Una cirugía para perder peso muestra unos resultados duraderos

Los pacientes habían perdido un promedio de 77 libras 12 años después de una derivación gástrica, según un estudio
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MIÉRCOLES, 20 de septiembre de 2017 (HealthDay News) -- La cirugía para la obesidad puede tener unos efectos duraderos en el peso y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 e hipertensión, según un estudio reciente.

Los médicos saben que un tipo de cirugía para la obesidad, llamada derivación gástrica, funciona a corto plazo. Los pacientes normalmente pierden mucho peso, y los problemas de salud relacionados con la obesidad pueden prevenirse o incluso curarse.

Pero los nuevos hallazgos muestran que los beneficios siguen siendo aparentes 12 años después.

El estudio, de más de 1,100 adultos con una obesidad grave, descubrió que los que se sometieron a una derivación gástrica perdieron un promedio de 100 libras (unos 45 kilos) en dos años. Doce años después, seguían con 77 libras (35 kg) menos.

Además de la pérdida de peso, los pacientes que se sometieron a la cirugía tenían un riesgo mucho más bajo de desarrollar diabetes tipo 2 (un 92 por ciento más bajo) que los pacientes obesos que no se operaron.

"Se trata de una prevención muy efectiva de la diabetes", dijo el investigador principal, Ted Adams, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah.

La cirugía también puede revertir la diabetes existente. A los 12 años, la mitad de los pacientes que habían tenido diabetes tipo 2 antes de la cirugía estaban en remisión, según el estudio.

Aun así, dijo Adams, la derivación gástrica tiene sus riesgos, y se considera el último recurso después de que los demás intentos para perder peso han fracasado.

Así que los candidatos para la cirugía deberían realizarla estando completamente informados de las ventajas y de los inconvenientes, dijo Adams.

Un especialista en la obesidad que no participó en el estudio se mostró de acuerdo.

"Se requiere trabajar muy duro antes y después de la cirugía. Y no se trata de una panacea para la diabetes", dijo el Dr. Scott Isaacs, director médico de Atlanta Endocrine Associates.

El trabajo duro incluye un compromiso de por vida con los cambios en la dieta y en el ejercicio. Así que la cirugía por sí misma no es una "varita mágica", dijo Isaacs, que es vocero de la Sociedad de la Obesidad (Obesity Society).

Dicho eso, calificó los nuevos hallazgos como "muy claros".

"Es uno de los mejores estudios que hemos hecho hasta la fecha", afirmó Isaacs. "Y muestra que es una cirugía segura y efectiva con unos resultados duraderos".

El estudio, financiado por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE. UU., contó con 1,156 adultos con una obesidad grave.

En general, 418 se sometieron a una derivación gástrica, mientras que el resto no solicitaron la cirugía o pensaron en ella pero al final no la realizaron, en gran parte debido al seguro.

Durante la derivación gástrica, un cirujano grapa el estómago para crear una "bolsa" que puede contener solo una cantidad pequeña de comida cada vez. Luego se crea un pasaje desde la bolsa hasta la mitad del intestino delgado, lo que limita la absorción de nutrientes en el cuerpo.

En general, dijo Isaacs, la cirugía está reservada para las personas con un índice de masa corporal (IMC) de 40 como mínimo, lo que significa que tienen un sobrepeso de 100 libras (unos 45 kilos) o más. También podría recomendarse para las personas tienen un IMC de más de 35 y afecciones de salud como la diabetes o una enfermedad cardiaca.

La cirugía misma tiene sus riesgos, como la aparición de coágulos de sangre, infecciones y sangrado, según los NIH.

"Es una cirugía importante", comentó Adams, "y no se puede revertir".

El riesgo de muerte, añadió, es bajo (a la par con el de la cirugía de reemplazo de cadera), pero es una posibilidad.

Después de la cirugía, dijo Isaacs, hay un riesgo de deficiencias de nutrientes, así que los pacientes deben tomar los complementos recetados.

Todo eso se debe sopesar con los beneficios potenciales, dijo Adams.

De los pacientes que se sometieron a la cirugía en este estudio, el 3 por ciento desarrollaron diabetes a lo largo de los 12 años siguientes. Esa cifra contrasta con el 26 por ciento de los pacientes que no se sometieron a la cirugía.

De forma similar, el 16 por ciento desarrolló hipertensión, frente a más del 40 por ciento de los otros pacientes.

De los pacientes que tenían diabetes antes de la cirugía, el 75 por ciento entraron en remisión al segundo año. Eso bajó al 51 por ciento después de 12 años.

Aun así, dijo Adams, la tasa de remisión a largo plazo es "bastante notable".

Hubo un hallazgo preocupante, uno que los estudios anteriores también habían descubierto. Siete pacientes del estudio se suicidaron después de la cirugía.

El motivo no está claro, dijo Adams. Pero los pacientes del grupo de la cirugía tendían a reportar una calidad de vida peor antes del procedimiento, dijo, frente a las personas que no optaron por la cirugía.

Es posible, especuló Adams, que para ciertas personas, la cirugía no mejorara su vida en la medida que esperaban.

Además, Isaacs indicó que la investigación sugiere que la cirugía podría cambiar el modo en que se metaboliza el alcohol, y contribuir potencialmente a que algunas personas tengan problemas con la bebida.

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 21 de septiembre de la revista New England Journal of Medicine.

Más información

El Instituto Nacional sobre la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU. ofrece más información sobre la cirugía para la obesidad.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2017, HealthDay

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