A muchos pacientes les niegan unos costosos medicamentos nuevos para el colesterol

Las aseguradoras y los copagos altos limitan el uso de los inhibidores de la PCSK9
doctor and patient
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JUEVES, 28 de septiembre de 2017 (HealthDay News) -- Unos costosos medicamentos nuevos ofrecen esperanzas a los pacientes con un colesterol "malo" fuera de control, pero los altos costos evitan que muchos pacientes los consigan, señala un estudio reciente.

Los medicamentos inyectables, cuyo uso en Estados Unidos se aprobó en 2015, se conocen como inhibidores de la PCSK9. Incluyen a Praluent (alirocumab) y a Repatha (evolocumab).

Pero los investigadores encontraron que de decenas de miles de pacientes a quienes se recetaron los fármacos, a casi la mitad se les denegó la cobertura de seguro. Y los copagos altos parecieron evitar que muchos otros surtieran las recetas.

"Nos sorprendió mucho lo poco que los factores clínicos (como qué tan alto era el nivel de colesterol) importaban para determinar si se aprobaba la cobertura o no", lamentó la autora líder del estudio, la Dra. Ann Marie Navar.

"Esperamos que este análisis impulse a una mayor evaluación de lo limitado que es el acceso de los pacientes a las nuevas terapias", añadió Navar, profesora asistente de cardiología en el Instituto de Investigación Clínica Duke en Durham, Carolina del Norte.

Unos niveles elevados de colesterol LDL son un importante factor de riesgo de la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular. Los nuevos medicamentos se recomiendan a los pacientes para los que las estatinas, los medicamentos tradicionales para bajar el colesterol, no son un tratamiento efectivo. Según los investigadores, los inhibidores de la PCSK9 funcionan al ayudar al hígado a eliminar el colesterol "malo" del torrente sanguíneo, al dirigirse a una proteína llamada PCSK9.

Pero los fármacos cuestan hasta 14,000 dólares al año. Y un estudio publicado en agosto cuestionó su rentabilidad.

El nuevo estudio fue financiado por el fabricante de Repatha, Amgen Inc., con sede en Thousand Oaks, California.

Los hallazgos son "críticamente importantes", afirmó el Dr. Kim Williams Sr., profesor y jefe de cardiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Rush, en Chicago.

"Muchos pacientes no toleran las estatinas debido a los efectos adversos", dijo Williams, que no participó en el estudio. "Debemos contar con los inhibidores de la PCSK9 en nuestro arsenal cuando estén indicados, no solo cuando estén indicados y sean asequibles".

En el estudio, el equipo de Navar siguió a más de 45,000 pacientes en Estados Unidos a quienes se recetaron los medicamentos entre mediados de 2015 y mediados de 2016. Más de la mitad tenían a partir de 65 años de edad, y tenían un seguro gubernamental, como Medicare.

Las aseguradoras solo aprobaron los fármacos un 47 por ciento de las veces. Y poco más de 1 de cada 5 pacientes recibió la aprobación el primer día, según el estudio.

"Lo más importante era la compañía aseguradora, el tipo de farmacia usado o quién era el administrador del beneficio de farmacia", dijo Navar.

De los pacientes cuyas recetas fueron en realidad aprobadas, más o menos un tercio nunca las surtieron.

El costo no pareció ser un problema para todos los que no surtieron las recetas: alrededor de un 8 por ciento no tenían ningún copago. Pero más de tres cuartas partes de aquellos cuyos copagos superaban los 350 dólares nunca obtuvieron el medicamento, encontró el estudio.

Navar lo expresó con otras palabras: "Casi todos aquellos que tenían que pagar menos de 20 dólares al mes surtieron la receta. Cuando los copagos alcanzaron más o menos los 300 dólares al mes, esa cifra bajó a menos de un 25 por ciento".

No está claro cuál es el costo total de los fármacos. "El costo de los medicamentos en realidad es un objetivo móvil", lamentó Navar. "El precio de etiqueta casi nunca es lo que se paga en realidad".

Esto se debe a que con frecuencia los administradores de los beneficios de farmacia y las compañías aseguradoras negocian descuentos y devoluciones con los fabricantes de los medicamentos, señaló Navar. "Los administradores de los beneficios de farmacia pueden, aunque no tienen que, pasar esos descuentos a las aseguradoras. No hay forma de en realidad saber cuánto se paga por esos medicamentos ni qué parte del descuento llega a los pacientes", explicó.

Navar añadió que también "los proveedores tienen una carga, ya que han sacado el tiempo para hablar con los pacientes sobre los riesgos y los beneficios de la nueva terapia". Pasar por el sistema también conlleva un papeleo, y todo esto retrasa el tratamiento, añadió.

El estudio también resalta las dificultades de la innovación farmacéutica, según Navar. "Por un lado, queremos nuevos tratamientos y alabamos el desarrollo de terapias nuevas. Pero por el otro lado, todavía debemos desarrollar un sistema para contener los costos, de forma que el acceso a las nuevas terapias es limitado", anotó.

Según Williams, el estudio "apunta que el sistema está dañado, y amenaza aumentar las disparidades en la atención de la salud que estamos trabajando para reducir".

El estudio se publicó el 27 de septiembre en la revista JAMA Cardiology.

Más información

Para más información sobre los nuevos medicamentos para el colesterol, visite la Asociación Nacional de los Lípidos (National Lipid Association), con sede en EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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