Entonces, ¿qué provoca los sofocos?

Un estudio reciente observa el control de la tasa cardiaca en las mujeres durante o después de la menopausia

JUEVES, 12 de abril (HealthDay News) -- Millones de mujeres de mediana edad lo experimentan: el inicio súbito de un calor intenso, sudoración y rubor conocido como sofoco.

Aunque hace mucho se cree que la reducción en los niveles de hormonas que acompaña a la menopausia contribuye a los sofocos, los expertos señalan que se sabe poco sobre qué los causa en realidad, o lo que ocurre cuando una mujer los sufre.

"Alrededor del 70 por ciento de las mujeres experimentan sofocos, pero su fisiología subyacente no se comprende bien", señaló Rebecca Thurston, profesora asistente de psiquiatría, psicología y epidemiología de la Universidad de Pittsburgh.

Un nuevo estudio de Thurston y colegas intenta aclarar la fisiología subyacente. Los investigadores pidieron a 21 mujeres perimenopáusicas y postmenopáusicas entre los 40 y los 60 que reportaban tener sofocos diarios que usaran un monitor cardiaco en un periodo de 24 horas. La perimenopausia es el periodo que conduce a la menopausia, cuando los ovarios producen menos estrógeno pero la mujer sigue teniendo periodos.

El monitor cardiaco mostró que durante un sofoco, la variabilidad de la tasa cardiaca (una medida de los cambios en la tasa cardiaca entre un latido y otro) se reducía significativamente, una señal de que el sistema nervioso parasimpático no funciona tan bien como normalmente.

El sistema nervioso parasimpático es un aspecto del sistema nervioso autónomo, que regula las funciones corporales inconscientes como las tasas cardiacas y respiratorias. Mientras que el sistema nervioso simpático regula la respuesta de lucha o huída, el sistema nervioso parasimpático tiene que ver con el "descanso y la restauración", o sea la regulación del cuerpo en reposo, explicó Thurston.

Otras investigaciones han hallado una asociación entre la enfermedad cardiovascular y un menor control del sistema nervioso parasimpático sobre el corazón. Aunque los investigadores señalan que es demasiado pronto para concluir que los sofocos podrían tener una conexión con la enfermedad cardiaca, seguir estudiándolos vale la pena, aseguró Thurston.

"Hubo descensos transitorios durante el sofoco, pero la buena noticia es que vuelve a subir", apuntó Thurston.

La investigación aparece en la edición de abril de la revista Menopause.

Para algo que es tan común, los expertos señalan que es sorprendente lo poco que se comprende sobre los sofocos. Lo que se sabe es que pueden variar en gravedad, frecuencia y duración. Algunas mujeres pueden sufrir apenas unos pocos sofocos, y otras sufren de varios sofocos al día durante años.

Los sofocos constituyen una de las quejas más comunes que hacen que las mujeres vayan al médico, apuntaron los expertos. Los sofocos pueden afectar la calidad de vida y el sueño, y llevar a sentimientos de depresión, según la información de respaldo del estudio. Otros estudios han insinuado que los sofocos se asocian con efectos nocivos para la salud, como densidad ósea baja y enfermedad cardiaca.

Específicamente, estudios han hallado que las mujeres que experimentan sofocos son más propensas a mostrar señales de ateroesclerosis (a veces llamada endurecimiento de las arterias) temprana, como placas calcificadas en la aorta del corazón, apuntó Thurston.

Pero las mujeres no tienen que simplemente sufrirlos, aseguró la Dra. Margery Gass, directora ejecutiva de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (North American Menopause Society).

El tratamiento más eficaz para los sofocos es la terapia hormonal, por lo general estrógeno y progestina, comentó Gass. Sin embargo, debido a que la terapia hormonal conlleva ciertos riesgos, como un aumento en el riesgo de ciertos cánceres (entre ellos el de endometrio), las mujeres solo deben recurrir a las hormonas si los sofocos realmente les molestan, y deben usar las hormonas solo el tiempo mínimo que las necesiten, aconsejó Gass.

Otra opción de tratamiento son los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), una clase de fármacos comúnmente utilizados para tratar la depresión o la ansiedad. Pero esos medicamentos no funcionan igual de bien que las hormonas en la mayoría de mujeres, lamentó Thurston.

Los cambios en el estilo de vida también pueden ayudar, planteó Gass. A medida que las personas envejecen, su "zona termoneutral" (la temperatura a la que no sienten ni demasiado frío ni demasiado calor) se reduce.

Un aumento muy pequeño de la temperatura corporal central puede provocar sofocos en algunas mujeres. Entonces, evite calentarse de más, aconsejó Gass. Lleve un ventilador al trabajo y enciéndalo si siente que se está calentando. Use capas de ropa para poder quitárselas según sea necesario. De noche, duerma con una sábana de tejido poco apretado y con una pierna descubierta, y evite los edredones de plumas.

Los sofocos disminuyen con el tiempo, y por lo general desaparecen del todo, afirmó Gass.

"El curso natural de los sofocos es que se hacen más leves y menos frecuentes con el tiempo, y para la mayoría de mujeres, desaparecen por completo", dijo Gass. "Algunas pocas mujeres pueden tener sofocos ocasionales para siempre, pero por lo general son manejables".

Más información

WomensHealth.gov ofrece más información sobre la menopausia.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2011, HealthDay

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