Los científicos se acercan a los orígenes de los sofocos

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MARTES, 10 de julio de 2018 (HealthDay News) -- Los investigadores reportan que estimular unas células cerebrales particulares desencadena los sofocos en ratones, un descubrimiento que esperan que lleve a unas mejores terapias para las mujeres que pasen por la menopausia.

Los seres humanos también tienen esas células cerebrales, conocidas como neuronas Kiss1, y el nuevo estudio sugiere que realizan funciones parecidas en los seres humanos, según los investigadores de la Universidad de Washington.

Y la actividad de las neuronas es dependiente de las hormonas sexuales, incluyendo el estrógeno, que se reduce en el cuerpo de una mujer durante la menopausia.

Los hallazgos en los ratones con frecuencia no dan los mismos resultados en las personas, pero los investigadores indicaron que un ensayo humano que se está realizando en Europa está probando un medicamento que bloquea una proteína presente en las neuronas Kiss1, llamada NkB.

Este último hallazgo da un respaldo adicional a ese método, señaló el investigador Christopher Johnson, estudiante de postgrado de neurociencia en la universidad.

También podrían llevar a unos tratamientos más específicos, planteó Stephanie Padilla, una investigadora postdoctoral que también trabajó en el estudio.

Ahora, explicó Padilla, los investigadores pueden seguir observando lo que ocurre "corriente abajo" desde ahí, y quizá encontrar objetivos para unos medicamentos que lleguen al núcleo de los sofocos.

Se necesitan medicamentos más refinados. Ahora mismo el tratamiento más común para los sofocos es la terapia de reemplazo hormonal. Pero, dijo Johnson, el estrógeno también tiene efectos generalizados en el cuerpo.

La terapia hormonal alivia de forma efectiva los sofocos, pero unas nuevas opciones serían bienvenidas y cambiarían la práctica, aseguró la Dra. JoAnn Pinkerton, directora ejecutiva de la Sociedad Norteamericana de la Menopausia (North American Menopause Society).

Eso es en particular verdadero, dijo, para las mujeres que no pueden usar la terapia hormonal, incluyendo las que han tenido cánceres de mama y uterinos sensibles al estrógeno.

"Un alivio de los sofocos es una necesidad importante y no satisfecha de estas mujeres", dijo Pinkerton. "Otras terapias no hormonales, como los antidepresivos en dosis bajas o la gabapentina, no han sido tan efectivas como la terapia hormonal".

Para el estudio, los investigadores de la Universidad de Washington usaron ratones modificados genéticamente para ver qué pasaba cuando manipularon las neuronas Kiss1. Encontraron que activar las células desencadenó un aumento en la temperatura de la piel de los animales, seguido de un incremento en la temperatura corporal central.

El efecto más pronunciado se produjo en las ratonas cuyos ovarios fueron extirpados para agotar sus niveles de hormonas sexuales.

Otras investigaciones han mostrado que cuando los niveles de estrógeno son bajos, las neuronas Kiss1 se activan a una tasa más alta. Y eso, sospechan los investigadores, podría hacer a las mujeres más vulnerables a desarrollar sofocos en respuesta a algunos desencadenantes externos, como el calor, la comida picante o un cambio en la altitud.

Según Padilla, todo esto plantea preguntas interesantes sobre la razón por la que estas neuronas sensibles al estrógeno estarían implicadas en la temperatura corporal en primer lugar.

Una posibilidad, especulan los investigadores, es que durante el embarazo, podría ser ventajoso que las mujeres tuvieran un mecanismo fisiológico adicional que les ayude a regular la temperatura corporal central.

El estudio, publicado el 10 de julio en la revista Cell Reports, fue financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.

Más información

El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento de EE. UU. tiene más información sobre los sofocos.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

© Derechos de autor 2018, HealthDay

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