La terapia de reemplazo hormonal podría resultar buena pese a lo que siempre se ha creído

A pesar de la interrupción de un estudio nacional, una reseña recientemente publicada revela que dicha terapia puede tener efectos prometedores

VIERNES 28 de mayo (HealthDayNews/HispaniCare) -- La terapia de reemplazo hormonal no debería descartarse, a pesar de la comentada cancelación del estudio Women's Health Initiative en 2002, en el momento en que se descubrieron peligros para la salud asociados con este tratamiento.

Eso afirman los autores de una nueva reseña publicada en la edición del 28 de mayo de Science.

"La Women's Health Initiative [WHI] era buena para lo que se había concebido que fuera", afirmó Judith L. Turgeon, profesora de medicina interna de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Davis y autora principal de la reseña, que agregó que parar el estudio era lo correcto cuando se descubrieron los riesgos para la salud asociados.

"Pero sólo utilizó una formulación hormonal", enfatizó. El ensayo estudió una combinación diaria de pastillas de 0.625 miligramos de estrógeno y 2.5 miligramos de medroxiprogesterona. Ésta es una formulación muy común en los Estados Unidos.

Pero todavía es muy pronto para olvidarse de la terapia de reemplazo hormonal del todo, agregó Turgeon, ya que una forma de terapia con objetivos más precisos podría ser segura a largo plazo algún día.

Eso es porque las hormonas afectan muchos tejidos corporales de maneras distintas, explicó.

"No todos los estrógenos y progestinas son iguales", agregó Turgeon. Por ejemplo, el ovario humano produce diferentes tipos de hormonas, como la estrona y el estradiol, entre otros.

Al mismo tiempo, las hormonas no son recibidas de la misma manera por células distintas, dijo. Además, también los métodos de administración, como parches o píldoras, pueden afectar el cuerpo de maneras distintas. En el estudio WHI, las mujeres tomaron la combinación de hormonas en pastillas, lo que significa que estaban siendo procesadas a través del hígado, en donde se producen algunas proteínas asociadas con enfermedades del corazón. Un parche no afecta el hígado.

"Esa es la idea básica, que no se pueden condenar toda las terapias hormonales de acuerdo con una [formulación estudiada]", advirtió Turgeon. "Que el tipo de estrógeno y progestina utilizados en el WHI hayan tenido respuestas adversas no es una buena razón para rechazar todos los estrógenos y progestinas ni para eliminar todas las terapias hormonales ".

En el WHI, los investigadores hallaron que las mujeres con la píldora combinada tenían mayor riesgo de ataque al corazón, apoplejías y coágulos que las mujeres con el placebo. Se descubrió que esta terapia protegía contra fracturas y cáncer de colon.

Turgeon discrepa con algunos factores que no fueron bien publicitados acerca del estudio WHI: La edad promedio de las mujeres fue de 63 años y la mayoría nunca se había sometido a terapia hormonal. Teniendo en cuenta que la edad promedio para la menopausia es de 51 años, las mujeres habían permanecido sin hormonas durante unos diez años, señaló.

Además, un alto porcentaje de los sujetos evaluados, también tenía exceso de peso o era obeso, y, entre mayor tejido graso, mayor cantidad de estrógeno en una mujer. Eso también podría haber afectado los resultados del estudio, agregó.

La terapia diseñada a la medida podría ser una mejor alternativa, dijo Turgeon. "En el negocio farmacéutico, están capitalizando la idea de que se puede ajustar una molécula sólo un poco y el receptor [en la célula] lo percibirá de otra manera".

Finalmente, dijo, puede ser posible para una mujer tomar un coctel de distintas hormonas ajustadas para obtener una cantidad de efectos sobre la salud, dijo Turgeon.

Otro experto en el área elogia la reseña.

"Me parece extraordinaria. Es elegante y hace hincapié en un asunto fundamental, que las hormonas sexuales, tanto el estrógeno como la progesterona, actúan de manera específica en cada tejido", declaró la Dra.. Andrea Dunaif, profesora Charles F. Kettering de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

"Hay distintos tipos de receptores de hormonas", dijo, "y hay factores distintos en cada tejido del cuerpo que determinan cómo actúan estas hormonas".

En el futuro, predijo, los laboratorios farmacéuticos desarrollarán más medicamentos conocidos como moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (MSRE).

"Los MSRE son compuestos que actúan como estrógeno en algunos tejidos, lo bloquean en otros y tienen un efecto neutro en otros", explicó Dunaif. El raloxifeno (Evista) se utiliza para incrementar la densidad ósea, por ejemplo, sin afectar otras partes del cuerpo.

Para efectos de reemplazo hormonal, dijo Dunaif, lo ideal sería un MSRE que bloquee el estrógeno en el seno, por ejemplo, y que no estimule el crecimiento uterino, para no aumentar el riesgo de cáncer en estas dos partes del cuerpo.

Predijo que estos descubrimientos se realizarán en los próximos cinco años. "Por ahora, debemos ser muy cuidadosos sobre todo el estrógeno que utilicemos hasta que tengamos más datos", concluyó Dunaif. "Para prevenir enfermedades del corazón, no deberíamos estar utilizando estrógeno".

Más Información

Para saber más acerca de la terapia de reemplazo hormonal, visite los National Institutes of Health y el National Cancer Institute.

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