Estudios afirman el valor de un estilo de vida sano

Las personas que comían bien y hacían ejercicio reducían sus probabilidades de problemas cardiovasculares

MARTES, 21 de julio (HealthDay News/Dr. Tango) -- Todos esos consejos de salud sobre comer los alimentos adecuados, hacer ejercicio y perder peso rinden dividendos en la vida real, tanto para hombres como para mujeres, según dos estudios recientes.

Los informes, ambos originados por el Hospital Brigham y de mujeres de Boston, y publicados en la edición del 22 al 29 de julio de la revista Journal of the American Medical Association, se enfocaron en distintos aspectos del riesgo cardiovascular en dos grandes grupos: las 83,882 mujeres del segundo Estudio de Salud de Enfermeras, y los 20,900 hombres del primer Estudio de Salud de Médicos. Ambos llegaron a la misma conclusión: si se hacen las cosas correctas, se obtienen beneficios mensurables.

La aparición simultánea de ambos informes fue más o menos una coincidencia, afirmó el Dr. Luc Djousse, epidemiólogo asociado del Brigham y de mujeres en la Facultad de medicina de la Harvard, quien lideró el estudio sobre los hombres.

El estudio en los hombres evaluó la relación entre el riesgo de por vida de insuficiencia cardiaca y seis factores del estilo de vida: la obesidad, el ejercicio, el tabaquismo, el consumo de alcohol, el consumo de cereales de desayuno, y el consumo de frutas y verduras.

"Estudios anteriores han mostrado un beneficio de factores individuales del estilo de vida", señaló Djousse. "Nosotros observamos todos estos factores en conjunto".

Esa observación encontró una relación lineal directa entre la adherencia a los factores de un estilo de vida saludable y el riesgo de insuficiencia cardiaca, que es la pérdida progresiva de la capacidad de bombear sangre, que con frecuencia antecede a la muerte. El riesgo de por vida de insuficiencia cardiaca en el estudio de 22 años era de alrededor de uno en cada cinco hombres que ignoraban los consejos sobre los factores beneficiosos del estilo de vida, y de uno en diez para los que se adherían a cuatro o más factores.

"El factor con una diferencia inmensa fue la adiposidad", aseguró Djousse. "El riesgo de insuficiencia cardiaca fue de 17 por ciento para los hombres con sobrepeso u obesos, y alrededor de once por ciento para los de peso normal".

El próximo factor más importante fue el ejercicio. El once por ciento de los hombres que hacían ejercicio cinco o más veces por semana desarrollo insuficiencia cardiaca, así como el catorce por ciento de los que no hacían ejercicio, apuntó Djousse.

Fumar tuvo sorprendentemente poco que ver, tal vez debido a que su incidencia no era alta entre los participantes. "Todos eran médicos, y se esperaría que fumaran menos", señaló Djousse.

El estudio de mujeres observó la asociación entre la presión arterial alta, un factor de riesgo significativo de la insuficiencia cardiaca, el accidente cerebrovascular y otros problemas cardiovasculares, y seis factores de estilo de vida: obesidad, ejercicio, ingesta de alcohol, uso de analgésicos no narcóticos, adherencia a una dieta diseñada para prevenir la presión arterial alta, y consumo de complementos de ácido fólico. Se encontró que los seis estaban asociados al riesgo de desarrollar presión arterial alta en el estudio de catorce años, y la asociación era acumulativa.

Las mujeres que siguieron los consejos en todos los seis factores (apenas el 0.3 por ciento del grupo) tenían una incidencia de presión arterial alta 80 por ciento más baja que las que no seguían ninguna de las reglas. La incidencia fue 72 por ciento más baja para el 0.8 por ciento de las mujeres que seguían cinco reglas de estilo de vida, 58 por ciento más baja para el 1.6 por ciento de las mujeres que seguían cuatro reglas, y 53 por ciento más baja para el 3.1 por ciento que seguían tres reglas. Al igual que en el grupo de hombres, la obesidad fue el factor de riesgo más importante.

Aunque el mensaje claro de ambos estudios es que "un estilo de vida sano previene una variedad de enfermedades", con frecuencia lo que se obvia es que la elección de un estilo de vida sano no es una decisión puramente individual, enfatizó la Dra. Veronique L. Roger, profesora de medicina y epidemiología de la Clínica Mayo, quien escribió un editorial acompañante.

"Hay una responsabilidad compartida entre el individuo y la comunidad", aseguró Roger, quien leyó una definición de diccionario de estilo de vida que decía que se trataba de "una manera típica de vida de un individuo, grupo o cultura".

"La realidad es que la sociedad se ha diseñado para eliminar la actividad físicas de nuestras vidas", señaló Roger. "Y para mí es difícil aconsejarle a alguien que vive en Nebraska que siga la dieta mediterránea, que se basa en la cultura de esa sociedad".

Las intervenciones gubernamentales, como la decisión de Nueva York y otras comunidades de prohibir fumar en restaurantes y bares, puede ayudar a que más gente logre los estilos de vida saludables descritos en ambos informes, añadió.

Más información

La American Heart Association ofrece una lista completa de todos los factores de riesgo cardiovascular.


Artículo por HealthDay, traducido por Dr. Tango

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