Ahora incluso las niñas se obsesionan en el peso

Las obsesiones de los padres acerca de la dieta y la imagen corporal, tienen mucha de la culpa

Domingo, 20 de enero (HealthDayNews) -- Los miedos irracionales y obsesivos de engordar han impulsado a muchas adolescentes a patrones de ejercicios y alimentación no naturales para hacerlas lucir cada vez más delgadas.

Ahora, al parecer, sus hermanas pequeñas están siguiendo el patrón.

"Creo que estamos viendo los trastornos alimentarios en individuos cada vez más jóvenes . . . tan jóvenes como de 5 ó 6 años", expuso el Dr. Ira Sacker, director de la clínica de trastornos alimentarios en Brookdale University Hospital en Brooklyn, Nueva York y coautor de "Dying to Be Thin".

"Las niñas están cada vez más insatisfechas con sus cuerpos que sobre enfermarse, perder un padre, morir por una bomba atómica", afirmó Sacker, citando resultados de encuestas sobre el tema. "Esto es cuán enfermizo puede resultar".

Tantos como 10 millones de niñas adolescentes y mujeres en los Estados Unidos tienen algún tipo de trastorno alimentario, según lo expertos. Las formas más comunes son anorexia nerviosa, que conlleva la autoinanición y la pérdida excesiva de peso, y la bulimia nerviosa, caracterizada por comer en exceso y seguido de autoinducir el vómito, o el evacuar.

Pero los niños componen "un buen 10 por ciento" de esos millones, estima Sacker. "Y si no tienen trastornos alimentarios completamente desarrollados, entonces tienen comportamientos alimentarios desorganizados moviéndose [en esa dirección]".

"No se trata de comida sino de autoestima", expresó. "Es acerca de cómo nos sentimos con nosotros mismos. Y nuestra estima corporal es terrible".

Sacker recordó tratar a una niña de 5 años de edad quien nunca había sido obesa pero había sido objeto de burla por parte de algunos compañeritos de clase, "así que encontró el modo de disminuir su apetito".

La pequeña niña ingería papel para llenar su estómago de manera que no tuviera apetito, comentó. Y además, "utilizó su habitación como pista de carreras", continuó. "Corría en su cuarto por las noches tratando de quemar calorías".

Aparentemente no es la única.

Una serie de estudios recientes han demostrado que 42 por ciento de las niñas de primero, segundo y tercer grado desean ser más delgadas, ese 40 por ciento de casi 500 estudiantes de cuarto grado encuestadas dijeron que hacían dieta "muy a menudo" o "a veces", y que 46 por ciento de las niñas de 9 años y 81 por ciento de las de 10, admitieron hacer dieta, comer en exceso o temer engordar, según la Clínica de Trastornos Alimentarios de Harvard en Boston.

Parte de la culpa de todo esto, de acuerdo con Sacker, recae en los padres.

"Estamos viendo hoy día trastornos alimentarios de segunda generación", comentó. "Nosotros como padres somos maestros, por ejemplo. Los niños están más al tanto de todos los comentarios o todo el comportamiento que tenemos como padres, y menos de lo que decimos".

La inclinación de una niña a imitar a mamá podría significar problemas, dijeron los expertos, esto si la mamá que está siendo imitada constantemente cuenta calorías, hace ejercicios compulsivamente o se queja de que su estómago no es lo suficientemente plano o de que el tamaño de su vestido no es lo suficiente pequeño.

Los padres obsesionados con su peso o con la forma de su cuerpo podrían estar enviando un mensaje peligroso a sus hijos, expuso Sacker. "Pero no podemos proyectar nuestras situaciones en los niños", expresó. "Eso es un error".

No obstante, los padres tienen gran cantidad de aliados que comparten la culpa comenzando con la cultura estadounidense, manifestó Sacker, "donde la obsesión es que nunca se es demasiado delgada".

A través de la música, la televisión, las revistas y mucho más, abundó, nos llega el concepto de que ultra-delgada o sea alguien quien viste una talla 0 a 2 es normal, "en lugar de reconocer que menos del 0.5 por ciento de los individuos ni siquiera tiene la capacidad de ser tan delgados".

"Si no encajas en estas normas, entonces esto te hace ser anormal", indicó.

"Los medios están llevando este mensaje, los diseñadores están llevando este mensaje, las familias están preocupadas por su imagen corporal, y a la cabeza de esto, también tenemos jóvenes compitiendo uno contra otro", dijo Sacker. "[Los niños] tienen mayor presión de sus compañeros hoy día".

No todos los trastornos en los niños provienen de los asuntos de la imagen corporal, explicó Maureen Lefton-Grief, una pulmonóloga pediátrica en Johns Hopkins Childrens Center en Baltimore y el contacto de enlace con el programa de trastornos alimentarios de Hopkins.

"Los niños tienen problemas de alimentación y problemas al tragar por diferentes razones", señaló, que van desde problemas fisiológicos que pueden dificultar el tragar en un niño, experiencias negativas asociadas con el comer que han sido introducidas en su memoria, hasta problemas psicológicos que provienen de haber sido testigos de ver a alguien ahogarse, por ejemplo.

"Entonces tenemos que descartar que existe una base psicológica antes de ver si es un problema de comportamiento o de imagen", indicó Lefton-Grief.

Pero concuerda con que el comportamiento de los padres definitivamente puede afectar los hábitos alimentarios de los niños.

"He visto muchos niños con problemas de alimentación cuyas madres los han mantenido con leche descremada y todas esas cosas bajas en grasa debido a que la madre (o el padre) . . . no desea que su hija engorde demasiado", explicó. "La imagen corporal delineada por la madre puede afectar adversamente lo que se da al niño".

Qué hacer

Todos los padres deben tener cuidado con los mensajes que están enviando a sus hijos sin saberlo, argumentó Sacker. Si estás preocupado por tu peso, por ejemplo, no hables al respecto delante de tus hijos por que "los niños recogerán este mensaje", indicó. El padre que batalla con su autoestima o los asuntos de la imagen corporal deben buscar ayuda para sí mismo, recomendó Sacker, antes de proyectar sus problemas a sus hijos.

Aprende más acerca de los trastornos alimentarios, visitas los sitios en la Red de Prevención y Concienciación de Trastornos Alimentarios.

Y si tu hijo sospecha que un amigo tiene algún trastorno alimentario, visita KidsHealth.

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