Muchos estadounidenses obesos se enfrentan al estigma y la discriminación, halla una encuesta

A medida que los niveles de sobrepeso aumentan, más personas afirman que las excluyen de las reuniones sociales y de los puestos de trabajo
Muchos estadounidenses obesos se enfrentan al estigma y la discriminación, halla una encuesta

JUEVES, 23 de agosto (HealthDay News) -- Como si los problemas físicos que acompañan a la obesidad no fueran suficientemente malos, muchos estadounidenses obesos dicen que se enfrentan a la discriminación y al estigma debido a su peso, halló una nueva encuesta de Harris Interactive/HealthDay.

Los niveles de estigma aumentan junto con el peso, y afectan las vidas tanto laborales como sociales de las personas, halló la encuesta.

El 52 por ciento de las personas que caían en las categorías de "obesidad" u "obesidad mórbida" creen que han sido discriminadas cuando solicitaban una promoción en el trabajo. Alrededor de dos quintas partes dijeron que han sido rechazadas socialmente, y 36 por ciento dijeron que les habían discriminado cuando les asignaban asientos en los teatros o los restaurantes.

Gran parte de esta discriminación podría seguir siendo socialmente aceptable. Según la encuesta, una mayoría de las personas (61 por ciento) no opinan que los comentarios negativos sobre el peso de una persona sean ofensivos.

Los hallazgos sugieren que "la epidemia de obesidad no solo es un inmenso problema de atención de salud, también es un problema social para muchas personas, sobre todo para las mórbidamente obesas, que se sienten que han sido estigmatizadas, tratadas injustamente, o discriminadas debido a su peso", apuntó Humphrey Taylor, presidente de The Harris Poll.

"No es sorprendente dado que muchas personas no creen que hacer comentarios críticos sobre el peso de los demás sea ofensivo, y que las empresas usan el peso como factor al decidir a quién contratar", apuntó.

La encuesta en línea se llevó a cabo en julio, y en ella participaron casi 2,300 adultos de EE. UU. Entre otras ítems, la encuesta preguntó a los participantes sobre su estatura y su peso para calcular su índice de masa corporal (IMC, una proporción entre el peso y la estatura). Un IMC de 30 a 35 se considera obesidad, y a partir de esa cifra cae en la categoría de obesidad mórbida. El 17 por ciento de los respondientes eran obesos, mientras que 13 por ciento eran mórbidamente obesos. El 32 por ciento tenían peso normal, y 29 por ciento tenían sobrepeso (un IMC de 25 a 29).

Algo que no sorprende es que la proporción de personas que dijeron que se sentían estigmatizadas debido al peso aumentó junto con el nivel de obesidad. Mientras 6 por ciento de las personas que se calificaban a sí mismas como en sobrepeso se sentían estigmatizadas, esa cifra aumentó a 20 por ciento y a 34 por ciento de las personas obesas y mórbidamente obesas, respectivamente.

El estigma afectaba las vidas laborales de muchos respondientes. Casi 1 de cada 10 personas con sobrepeso dijeron que creían que su peso les había costado un trabajo o una promoción, igual que 17 por ciento de los obesos y 35 por ciento de los mórbidamente obesos.

Esas percepciones podrían tener raíces en la realidad, a medida que las empresas intentan ahorrar dinero en atención de salud o mejorar su imagen tomando en cuenta la obesidad en sus prácticas de contratación. Por ejemplo, un hospital en Victoria, Texas, salió hace poco en los titulares por decidir no contratar a empleados con un IMC superior a 35, citando como motivo la apariencia personal.

"Ciertas empresas podrían creer que tener sobrepeso se asocia con una baja educación, con ser perezoso, con no ser tan ambicioso o no tener mucha disciplina", apuntó Sharon Zarabi, nutricionista y entrenadora física del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. Zarabi, que orienta a personas gravemente obesas antes y después de la cirugía para perder peso, dijo que muchos de sus clientes reportan haber sido ridiculizados debido a su peso.

Mientras que una cuarta parte de todas las personas encuestadas pensaban que esas políticas de empleo eran "justas", apenas 14 por ciento de las mórbidamente obesas lo pensaban.

Tener peso en exceso también podría conllevar un costo en la vida social. Por ejemplo, 22 por ciento de los obesos mórbidos dijeron que creían que les habían excluido de reuniones sociales debido a su peso, y un número similar dijeron que se habían sentido discriminados cuando les asignaban asientos en un teatro o un restaurante, o en un autobús, tren o avión.

Muchos de los encuestados pensaban que seguía siendo aceptable hacer comentarios hirientes sobre el peso de una persona. Por ejemplo, mientras 61 por ciento pensaba que era "muy" o "extremadamente" ofensivo hacer comentarios racistas, apenas 29 por ciento pensaban lo mismo sobre los comentarios relacionados con el peso, incluso casi la mitad de los que eran mórbidamente obesos.

Ese hallazgo no sorprendió a una experta médica.

"Aunque muchos lo niegan, como se ve en este estudio hay suficiente evidencia científica de que el sesgo del peso, que es más prevalente que [el sesgo] de la raza, el sexo, el color o las creencias religiosas, es común y muy resistente al cambio", señaló la Dra. Sarita Dhuper, directora de cardiología pediátrica y directora ejecutiva del Programa de Obesidad Pediátrica "Live Light Live Right" (vive ligero, vive bien) del Hospital y Centro Médico de la Universidad de Brookdale, en la ciudad de Nueva York.

Comentó que mucha gente no se da cuenta de que la vulnerabilidad de cada persona a la obesidad difiere grandemente, y en una sociedad en que la comida rica en calorías es tan abundante, "todo el mundo es susceptible a desarrollar obesidad".

Dhuper añadió que "hacer que la gente pague por ser obesa es como decir que es completamente culpa de ellas y que tienen la capacidad de revertirla. Esto sigue siendo debatible. La obesidad podría ser prevenible, pero es poco probable que sea reversible sin métodos quirúrgicos drásticos para la mayoría de personas".

Y señaló que, con el tiempo, el estigma basado en el peso o cualquier otro factor puede tener consecuencias trágicas.

"Manejar el sesgo en el lugar de trabajo, en los ámbitos de atención de salud, en la escuela y en el hogar puede llevar a la internalización y al estrés, a la depresión, a la rabia, a la agresividad e incluso a la ideación suicida", apuntó Dhuper.

Más información

Para más información sobre cómo combatir la obesidad, visite los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2011, HealthDay

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