "biobased" ("de base biológica") o "greenware" (algo así como "utensilios verdes" o "ecológicos"). Eso significa que los plásticos están producidos con maíz y no contienen bisfenoles.

"Es importante tener iniciativa para educar a las familias sobre la lectura de las etiquetas, para que intenten identificar el embalaje libre de sustancias químicas y buscar alimentos y bebidas libres de conservantes, colores artificiales y sabores artificiales", planteó Audrey Koltun, nutricionista dietista registrada en el Centro Médico Cohen, en New Hyde Park, Nueva York. "Es algo que intento cubrir en una sesión sobre la nutrición".

"Los paquetes sofisticados y coloridos con afirmaciones de salud pueden llevar a los consumidores a pensar que un alimento es saludable o bueno para uno cuando no lo es, y pueden tener uno o todos estos aditivos", siguió Koltun. "La educación de las familias es esencial para reducir la exposición de los niños".

La nueva declaración de política aparece en la edición en línea del 23 de julio de la revista Pediatrics.

Más información

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. tiene más información sobre los aditivos alimentarios.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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