LUNES 9 de abril (HealthDay News/HispaniCare) -- Por supuesto que debe comer en familia. Pero no vean televisión al mismo tiempo.
Esa es la moraleja de un estudio reciente que halló que, en aquellas familias de bajos ingresos que tienen niños en edad preescolar, el efecto positivo de comer en familia tiende a resultar negado por hacerlo mientras ven televisión.
"Con la televisión encendida, en esencia, la gente está comiendo sola", aseguró Arlene Spark, profesora asociada de nutrición del Hunter College de la ciudad de Nueva York. "Comer juntos e interactuar en familia se ha relacionado con mejores alimentos a la hora de comer. Nos gustaría decirles que apaguen el televisor y hablen entre sí, pero no sé si eso implique que aparezcan zanahorias mágicamente en el plato. Aún así, es una buena práctica poder interactuar con los niños y la familia".
Bonnie Taub-Dix, vocera de la American Dietetic Association y consultora en nutrición de la ciudad de Nueva York agregó que "hay que ser realmente selectivos con la televisión y, en estos tiempos, es tan poco común que las familias se reúnan para comer que esos momentos necesitan ser preciados".
NI Spark ni Taub-Dix tuvieron que ver con el estudio, que aparece en la edición de abril del Journal of the American Dietetic Association.
Los hallazgos esencialmente corroboran investigaciones anteriores que han encontrado que, entre otras cosas, los niños en edad preescolar que pasan más tiempo pegados al televisor tienen dietas peores y que las familias que comen juntas tienden a tener mejores hábitos alimenticios.
"Muchos estudios han hallado que cuando las familias comen juntas, y se supone que se hablan, a los niños les va mejor y son más sanos, son menos propensos a la bebida y al uso de las drogas. Es un comportamiento prosocial", aseguró la Dra. Barbara A. Dennison, autora principal del estudio y directora de la Oficina de reducción de riesgos para la salud de la División de prevención de enfermedades crónicas y salud de adultos del Departamento de salud del estado de Nueva York.
Y cuando los comensales están concentrados en el aparato de televisión, no le prestan atención a lo que comen. "No se trata sólo de interactuar sino de apreciar al mismo tiempo la comida que se está comiendo", explicó Taub-Dix. "En cuanto a la epidemia de obesidad de este país, parte de lo que contribuye no es sólo cómo la televisión le quita tiempo a la actividad física, sino que distrae y se pierde el control de cuánto se está comiendo. Se pierde por punta y punta".
Para este estudio, se encuestó a más de 1,300 padres o tutores de niños que eran participantes en el Programa especial de nutrición complementaria para mujeres, bebés y niños, sobre cuántos días a la semana comía la familia junta, la cantidad de días a la semana en que el televisor estaba encendido durante la comida y la frecuencia con la que se servían frutas y verduras.
Se sirvieron más frutas y verduras en aquellas noches en que las familias comieron juntas. La presencia de frutas y verduras se redujo en las noches en que el televisor estaba encendido durante la comida. Ni comer juntos ni tener el televisor encendido pareció tener que ver con las porciones de leche.
Las frutas y las verduras son componentes importantes de cualquier dieta saludable y se han relacionado con una reducción en la enfermedad cardiovascular y en ciertos tipos de cáncer.
El estudio también encontró que:
"Hay muchas razones para que las familias intenten comer juntas", explicó Dennison. "No me parece que la gente deba tener televisores en los mismos lugares en los que come Hay cosas que se pueden hacer para cambiar el ambiente del hogar para que no sea fácil tener el televisor encendido mientras se come en familia".
Más información
Visite el Center for Screen-Time Awareness para más información sobre la semana de apagar el televisor entre el 23 y el 29 de abril.
